Capítulo 7 - Morir por amor

627 48 27
                                    

[VALKYON]


Hacía un rato que Mystika e Ignis se habían ido. La dragona descansaba tranquila, con la herida completamente cerrada y Nicolae había ido a buscar algo de comer para cuando despertara, necesitaría recuperar fuerzas después de toda la sangre perdida.

Yo seguía mirando impaciente hacia donde habían desaparecido. En cuanto volviera el hydra saldría en su busca, estaba decidido. Y por suerte eso ocurrió rápido. Nicolae apareció con unos cuantos peces en sus manos, al parecer tenía una habilidad increíble para pescar.

Los dejó a un lado y después de advertirles de mi marcha en busca de Mystika, salí corriendo en la misma dirección.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



Ocho, ocho eran los huevos que había allí en ese nido gigante, y cada uno de ellos de un color diferente: plateado, bronce, ocre, cobre, azul, verde, negro y blanco. Lo que me hizo pensar en que no eran de la dragona dorada.

Haciendo un repaso a mis conocimientos de mitología y contando, podrían tratarse de todas las razas de dragón que se creían que existieron en mi mundo un día. Un mundo que una vez fue compartido con todos los faeries. Y a estos huevos solo faltaba sumarles la dragona dorada que salvamos e Ignis, el rojo. Diez.

Mi corazón latía a mil por hora con el descubrimiento y enseguida comprendí que el ataque bien podría deberse a esto que tenía frente a mí. Y al parecer habían fracasado, no los habían descubierto, la dragona debió defender el secreto con su vida. Por desgracia estaba segura de que eso no les frenaría y volverían aquí.

Fue entonces cuando oí el eco de unas pisadas acercándose a nuestra posición. Y si la dragona había defendido este nido, yo haría lo mismo. Me acabé de transformar y tanto Ignis como yo nos pusimos ante el nido, dispuestos a atacar a quien se acercara.

En cuanto los pasos se aproximaron, Ignis se relajó, sentándose tranquilamente a la espera. Supe entonces que no era un enemigo quien se aproximaba y pude imaginar de quién se trataba. Volví a mi forma humana y esperé a su llegada.



Mystika: Valk, acércate a ver esto.



Oyendo el tintineo de su armadura supe rápidamente que se trataba de él. Acabó de aproximarse a nuestra posición y miró hacia el nido asombrado. Luego dio varias vueltas alrededor para comprobar lo que tenía ante sus ojos. Se agachó y tocó a uno de ellos en silencio.



Valkyon: Son...

Mystika: Sí. Creo que tenemos el motivo del ataque.


Asintió mientras numeraba por colores los huevos susurrando para sí mismo, y, como hice yo, contó finalmente a mi dragón y a la dorada. Luego me miró serio pronunciando el número <<diez>>, a lo que yo afirmé con la cabeza.

Su cara de preocupación no hizo más que aumentar mi inquietud. Animales tan poderosos a manos de seres oscuros no podía significar nada bueno. ¿Qué estaban planeando? Valkyon parecía hacerse la misma pregunta por la mueca de su rostro.



Mystika: ¿Qué vamos a hacer?


Valkyon: Hay que proteger el nido, pero no podemos quedarnos aquí siempre.

Mystika: Volvamos con los chicos, quizás entre todos encontremos una solución, aunque sea temporal.


Echamos un último vistazo al nido y desaparecimos por la oscuridad de la cueva en dirección al bosque.

Al llegar a la altura de los humanizados, la dragona comenzaba a despertar, saliendo de su letargo lentamente. Su primera reacción al vernos fue de ponerse de pie y a la defensiva, así que me acerqué a ella con cautela y los brazos extendidos para demostrar que no iba a hacerle daño.

Después de cerrar sus párpados varias veces se relajó un poco, como si ya reconociera que fuimos nosotros quién la salvamos.



Mystika: No vamos a hacerte daño, queremos ayudar. Mira.


Hice un gesto a Ignis para que se colocara a mi lado. Ambos se olieron curiosos y parece que fue esto lo que acabó de convencer a la dragona de que estaba a salvo con nosotros.

Entonces, ante nosotros comenzó a transformarse en la forma de mujer con que la conocimos. Pelo y ojos dorados y piel ligeramente bronceada, dorada.

La Elegida [2ª Temp.] | ELDARYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora