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- Dime que me amas -me dijo Luke cuando el elevador se detuvo en el piso de mi apartamento.

Me tomó entre sus brazos y me cargó mientras me sacaba. Sonreí y entonces le contesté:

- ¿No es algo muy rápido?

El rubio me miró con el ceño fruncido y me contestó:

- Te conozco desde que tenías diecisiete años, Noora. Pasé menos de un año a tu lado, me enamoré aún así de ti y acepto que la cagué. Han pasado ya casi seis años desde eso, y sigo sintiendome de la misma manera de cuando te miraba a mis veintiocho años.

Me bajó cuando llegamos a mi puerta y me acorraló contra ella. Lo miré nerviosa ante aquella confesión y no pude evitar recordar lo sucedido con su mamá hace unas horas.

¿Qué quiero de Luke?

- Debes entender que aunque haya pasado todo eso, no significa que ya confíe en ti. Me rompiste el corazón.

- Y tú a mí -me respondió-. Pero aún así te sigo amando, y sé que tú a mí o sino no hubieras aceptado que estemos ahora juntos de esta manera.

Lo miré seria y supe que tenía razón, o bueno, tal vez una parte de mí seguía enamorada de él, pero la otra parte me decía que no lo hiciera.

- Yo... -lo miré seria y suspiré-. ¿Qué me dirías si te digo que te he dejado de amar?

- Te conquistaré de nuevo -me contestó sin dudar.

Mi corazón se llenó de ternura y entonces lo abracé.

Lo sigo queriendo, más de lo que me gustaría.

¿Debía aceptarlo?

- Tú eres alguien muy especial para mí -me limité a decir.

Luke se quedó en completo silencio, pero al final suspiró.

- ¿Eso que significa? -me cuestionó.

Mire su camisa y entonces lamí mis labios y subí mi mano hasta su pecho.

- Significa que supongo que tal vez no todo cambió -le contesté.

Luke bajó su cabeza para que lo mirara, me tomó de la barbilla y entonces me obligó a verlo fijamente. Me sentí nerviosa ante eso y entonces, con una mirada y un tono muy serio me ordenó:

- Dime las cosas de manera más concreta y certera.

Rodé los ojos.

- ¿En serio me obligarás a decirlo?

Asintió.

- Si no lo haces me iré y no esperes nada más de mí.

Abrí los ojos ante aquello.

- ¡¿Por qué eres así?! -exclamé molesta.

- Dilo, Noora -dijo tajante.

Suspiré con molestia y me negué a hacerlo, pero cuando comenzó a quitarse de encima mío, me aventé a él y apurada grité:

- Te amo.

Luke se quedó quieto y lo vi mirarme sorprendido unos segundos. Lo esperaba, pero aún así lo tomaba al parecer por sorpresa. Luke me miró sin palabras, pero al cabo de un minuto sonrió, me tomó y la cara y comenzó a besarme con emoción.

Sonreí al verlo tan contento, entramos a la casa y al final terminé desnuda y entre sus brazos.





Mi madre siempre decía que el único punto sensible de una mamá era su hijo, que por nosotros ellas sacaban todos sus malos modales a relucir. Pues bien, ahora lo entendía y creía.

- Noora -Matteo abrió la puerta lentamente y entonces la luz se encendió. Solté un quejido y me cubrí con la colcha, pero en menos de un segundo mi roomie me destapó-. No hay nada para comer -me dijo con tono triste.

- Pues ve a comprar algo -le dije sabiendo que me mandaría muy lejos.

Me empujó con molestia.

- Vamos a hacer el super.

Lo miré enojada y entonces le grité:

- ¡¿Ya conseguiste trabajo?! ¡¿Vas a darme algo por lo que comerás?! -me levanté ante su mirada estupefacta- ¡Tu mamá me volvió a hablar, y muy preocupada! ¡¿Al menos podrías contestarle?! ¡¿No te das cuenta lo mucho que se martiriza porque su hijo es un maldito inmaduro que no consigue un trabajo y se mantiene?!

- ¿Se puede saber qué te pasa? -me preguntó sorprendido.

- Me pasa que estoy cansada de que tus responsabilidades caigan siempre en mí, Matteo -le contesté sintiendo un nudo en la garganta-. No soy yo ya culpable de cómo lo pasas o pasaste, eres tú y no yo. O bueno, pedo tener un poco de responsabilidad, pero no toda como para que me hablen de esa manera y me amenacen.

Golpeé mi mesita de noche con furia y me paré de mi cama, caminé a mi closet y me cambié por ropa deportiva. Ignorando la voz de Matteo preguntandome a dónde iba, tomé mi bolso y mi celular y salí de la casa. Bajé dispuesta a defenderme, a decir lo que en verdad pensaba y no a dejarme de la gente. Era alguien amable, pero no era estúpida. O bueno, sí era un poco estúpida, pero tampoco tanto.

Mi adrenalina me llevó hasta el interior del edificio donde las oficinas de los Hemmings se encontraban, siempre que había venido iba a los últimos pisos, pero esta ocasión me detuve en el 5to, salí del acensor y sin perder mi meta caminé hasta la que sabía que era la oficina. Una chica me vio a lo lejos y entonces se paró y cuando me acerqué comenzó a decirme:

- Señorita, no puede...

Pero la empujé y abrí la puerta, y cuando mis ojos cayeron en la escena que se estaba llevando a cabo frente a mí, toda la emoción se esfumó y fue remplazada por la sorpresa y me quedé sin palabras.

- Maldita sea -exclamó la mamá de Luke al verme frente a ella. Aventó al hombre que la tenía entre sus brazos, o más bien joven, y se arregló la ropa como pudo-. ¡¿Quién mierda te dejó entrar?! -gritó mientras me miraba nerviosa.

No sé si era todo lo que había prescenciado o el que no había comido nada, pero en menos de un segundo sentí una arcada y vomité en medio de la oficina de la señora Hemmings.

- Que maldito asco -dijo el chico cuando me arqueé y vomité cual niña del exorsista.

- Manden a una persona de intendencia a mi oficina, mi nuera acaba de vomitar.

Mis ojos se llenaron de lagrimas debido ao esfuerzo, pero al escuchar a la mamá de Luke llamarme así mi vomito volvió y entonces comencé a llorar.

¡¿Qué mierda estaba pasando?!

JAJAJAJAJAJJAA

BAISSS

VOTEN!!!

COMENTEN, PERRITAS DEL MAL

The girl that you used to know - lrh Donde viven las historias. Descúbrelo ahora