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Cuando Draco se levantó esa mañana y recordó lo que había pasado hace unas horas pensó que todo era un sueño. No había dormido con Hermione solo se habían besado. Unas cuantas veces y luego habían caído rendidos y abrazados en su cama. ¿Pero dónde estaba ahora? Se puso unas pantuflas y bajo las escaleras con miedo a darse cuenta que todo había sido mentira. Pero no fue lo que sucedió. Cuando llego a la cocina un delicioso aroma inundo su nariz. Casi corrió al lugar donde encontró a la castaña con una de sus camisas cocinando. Se quedó observándola con un brillo en los ojos y luego se acercó sigilosamente por detrás abrazándola por la cintura.

Hermione: Buenos días. – dijo volteándose la joven para rodear a Draco por el cuello.

Draco: Buenos días. – respondió este depositando un pequeño beso en los labios de Herms.

Hermione: Siéntate, prepare el desayuno. –

Draco hizo caso y se sentó en la pequeña mesa sin dejar de observar cada facción de la castaña. Estaba tan concentrado que no se fijó en que una lechuza había llegado a dejarle una carta. Tomo el sobre y lo abrió delicadamente. Saco la carta para leerla cuando Hermione lo interrumpió.

Hermione: ¿Es de tus hijos? –

Draco: Eso parece. ¿Quieres escuchar lo que escribieron? –

Hermione: Claro. –

Draco:

Querido padre,

Abraxas ha entrado a los merodeadores. Y yo también. Sé que te dije que no quería entrar, pero me aceptaron y no quise desaprovechar la oportunidad. E entrado a la sección prohibida con Albus la otra noche. Logre escapar de Filch y por eso me integraron a los merodeadores. Pero no fue apropósito. Estaba buscando el anuario de tu curso. Quería saber quién es mama. Te digo esto porque no encontré nada. Sé que es tonto, pero Abraxas y yo hemos apuntado cada pequeño detalle que conseguíamos sobre quién es. No es culpa de tío Blaise, somos nosotros los que lo convencimos de que nos cuente historias sobre ustedes. Pero no hemos encontrado a ninguna chica que tenga el mismo apellido de mamá. En conclusión, te digo esto porque han pasado 11 años y probablemente no estés listo para decirnos la verdad. Pero la necesitamos. Espero que en las vacaciones de navidad podamos hablar con más claridad. Y tengo una noticia importante que contarles a todos.

Atentamente

Tu hijo Scorpius.

Hermione: Wow... -

Draco: Voy a matar a Blaise. –

Hermione: Como te dijo Scorpius no es su culpa. Ellos son niños quieren conocer a su madre. –

Draco: Pero aún no están listos. Y que dirán cuando se enteren que ella no los recuerda. Cuando ni siquiera me recuerda a mí. Cuando sepan que todo fue mi culpa. Que por mí su madre nunca los pudo conocer. –

Hermione: Draco tranquilízate. Eres un Malfoy encontraras una solución. –

Draco: Ella me odiara cuando sepa la verdad. –

Hermione: No digas eso. –

Draco: Yo le, arrebate a sus hijos... ¿Herms cómo te sentirías tú? –

Hermione: Pues si me sentiría mal, pero debe de haber una buena razón para que haigas hecho lo que hiciste. – Se fundieron en un abrazo cuando dos jóvenes aparecieron por la puerta.

Ron: Draco, Her... -

Harry: ¿Que pasa acá? –

Ron: ¡Le dijiste! –

Draco: ¡No! Ni una palabra Ron. –

Hermione: ¿Decirme que? –

Draco: No es nada. Nos disculpas un momento Herms. –

Hermione: Si, claro. – Los tres salieron de la cocina y se dirigieron a la oficina del rubio.

Harry: ¿Tienes una explicación para eso? –

Ron: Medio mundo mágico piensa que desapareció. –

Draco: Chicos ella vino por su cuenta. Apareció aquí eran las dos de la mañana la invite a quedarse hablamos nos besamos y ya. –

Harry: ¿No hicieron nada cierto? –

Draco: No solo nos quedamos dormidos en mi cuarto, pero nada más. Quien me has creído Potter. ¿Sera mejor que valla a decirle que la están buscando cierto? –

Harry: Ve, nosotros volveremos más tarde. –

Draco salió de la oficina y se dirigió a la cocina. Pero cuando llego Hermione estaba besándose con Lucas. Y ya que no lo notaban tosió para que se dieran cuenta de que estaba hay.

Hermione: Draco, él es Lucas... –

Lucas: Su prometido. – agrego mientras extendía su mano para saludarlo.

Draco: Es un gusto. –

Lucas: Bueno Herms creo que será mejor irnos a casa. Debes cambiarte. –

Hermione: Claro. Gracias por el té Draco. Nos vemos. –

Y el rubio volvió a quedarse solo en aquel lugar. Termino de comer lo que Hermione había preparado y luego se dirigió a su habitación. Se recostó en la cama y logro oler el olor de la chica que se había quedado impregnado en su almohada.

Draco: Pronto... pronto volveremos a estar unidos Herms. -

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Bueno se los debo así que otro cap en menos de 1 día wuuuu.

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Amy Lovegood

El dolor de perderte DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora