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Albus y Draco se encontraban en la enfermería observando a Scorpius. No habían comido nada más que lo que la enfermera les traía. Y Albus había insistido en quedarse a dormir ahí. Nadie pregunto porque insistía tanto en no separarse de Scorpius, pero estaban más ocupados buscando a Ginny. El lugar estaba en silencio debido a que Hermione había ido en busca de otro libro para leerles mientras esperaban. Fue entonces que luego de una semana Scorpius dio indicio de que seguía con vida. Movió su mano lentamente seguido de su cabeza. Albus se acercó a su lado al igual que Draco. Y entonces vieron como empezaba a parpadear y a acostumbrarse a la luz.

Albus: Scorp. – dijo el pelinegro.

Scorpius: ¿Dónde estoy? – pregunto aun sin verlos.

Draco: En Hogwarts, en la enfermería hijo. –

Scorpius: ¿Quién eres? – pregunto una vez que se levantó por completo.

Draco: Soy tu papa. –

Scorpius: No. –

Albus: Scorpius que es lo último que recuerdas. –

Scorpius: Mi... mi mamá. ¡Donde está mi mamá! –

Draco: Scorpius tu mamá... - pero el rubio no puedo terminar porque Hermione acababa de llegar.

Scorpius: ¡Mamá! – grito el pequeño mientras corría a abrazar a la castaña, que no entendía nada.

Hermione: Scorpius yo... – pero no termino esa frase porque el rubio le hizo señas para que le siguiera la corriente. – Me alegro que despertaras. –

Scorpius: ¿Quiénes son ellos? –

Albus: ¿Enserio no te acuerdas de quién soy? – pregunto el pelinegro al borde de las lágrimas.

Scorpius: Yo... no... – y entonces el pelinegro salió corriendo del lugar.

Draco: Iré a verlo. –

Hermione: Scorp porque no te acuestas aún tienen que ver si ya estás bien. –

Scorpius: Mama... ¿qué me paso? –

Hermione: La enfermera nos lo dirá pronto... iré por algo para que comas. –

Scorpius: ¿Me traes chocolate con castañas? Por favor. – la castaña sonrió ante eso, debido a que ella amaba el chocolate con castañas.

Hermione: De acuerdo. – y salió del lugar dejando al rubio solo. Ahí encontró a Draco observando la nada. – ¿Y Albus? –

Draco: No quiso hablar y lo dejé marcharse... Pensé que estarías con Scorpius. –

Hermione: Le dije que iría por comida para él. –

Draco: Te acompaño. –

Juntos caminaron en silencio hasta la cocina. Al entrar no encontraron a ningún elfo, pero eso no molesto a Hermione. Quien al instante empezó a buscar en las repisas cosas para preparar algo de comer. Draco la imito, pero fue en busca de golosinas, sabía que su hijo amaba el chocolate con castañas y pensaba llevarle algunas. Una vez que encontró el tarro de chocolate con castañas volteo a ver a la castaña mientras tomaba un chocolate del recipiente. Y se lo tendía a la castaña.

Draco: Son tus favoritos ¿cierto? –

Hermione: Si... ¿cómo lo sabes? – entonces el rubio se quedó helado. Como no iba a saberlo si cada aniversario buscaba hasta el cansancio los mejores chocolates con castañas para ella, pero la castaña ya no recordaba eso.

Draco: Solo lo sé. – respondió acercándose a donde se encontraba la castaña. – ¿Y que vas a preparar? –

Hermione: Es una sorpresa. –

Draco: De acuerdo. Solo espero que sea delicioso. – dijo retrocediendo hasta apoyarse en un saco de harina.

Hermione: No juzgues mi comida sin haberla probado Malfoy. – dijo la castaña sonriendo. Esa sonrisa, derritió a Draco y le hizo recordar buenos momentos.

Draco: Pues tendré que esperar Granger. – y seguido de esto le tiro un puñado de harina a la castaña.

Hermione: ¡Malfoy! –

Draco: Que esperas Granger, ¡defiéndete! – y sin pensarlo la castaña se acercó al saco de harina donde el rubio había estado y le tiro un buen puñado a Draco.

Draco siguió cogiendo cosas al azar y lanzándolas al igual que la castaña. Eran como dos niños pequeños causando un desastre en la cocina. Fue entonces que la castaña dio media vuelta para llegar al almacén donde esperaba hubiera algo que lanzarle al rubio. Pero los brazos de Draco la rodearon por la cintura impidiéndole llegar a su destino. La castaña volteo y de entre la harina y otras cosas que Draco tenía en el rostro encontró esos ojos grises tan únicos y con un brillo. Y Draco al estar tan cerca a ella se perdió en los ojos de esta. Y poco a poco se acercaron y unieron sus labios olvidándose del desastre que habían causado. Hasta que tuvieron que separarse debido a la falta de aire. Draco intento limpiar un poco el rostro de la joven, pero no logro mucho.

Hermione: Draco... respecto a que Scorpius crea que soy su madre. Sé que fue duro para ti lo que le paso a ella y... - pero el rubio la corto con un rápido beso.

Draco: No me importa mucho que crea que eres su madre. En realidad, creo que cuando todo se mejore deberías serlo de verdad. – las palabras del rubio sonrojaron a la castaña tanto que ni la harina que tenía en el rostro podía cubrirlo completamente.

Hermione: ¿Me estas proponiendo matrimonio Malfoy? –

Draco: Creo que ni Granger ni Nott es un buen apellido para ti. Hermione Malfoy... ¿qué te parece? –

Hermione: Primero debemos encontrar a Ginny. Y preparar la comida. –

Draco: No te preocupes, te voy a esperar. – la castaña volvió a besar al rubio y luego se separó de él. – Ya he esperado 11 años. – esto último lo dijo en un susurro que la castaña no alcanzo a oír.

Draco limpio la cocina con un movimiento de su varita. Y Hermione los limpio a ambos también con su varita. Luego de arreglar todo Draco se sentó y observo a Hermione preparando la cena. Una vez lista la ayudo a llevar todo a la enfermería donde Scorpius descansaba en la cama. La castaña dejo todo en una mesa que estaba libre y se acercó al pequeño para levantarlo. Una vez que este despertó Abraxas, Albus y James llegaron. Y se quedaron a cenar. Draco estaba feliz porque estaba cenando con sus dos hijos y la persona que jamás dejo de amar. Pero ni Scorpius y Hermione lo recordaban. Pero eso ya no le importaba por ahora. 

El dolor de perderte DRAMIONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora