42

58.2K 2.8K 275
                                    

EROS

—¡Papá, Theo tomó mi muñeca!— grita Liana, me acerco a ellos.

—Theo...— advierto serio.

—Bien, toma— dice serio, Lía abraza a su muñeca y sigue jugando, en cambio Aaron empieza a llorar.

—Hey, campeón ¿Que sucede?— pregunto, señala su balón.

—Nadie juega conmigo— susurra, lo tomo en brazos y vamos al jardín para jugar con él.

Pero me detengo al oír el llanto de Alexa, mi último y cuarto hijo, le digo a Aaron que se espere y subo a su habitación, cuando la tengo en brazos regreso al jardín meciéndola.

—¡Vengan a jugar!— grito y mis otros dos hijos llegan e iniciamos un partido, hasta que llegue Mariam.

En un poco más de diez años ya teníamos la familia que siempre soñamos, cuatro pequeños que llenaran la mansión y nuestras vidas, y aunque Mariam amenazó con no tener más hijos yo tampoco quería agregar más a la ecuación, ya que un niño casi adolescente, uno pequeño y dos niñas más mi querida esposa implicaban toda mi atención, súmenle mis cargos de Alpha.

—Veo que te las arreglaste sin mi— dice mi esposa, igual de preciosa que cuando la conocí.

—Son todos tuyos— digo Alex empieza a llorar, Mariam la toma y ella deja de llorar.

Aaron, Lía y Theo corren a abrazar a su madre, y yo me relajo para luego llevar a mi familia dentro de la mansión ya que es tarde, pasamos la cena como cualquier otra, todos sentados en la mesa comiendo y riendo.

—¡Hora de dormir!— grita Mariam.

—No queremos— dice Lia con un puchero, que hace un efecto terrible en nosotros dos.

—Ven y te leeré un cuento— digo cargándola.

Alexa ya estaba durmiendo, por lo que ocuparse de los tres mayores sería más fácil.

—Yo también quiero— pide Aaron, sonrío y le desordeno el pelo.

—Igual yo— se une Theo.

—Bien, vayamos a la sala de juegos y su padre y yo les leeremos una historia— todos asienten y vamos a dicha sala.

Hace un par de años estábamos nosotros aquí con Leandro, Beatrice, Zacarías y Ryan, viejos tiempos.

—Bueno, érase una vez...

•••

MARIAM

—¡Feliz cumpleaños!— gritamos todos, Eros se mueve incómodo en la cama.

—Gracias— susurra viendo a nuestros hijos sosteniendo un pastel y a mí detrás de ellos.

—Prueba— dice Aaron, a duras penas come un bocado, y para su sorpresa este pastel no está tan crudo como los últimos.

—Delicioso— dice y todos gritan de satisfacción.

—Bien, vayan todos a cambiarse esas pijamas— digo y como soldados obedecen, menos Alex quien se la lleva una sirvienta— Feliz cumpleaños— le susurro a mi marido, le doy un beso largo.

Me mira de arriba abajo y sonríe, juego con los bordes de mi bata y él me acerca a el.

—¿Puedo tomar mi regalo ya?— dice mientras me da besos por el cuello.

—Si lo tomas ahora no tendrás el regalo en la noche. Además de que cuatro niños hermosos están esperando a sus padres— suspira y me levanta de la cama para ir a la ducha.

ALPHA EROS +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora