24. ¿Hija del jefe?

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Allison

El frío era muy intenso durante las últimas horas, los gritos habían cesado, no había ningún ruido, puedo asegurar que esta de noche, aunque por la oscuridad siempre presente me deja entender que estamos bajo tierra. A duras penas me levanto, me arden los ojos de tanto llorar, mi cabeza esta por explotar, mi cuerpo cansado.

Al acercarme a la puerta me sorprende el hecho de encontrarla sin seguro, todo este tiempo estuve encerrada en mi misma burbuja, la puerta nunca ha tenido seguro. La abro un poco para asegurarme de que el lugar este despejado, la oscuridad era presente excepto en varios lugares donde se encontraban luces Lex. 

Al salir me encuentro con un pasillo en donde se podía vislumbrar rejas.

Camino cuidadosamente, intentando no hacer ni el más mínimo ruido, al mirar a una de las rejas puedo ver como alguien descansa amarrado de pies y brazos en una cama, no puedo mirar su cara por la falta de luz. 

Continuo caminando mirando dentro de cada reja, para ver si puedo reconocer a alguien, un sollozo me hace adelantarme rápido, al mirar en la celda puedo ver una cabellera rubia cubriendo el rostro de la chica, esta amarrada a una silla. Puedo ver claramente la escena gracias a una bombilla que hay en el techo, la chica esta llena de moretones, en el piso hay cierta cantidad de sangre seca. 

La chica lloraba a mares, por su físico puedo asegurar que es una adolescente. ¡Pobre chica!, a de estar sufriendo mucho. Doy suaves toques no muy llamativos en las rejas, la chica al percatarse se voltea hacía a mi, dejando ver su rostro, haciendo que mi corazón se rompiera. 

-¡All! -Chilló un poco fuerte lo que me hizo indicarle silencio. -¡Ayúdame! 

-Debo encontrar la salida, ¡No entiendo como alguien es capaz de hacer aquello! -Vero se veía muy horrible, tenía una pequeña cortada en su buche izquierdo, moretones por todos lados... unas voces se hicieron presentes en el pasillo. -¡Volveré luego!

Comencé a caminar rápido hacía la habitación, las voces se hacían más intensas conforme avanzaba. 

-¡No quiero hacer guardia hoy!, estoy cansado de esto. 

-No es tan mal después de todo, pero como sabes los demás están persiguiendo a Christian, al chico raro y a la niña. 

Miraba atrás constantemente, sin poder vislumbrar a alguna figura, pero las voces hacían eco en todo el lugar, en mi ultimo intento choque contra alguien cayendo encima de este. 

Al bajar la mirada me encontré con un chico no más de 18 años, un mano me ayudo a levantarme, otro chico esta vez un poco mayor. 

-¿Qué haces fuera de celda chica? 

-No estaba en ninguna celda. 

-¡Ha de ser la hija del jefe! -Exclamo el primero lo que me desconcertó. -Llevemos la a su habitación antes de que alguien la vea. 

Sin más que decir me llevaron a rastras por todo el pasillo, hasta encerrarme en la habitación nuevamente, ¡Estoy cansada de todo esto!, ya perdí la cuenta del tiempo en el cual llevo aquí, necesito un baño urgente, necesito salvar a los demás, sus estados son muy horripilantes,  ¡OH VERO!, la mayoría están en camas mientras ella es torturada en una silla ¿Porque? 


Aitor

Al entrar en Caverstong unas camionetas nos interceptaron, el miedo en el rostro de la pequeña era notable, mientras que Christian sacaba un arma, apuntándola hacía mi cabeza. 

-¿¡QUE COÑOS TE PASA!? -Su furia era muy grande. -¡SOS UN MALDITO!, ¿PORQUE LO HACEN JODER?

Antes de que pueda responder un encapuchado toma a Christian del hombro haciendo que este se voltee, le indico a la pequeña que se agache, justo en ese momento Chris le dispara al hombre, más de cinco encapuchados se acercaron llevándose a Christian con ellos, el último me miro analizándome durante varios segundos hasta que hizo una seña y todos desaparecieron de nuestras vistas. 

-Debemos ir a mi casa, pero no en este carro. 

Tome a la pequeña de la mano, salimos corriendo del lugar, no necesitaba más problemas en la policía, y tan solo pensar que soy un sospechoso. 

Caminamos hasta que la noche nos cayó encima, ya estábamos a una cuadra de mi casa, ruego por que los niños estén ahí, estén bien... Zhoan y Tynos nunca me perdonarían el hecho de no cuidar de ellos. 

Las luces estaban encendidas, al abrir la puerta y entrar en la sala un alivio se instaló en mi, Zian estaba mirando la tele junto a Taina. 

-¡Tío! -Exclamó el pequeño al verme y corrió a mis brazos. -¿Donde estabas?, papá dijo que estarías aquí en una hora, ¡Ha pasado una semana! 

-¿Están bien? ¿Qué han comido? -No puedo creer que Zhoan había olvidado a los niños. 

-Si comimos gracias a la comida que había en el refrigerador, a pesar de que alimentar a Taina es difícil pero lo hice. 

Me dirigí al mueble cargando en brazos a la pequeña, a pesar de tener solo un año hablaba perfectamente, solo cuando quería algo. 

-Hagamos que cenar para que descansemos. 

-Tío otra cosa. -Zian estaba preocupado por algo, se le notaba. -Hace unos días unas personas entraron en la casa, no nos encontraron ya que entramos a tu habitación, ¡Perdón por entrar en tu habitación!, pero sabes que es la única que esta escondida. 

-Tranquilo, lo importante es que están bien. 

No puedo creer que hayan logrado localizar esta casa, se suponía que nadie más que no sea del circulo o que haya sido conoce este lugar. No tengo cabeza para pensar en que alguien fuera de nosotros conoce este lugar, aquí estamos en peligro. 

-Después de cenar, van a hacer las maletas, nos iremos a otra de las casas. 

-¡Vale!



Justicia en mis manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora