Mientras Arley, los gemelos y Pandora se hacían cargo de Cronos y del mando de los espectros, en la superficie, los humanos resguardados esperaban impacientes por recibir buenas noticias, por escuchar que toda esa horrible pesadilla había terminado.
Entre los refugiados se hallaba una chica de pelo rizado y castaño hasta la cintura, ojos ambarinos y piel ligeramente bronceada.
Aquella chica, cuyo nombre era Amanda, se había estado distrayendo de aquel horror con el rostro de un hombre, al parecer el servidor de algún dios.
Aquel hombre serio, rubio, de armadura oscura y fantasmagórica la había sacado de debajo de algunos escombros.Su casa había sido derrumbada en un ataque, y ella había quedado bajo ese desastre.
Cuando aquel hombre la rescato, pensó que definitivamente iba a cambiar su rumbo, ya no actuaría nunca más egoístamente definitivamente se redimiría.Cada noche o al menos cuando el reloj indicada que era de noche, ella pensaba en él, soñaba que volvía por ella y le aseguraba que todo estaba bien, que la normalidad había regresado.
Aquel sueño era su esperanza, aquel sentimiento que le permitía continuar respirando como humana y no como un contenedor lleno de miedo y de desesperación.
******
En la prisión de hielo, mejor conocida como la octava prisión, las cuatro chicas, "Joyas" de Ares, despertaban con los cuerpos casi convertidos en paletas de hielo.
Esmeralda sentía que algo en ellas estaba cambiando, por ejemplo, Zafiro ahora tenía el pelo negro, ojos azules y de aquella rubia de horas o días atrás -sabría Dios cuanto llevaban ahí- ya no existía.De inmediato intento buscar su reflejo, antes de que lo consiguiera, el viento gélido le hizo volar el pelo hasta chocar contra su cara.
Castaño....
Su pelo era de ese tono, se sobresalto, nunca habían aparecido con rasgos físicos diferentes, es decir, ellas ya no poseían un nombre, una identidad.
Lágrimas cálidas escurrieron por sus mejillas, estaba aliviada de poder recuperar algo de humanidad, algo de libertad y vida. Sin Ares para someterlas, ni Cronos para usarlas, ahora recuperaban su tan -en el fondo- anhelada libertad.
Zafiro despertó también, estaba congundida, no sentía el cuerpo, las cuatro estaban enterradas en hielo. Sólo sus cabezas sobresalían.
Observó a alguien, una chica que lloraba, debía ser una de sus hermanas y por su esencia, Esmeralda.
-¿Que te ocurre Esmeralda? ¿Unas vacaciones en el Hades te ponen melancólica?
Esmeralda la observó como queriendo abrazarla.
-Zafiro, creo que las cadenas de Ares se han roto. Mírate.
Con un poco de humor, Zafiro observó su reflejo.
Su sardónica sonrisa se borró, era totalmente diferente a Esmeralda.-¿¡Que esta sucediendo!?
-Somos humanas, al menos más que antes.
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Hades y Neftis sorteaban con precaución los terrenos peligrosos del Tártaro.
-Siento que estamos más cerca.
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Seduciendo a Lía.
FanfictionÉsta es la continuación del libro "Seduciendo a Hades". En esta ocasión las cosas no serán tan bonitas para las chicas y sus caballeros, además de que tendrán que colaborar de nuevo con otros dioses para poder salvar el mundo, presenciaran cambios...