Mi arrebato

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En cuanto soy consciente de cómo nos estamos mirando, siento como el coche se detiene. La forma en la que me está mirando ni siquiera con el tiempo que llevo con él, sé lo que significa, pero no creo que sea nada bueno.

-Kuchiki sama, todo está dispuesto para el almuerzo.

En cuanto escucho eso, siento un escalofrío. Almuerzo. Claro, ya puedo imaginarme lo que van a comer. Salgo del coche y lo sigo sintiéndome realmente un idiota. ¿Cómo puedo estar confiando en alguien como él? Kuchiki Byakuya no es más que otro vampiro poderoso, por mucho que diga y repita que no es como los demás, él se alimenta de lo mismo que todos.

-Por aquí, por favor.- Me dice una chica vestida con ropas del hotel. Yo la miro y luego miro a mi amo que arruga el entrecejo.

-Renji.- Dice para que me acerque. Cuando lo hago siento como sus ojos parecen querer traspasarme.- Nos veremos a media tarde. Disfruta la comida y comportarte como debes.

-¿No me vas a poner tu detector de erecciones?- Le digo viendo cierta sorpresa por mi ocurrencia. Durante un segundo, casi puedo percibir cierta media sonrisa en su rostro aunque, en seguida desaparece.

-Confio en que sabras lo que te conviene.

Lo veo alejarse justo cuando un hombre bastante atractivo se le acerca sonriéndole.

-Byakuya, cuanto tiempo sin verte.

-Kyoraku san no deberías tutearme de esa forma.

-Venga ya, si te conozco desde que naciste. Un bebe precioso, por cierto.- Veo como eso saca de sus casillas a mi amo y de nuevo, siento esa especie de envidia de todo aquel que lo rodea y conoce esas otras facetas que no muestra a nadie. No me gusta. No me gusta sentirme así.

-Renji.- La voz de uno de los chicos de anoche me hace relajarme un poco. Es cierto. Solo tengo que aceptar lo que me ha traido aquí e intentar disfrutarlo sin salirme de las normas. Además... por mucho que quiera engañarme, sé perfectamente que si tengo que elegir entre todos estos chicos preciosos y mi dominante amo... elegiría lo que menos se espera de mi.

***Byakuya***

El almuerzo es un poco más de lo mismo. Ayer ya pude comprobar como varios de mis invitados se habían traido a sus propios humanos para que los alimentaran aunque, parece que hoy está la cosa algo más calmada que ayer noche. Hoy parece que están bebiendo todos de forma indirecta de ellos mientras que anoche, algunos de mis invitados bebieron directamente de sus humanos al ser ellos quienes se ofrecían a sus amos. Por extraño que pueda parecer, ese acto me excito tanto como horrorizo. Es cierto que es bien sabido que en la intimidad y bajo una absotula aceptación voluntaria por el humano en cuestión, el que un vampiro beba de él, está permitido, pero por otro lado, ¿cuánto de voluntario hay en que una mascota, que se desvive por su amo, se ofrezca para algo como alimentarlo? Ah, la influencia de Renji me hace ver demasiadas cosas y no me apetece darle vueltas ahora mismo.

Una de las chicas del hotel me acerca una carta para elegir el tipo sanguíneo que prefiero y elijo un 0-, el más raro de la carta. A los pocos minutos tengo a un chico joven a mi lado que deposita en una copa una cánula que lleva insertada en el brazo. Al momento su sangre comienza a resbalar por el interior de la cánula hasta llegar a mi copa. El aroma de su sangre es espectacular y puedo ver como el resto de comensales están igual de deseosos que yo.

-Veo que en gustos eres tan especial como yo.- Dice Kyoraku sentado frente a mi, lo que me hace arrugar el entrecejo.

-Intenta no compararte conmigo, Kyoraku san.

-Nunca osaría tal cosa, alteza.- Dice con cierto rintintin.- Aunque habría jurado que elegirías algo más... común.- Dice mirando al chico que esta detrás mio por si quiero repetir.

Akai Tsuki (Saga Luna Oscura parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora