El dolor de perderte DRAMIONE

13

X: Bueno al fin está embarazada la señorita Nott. –

Y: Si, he cumplido con mi misión. –

X: Aun no, recuerda Malfoy debe de alejarse por completo. –

Y: Lo se estoy en eso. Pero por lo que se ya se enteró del embarazo y no piensa intervenir. –

X: Perfecto, en ese caso creo que es cosa del tiempo hasta que ya no piense en ella. Y podemos empezar la fase dos. –

Y: Han pasado 11 años, ella ni lo recuerda. Y Theodore Nott, confía tanto en mí, nos desharemos de él pronto. Tal como lo hemos planeado desde hace 11 años seré yo quien consiga el poder sobre la herencia Nott, seremos ricos padre. –

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Lucas: ¡Hermione! Herms donde estas!? –

Hermione: En la cocina. –

Lucas: Se supone que deberías estar descansando. –

Hermione: Pero ya estoy mejor, y se me antojo chocolate. –

Lucas: Te vas a caer de ese banco. No pudiste usar tu varita. –

Hermione: La deje arriba. – dijo como una niña pequeña a la que le habían gritado.

Lucas: No importa linda, ya estoy aquí. – continuo mientras depositaba un tierno beso en los labios de la castaña.

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Draco Malfoy jamás había estado tan estresado en su vida. Claro quería olvidar a Hermione, pero simplemente no podía. Apenas habían pasado 11 años. Y por lo que sabía solo llevaba saliendo con ese tal Lucas 3 meses. A pesar de que hayan sido amigos desde el día del accidente. Como lo sabía, pues había contratado a alguien para que la vigilara por 10 años. Solo se había quedado en que eran amigos hasta que salió la noticia en corazón de bruja que ella había empezado a salir con alguien. Justo cuando él había decidido volver.

Dos semanas, tenía dos semanas para revelarle la verdad a sus hijos. Hogwarts, los fantasmas, Myrtle, todos ellos fueron testigos de su romance. De todo. Su primer beso, su primera pelea, la primera vez que el la consoló y Myrtle no dejaba de molestarlos hasta que vio que era serio, cuando se enteró que ella era una Nott, cuando se sentían perdidos, hay estuvieron para reencontrarse. Ahora ella ya no tiene recuerdos de nada. Ya no está y él está perdido.

Su vida no tenía sentido hasta que vio a esos dos pequeños al nacer. Que se supone que les dijera, su madre no está muerta, el accidente no la mato. Mentiras que a un niño pequeño le parte el alma. Mentiras que nunca se atrevió a decirles. No claro Draco Malfoy les había dicho a sus hijos la mitad de la verdad. Su madre estaba viva, pero ellos no sabían que no los recordaba, ella tuvo que irse por un trabajo y pronto volverá, lo que no saben es que ella está en el ministerio trabajando junto a Ron y Harry.

No era tan fácil decir la verdad, no podía ir y simplemente decirles que su madre ha vuelto, pero no los recuerda, que su madre ni si quiera recuerda a su padre, que su madre ya no es su madre. Solo ellos tres, juntos salieron adelante, poco a poco Draco se acostumbró a los bebes. Su emoción al ver sus primeros pasos, su primera palabra, mamá, aquella palabra que lo había destrozado por completo. Sabía que era su culpa, si se la pasaba mencionándola.

*Su mama estaría dándoles de comer. Su mama nos prepararía un desayuno no quemado. Su mama... Su mama... su mama...*

Cuantas veces lo había repetido, no lo sabía, pero habían sido suficientes para que ambos niños la aprendieran. Ahora ya no podían decírselo a nadie, porque su familia estaba incompleta. Hacía falta aquella persona a quien decirle mamá. Aquella persona que se supone te cuidaría en las noches de lluvia. A la que abrazarías cuando tuvieras miedo. A quien despertaras cuando una pesadilla no te dejara dormir. No había sido ella, si no el. Él había pasado por las malas noches. Había sufrido en cada momento del crecimiento de esos dos pequeños, solo. En un país diferente, un continente en el que no conocía a nadie, pero así lo quiso. Con tal de que no le, quitaran a los niños. Y ahora se encontraba sufriendo una vez más. Sin saber si debería decirles la verdad, esperar que lo descubran por su cuenta, o rogar porque nadie les mencione algo.

Draco: ¡Eso es! – fueron las últimas palabras antes de ir a la chimenea y desaparecer entre las llamas verdes.

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Harry: ¿Qué quieres hacer qué? –

Draco: Solo debo hablar con todos en Hogwarts. –

Harry: No puedes hacer eso. Malfoy entiende que ellos deben de enterarse. –

Draco: ¡NO! Ellos nunca lo entenderán. –

Harry: ¡Excusas! ¿A que le temes? –

Draco: Si no puedes ayudarme me voy. –

Pansy: ¡Draco! Debes decirnos a que le temes. –

Draco: ¡No le temo a nada! –

Paula: ¿Tío Dago? –

Draco: Perdón pequeña... Yo mejor me voy. –

Paula: Cuando tengo miedo mami siempre sabe qué hacer. –

Draco: Lo se Pau, tu mami siempre sabe qué hacer. Tu papi es muy afortunado no crees. –

Paula: Si... aunque el otro día los escuche gritando. –

Harry: Pau... mejor ve con tus hermanos debemos hablar con tu tío. -

Paula: Chau tío Dago. –

Draco: Que bueno que tienen mucho dinero, esos tratamientos de traumas infantiles son para toda la vida. –

Pansy: Quieres callarte. Se supone que estaba dormida. –

Draco: Perdón, pero es la verdad. –

Harry: ¿Les dirás la verdad a ellos? –

Draco: Tengo que pensarlo. -

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Daphne: Eres. – un golpe en la cabeza. – Un – otro golpe. –Tarado. – otro golpe.

Draco: ¡Quieres parar! -

Daphne: Debes decirles la verdad. –

Draco: Solo necesito que Longbottom no les diga nada. –

Neville: ¿Porque yo? –

Draco: Solo asegúrate de que nadie les mencione a Hermione, son muy curiosos descubrirán todo. –

Neville: Que falta, que esconda nuestro anuario en la sección prohibida. –

Draco: Si puedes. –

Neville: Estas yendo muy lejos. –

Daphne: Solo habla con ellos. –

Draco: Necesito más tiempo. –

Daphne: ¿¡11 años no han sido suficientes!?-

Draco: No.

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Ron: No, no y no. –

Draco: Weasley nunca en mi vida te pediría algo si no fuera serio. –

Ron: No pienso hacerlo. –

Astoria: Él tiene razón Draco. –

Draco: Solo una forma de entrar a Hogwarts. O déjenme acercarme al ministerio. –

Astoria: ¿Y sus padres qué? –

Draco: Ellos no deben enterarse. –

Ron: Una hora, es todo el tiempo que te dejare entrar. –

Draco: No la desperdiciare. –