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SILVERY CAMINÓ CALLADA junto a Aidan. Habían quedado en hablar cuando se terminaran los premios y antes de que comenzara el After Party, así tendrían que evitarse ser fotografiados y tener que dar explicaciones a la gente.
El hotel donde se estaban quedando estaba repleto de paparazzis, por lo que salir a las calles tampoco era una buena idea. Y lo último por lo que optaron fue ir a la habitación de Aidan. Era lo más seguro donde no los cuestionarían del por qué estaban juntos.
—Feliz cumpleaños, por cierto —le dijo Aidan una vez que se sentaron en el pequeño sillón de dos personas de la habitación.
Silvery intentó sonreír, pero salió más como una mueca.
No le incomodaba para nada la presencia de Aidan. Era más bien triste, ya que el llegó a ser la principal causa de su sonrisa, y últimamente el había sido más bien la causa de sus lágrimas.
—Gracias —susurró ella y bajó la mirada, evitando cualquier contacto visual posible—. ¿Estás seguro que Kiara no se molestará de que estés aquí?
Silvery se arrepintió al instante de preguntar eso. No lo pudo evitar, fue como si las palabras salieran por si solas y ella no tuviera control de aquello.
Aidan suspiró y negó con la cabeza.
—Silvery, perdóname —le dijo sincero.
Ella sintió su corazón acelerarse. El se escuchaba triste, algo que no sucedía tan seguido desde que se conocieron.
—Ya te perdoné, Aidan —contestó ella—. No por ti, sino por mi. No puedo vivir la vida entera lamentándome por lo que sucedió entre nosotros. Pero, créeme, te perdono.
Aidan sentía un nudo en la garganta. Cierto era que estaba intentado algo con Kiara, pero el sabía que Silvery es y seria siempre su primer amor, y ese es el que nunca se olvida.
—Yo sólo espero que podamos seguir siendo amigos después de todo —el sonrío con tristeza, le dolía pensar que terminaría siendo "sólo un amigo" de ella.
—Si, está bien —le respondió ella y sonrió igual que el.
Ella tomó su mano y la acarició, el levantó la mirada hacia ella y, por primera vez desde que llegaron al hotel, hicieron contacto visual.
—¿Sabes? Estoy seguro de que —le dijo Aidan—, eres la persona correcta en el momento equivocado.
Las palabras de Aidan hicieron que Silvery casi perdiera el aliento y sintió su corazón latir rápidamente.
Llegó un mensaje al celular de Silvery y lo leyó, sin soltar la mano de Aidan. Su padre la buscaba para que comiera y se arreglara para el After Party. Muy dentro de Silvery, esperaba que ese momento con Aidan no terminara, pero Gareth Howell se pondría como loco si su hija no comiera antes de ir a la fiesta.
—Tengo que irme —le dijo. Y, aunque ninguno de los dos quería, soltaron su agarre. Silvery volteó a ver a Aidan antes de salir de la habitación—. Aidan.
El la miró ante su llamado y ella sonrió sin mostrar los dientes.
—¿Si?
—Si estamos destinados a ser, lo seremos. De eso estoy segura yo —le dijo.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ confieso que estaba escuchando a rio roma mientras escribía el capítulo jajsja, escuchen la canción btw, esta bien sad pero vale la pena:(
estaré escribiendo muchos capítulos este fin de semanaaa❤️
