Justicia en mis manos

15. Chicos

El auto iba a tan alta velocidad que no me dejaba ver el camino por el que se dirigía, sentía miedo de que pudiese pasar algún accidente donde pierda a Erick o peor aun me pierda yo misma sin poder hacer justicia por mi padre. 

Al frenar las llantas chirriaron, estábamos como en un bosque. Erick salio del auto por lo que yo hice lo mismo, comenzó a adentrarse al bosque a paso apresurado, yo lo seguía un poco en distancia, estaba cansada y los tacones no ayudaban. Había mucho lodo, el vestido blanco poco a poco se fue convirtiendo en marrón, se me dificultaba caminar en el lodo con estos tacones ya que a veces se quedaban enterrados en el lodo. 

Sentía que me observaban, cada paso que daba un escalofrío recorría mi espalda, trate de apresurar el paso para llegar por lo menos a unos centímetros de distancia de Erick. Una gran cabaña resaltaba en medio de el bosque, Erick se dirigía a ella, al llegar toco la puerta. Al ver el niño que abrió la puerta mi corazón se acelero, era el hijo de Z. Corrí hasta la cabaña al ver como Erick entraba hecho furia a esta, el niño me dio un abrazo, se lo correspondí antes de seguir a Erick.

Comenzó a subir las escaleras, desvié mi mirada cuando sentí una mirada detrás de mi, al voltearme descubrí esos ojos canelas que me dieron a entender que era T, llevaba a su niña en las manos. Un sonido en la cocina me hizo girarme encontrándome con supongo yo Z, su cabello era realmente largo, ojos negros como la noche, por fin les vi los rostro a ambos, solo faltaba uno. 

Un estruendo seguido de gritos se escucharon arriba, por lo que todos corrimos escaleras arriba. Al ver como Erick le arrojaba todo lo que encontraba a una puerta de metal me estremecí.

-Sal de ahí, cobarde. -Erick estaba hecho una furia. -¡SAL, JODER!

-Erick Basta, ¿Que coños te pasa? 

-Esos dos que ves ahí son mis "amigos", y el capullo que esta ahí dentro fue quien hizo que mataran a mi padre años atrás. -Erick seguía golpeando la puerta sin piedad. -Los conozco desde que nací, cuando salí del orfanato venía a visitarlos, pero ese capullo nunca salía de su maldita guarida.

-¡QUE YO NO LO HICE! -En definitiva era A quien hablaba, pero su voz sonaba algo ronca como si estuviese llorando. -Que tu padre haya dado su vida para salvarme no me hace culpable de su muerte. -Estaba llorando. -¡Por favor, entiende Arturo era como un padre para mí!

-Erick ya basta, ¡Se largan todos abajo!, quiero hablar con A  a solas. -Todos se fueron dejándome sola. -A déjame pasar, estoy sola.

-No se, tal vez quieres que tu Amigo me mate. -Reí al igual que el, abrió la puerta dándome paso. -Bienvenue a mi segunda guarida. 

Era un lugar sumamente oscuro, solo una caja de metal que soportaría hasta una bomba nuclear. 

-¿Estas bien? 

-Desde hace muchos años que no lo estoy, Erick desde la muerte de su padre me culpo y eso dolió, Seis chicos mejores amigos desde que tienen memoria, dos mueren, uno se lo llevan a un orfanato. Erick siempre que me ve reacciona de una manera dura contra mí, me ha golpeado muchas veces pero no tengo el valor de darle un golpe, no a el. -Por la oscuridad no puedo ver el rostro de A. -Ya viste los rostros de Z y T, ver el mío seria dañar toda una sorpresa ¿No crees?

-Me da curiosidad de ti, Los rostros de Z y T me resultan conocidos. -Me llevo la mano a la barbilla. -Siento que los vi en algún momento importante de antes pero no recuerdo. 

-Tal vez el día en que Cesar nos presento, No seria bueno que me vieras, Yo soy idéntico a alguien que fue muy especial para ti. -Suspiró. -Pero las cosas pasan por algo, el destino quiso que vieras los rostros de los chicos menos el mio. 

-Así es.

-Me pasas mi máscara, esta a tu derecha. -La busco con la mano, cuando la encuentro se la tiendo. -Muchas gracias. -Me fundió en un abrazo, por el acercamiento pude ver sus ojos, Grises. 

Salimos de su guarida, me sonroje al ver que solo llevaba unos calzoncillos, su cuerpo no se veía tan fornido como los demás pero era perfecto, se veía sexy, examinaba cada faceta de su cuerpo. Al llegar a su cara se me estremece todo el cuerpo, como llevaba solo la mascara sus ojos resaltaban de esta, ahora se veían verdes. 

Desvíe la mirada para seguir escaleras abajo, el venía detrás de mi. Podía sentir su mirada recorrerme cada espacio de mi cuerpo, el vestido que ahora es marrón se me pegaba al cuerpo por lo sucio que estaba. Al llegar a la planta baja, estaban todos sentados en los muebles, con la mirada en el piso.

-Erick le debes una disculpa.

-Primero muerto. -bufo molesto. -Se supone que eres mi mejor amiga, deberías apoyarme a mi no a un desconocido cobarde que ni muestra su rostro.  

-Soy tu mejor amiga, pero eso no incluye que debo apoyarte en las malas cosas, ¡Madura Erick!

-¡Madura tu!, cuando te des cuenta que tengo la razón y cuando te recuerdes que eres mi mejor amiga me buscas. -No pude evitar que las lágrimas saldan en descontrol. -Por lo menos tengo una novia que me apoya y me dará un bebé, cuando tu aun no superas a Damian, han pasado ya 7 años Allison... -Sin más salio de la cabaña, A me abrazo y no dude en llorar en su hombro.

Habia pasado más de dos horas, yo aun seguía llorando acostada junto a A, no comprendo porque mi mundo se desmorona poco a poco, solo trato de buscar el bien para todos, pero solo lo hago peor, tratar de resolver algo que no me incumbe fue lo peor, solo quiero un mundo mejor.

A no se ha separado de mi ni un momento, ahora esta dormido, me siento en la cama es mi oportunidad de ver su identidad, sin más preámbulos le quito la mascara, mi corazón comienza a correr más rápido, ¡Su rostro!, se me olvida que estoy en la cama y caigo de bruces contra el suelo, me he dado fuertemente en la nuca, el rostro de A vuelve aparecer en mi campo de visión, siento un liquido al rededor de mi cabeza, luego todo se fue poniendo negro poco a poco.