Capítulo 20: Hernesto/ John

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Hermione

Estaba aturdida, me sentía débil y asustada, los brazos no podían soltarse de mi pecho y mis piernas en cualquier momento podían dejar de sostener mi peso, con pasos lentos me acerque a aquel hombre que se formó y había pronunciado mi nombre, vestía pantalones que claramente le quedaban pequeños y un camisa apenas abotonada, estaba admirando su cuerpo con impresión. Cómo si no se hubiera visto en años

—Tio John— gritaron los gemelos, corriendo hacía él

—Chicos pensé que no eran reales—dijo el agachandose a la altura de los niños

—¿Pueden dejarme a solas con mi hermano?—pregunté mirando al suelo y con un hilo de voz a penas audible hasta para mí misma, todos asintieron y entraron a la casa por una pequeña puerta a unos metros de nosotros

El silenció se hizo presente por unos minutos, mi mirada puesta sobre él era tan potente que podía sentir como caían pequeñas gotas encima de nosotros, el enojo era tan grande qué rayos se escuchan a los lejos

—Hermione—comenzo a hablar rompiendo el silencio—. Hermione puedo explicarte todo

—¡No Hernesto! No puedes explicar nada, te fuiste, te fuiste sin decir nada, sin dejar una carta, sin siquiera despedirte, me dejaste sola—. Con cada palabra me acercaba más a él

—¡Yo no te deje sola!- respondió. Me tomó de los hombros apretándome un poco, no pude reclamar ya que su tacto era tan cálido, se sentía como un fuerte calor recorriendo todo mi cuerpo

Comenzó a reirse hechando su cabeza hacía atrás, se me habia olvidado que su sonrisa era tan perfecta, se me había olvidado que era igual a la mía

—¿De que te ries?!— pregunté alzando una ceja

—Me llamaste Hernesto— dijo calmando su risa—. Desde hace mucho tiempo dejaste de decir mi nombre

Reí, sin embargo, las lágrimas corrían por mis mejillas

—¿Por qué?— dije a duras penas—¿Por qué lo hiciste?¿Por qué un día estabas en casa y al siguiente mis padres actuaban como si nunca hubieras existido?¿Por qué una semana después estaba llorando tu muerte?— levanté la vista un poco más apegada a su cuerpo, sus ojos color miel sé fucionaron con los míos del mismo tono

— Esa noche tuve una pelea con mamá, ella quería que me quedara en el mundo mágico, que entrenará para ser auror, dijo que peligros como Voldemort podían regresar y que yo con mi poder debía ser uno de los que protegiera el mundo mágico— comenzó a explicar
         Me pidió que me fuera de casa y así lo hice, ella quería negar mi sueño de estudiar en el mundo Muggle, al siguiente día cuando regrese por mis cosas me prohibieron la entrada, cerraron la puerta en mi cara. Intenté entrar por la ventana de mi habitación pero está también estaba cerrada. Tu estabas en casa de los Weasley, y no podía presentarme allí y romper la orden de mi madre de no decirte el porque. Vague por semanas, hasta que llegue a este pueblo, una amable señora me ofreció refugió pero le tuve que dar algunas cosas a cambió... no he salido de ahí en 4 años

Sus palabras me hacían sentir cosas extrañas, rodee su torso con mis brazos y el se aferró a mi, sentía sus lágrimas caer en mi pecho, tenía a mi hermano de vuelta, o eso es lo que creó, tenía sus brazos protegiéndome de nuevo

Los minutos se hicieron eternos y prefería que se quedarán así, me sentía cómoda, me sentía bien, muchos sentimientos que pensé que se habían ido estaban ahí, entrando a mi corazón y rearmando esa parte que se había destruido hace tanto tiempo

La calidez del cuerpo de mi hermano me hacía sentir miles de hermosas sensaciones que eran aumentadas por el hecho de verlo a los ojos. Apoyaba mi cabeza en su hombro, como siempre solía hacerlo

Nos separamos y decidimos sentarnos en el suelo, este era un campo algo seco pero aún lleno de color verde, ví como luchaba un poco con sus piernas al sentirlas inútiles debido al uso nulo de estás. Reí por lo bajo y el sonrío al quedar sentados a mi lado 

—¿Y... como es que conoces a los gemelos?—pregunté con voz curiosa. La charla se estaba extendiendo y esa pregunta había vuelto a mi mente cuando los niños asomaban sus cabecitas por la puerta intentando espiarnos

— Ellos me buscaron hace unos meses. Eran aun bebes, no hablaban pero Jane se podía comunicar conmigo, son niños muy poderosos Hermione. Extraordinarios. Seran unos buenos Slytherin, estoy seguro— afirmó haciendo reír

—¡Ellos iran a Gryffindor!

—¿Que? ¡Mis sobrinos deben estar en la mejor casa de Hogwarts!— alzo su mano ofendido, pero se podía notar la diversión en su rostro

—Pensandolo bien, tengo pocas expectativas de que sigan el legado de los leones, la sangre de serpiente corre por sus venas

La maldición de los MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora