The girl that you used to know - lrh

22

Iba como a 100 km/hr en pleno Londres. Los demás conductores me pitaban, pero no podía detenerme.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras intentaba llamar a Luke, pero su celular se iba a buzón. Llegué a su casa y bajé desesperada, su portero me abrió al verme y le pregunté:

- ¿Ha visto a Luke?

- El señor Luke no ha regresado -me contestó algo confundido.

Maldije y corrí al auto mientras pensaba qué hacer o en dónde podría estar. Subí al carro y decidí tranquilizarme, si estaba alterada no pensaría con claridad por lo que hice una lista de posibles lugares y decidí ir.

El primero al que fui fue a mi antigua preparatoria, por alguna razón creí que sería posible que ahí estuviera, pero no era así. Lo siguiente fue la casa de mis padres, pero tampoco. En el hotel tampoco estaba, y entonces fui a su oficina creyendo que ahí sería posible verlo, pero no.

¿A dónde iba Luke cada que se sentía mal? Nunca me dijo de un lugar al que él fuera, normalmente cuando él estaba molesto o algo lo alteraba él...

Abrí los ojos sabiendo dónde estaba.

En el momento en que encendí el carro, una llamada de Matteo llegó y supe que era ahí entonces.

Luke siempre va a mí.

Yo soy su lugar.

Encendí el carro y regresé a mi casa, nunca fui tan irresponsable y sabía que tendría mil infracciones en el correo próximamente, pero no me importaba. Cuando llegué al estacionamiento, bajé rápidamente y llamé el asensor. Todo el trayecto fue eterno, pero cuando las puertas se abrieron salí corriendo y entré a mi casa. Matteo ya me esperaba en la entrada, iba a comenzar a hablar pero le dije:

- Lo sé.

Corrí a mi habitación y al abrir la puerta ahí estaba Luke, acostado en mi cama con sólo sus boxers puestos y su ropa estaba regada en el suelo. Caminé y me agaché para verlo todo medio inconsiente y sonreí al saber y oler el alcohol.

Estaba borracho.

En ese momento, al verlo tan frágil, me quebré en llanto y pegué mi cara a la suya. No le debía una sino mil disculpas. No sabía qué me había pasado, sólo sabía que me arrepentía.

Estaba llorando cuando escuché la voz de Luke decir:

- Noora.

Abrí los ojos al oírlo y entonces me alejé, vi la cara de Luke de un poco mareado.

- ¿Tomaste mucho?

- Me tomé un poco de tequila, nunca pensé que me pondría así.

Me reí al escucharlo.

- Luke Hemmings, ¿Cómo es posible emborracharse en menos de una hora?

Sonrió.

- Es que no había comido nada.

Negué con la cabeza y me acerqué para depositar un beso en su mejilla. Subí mi mano a su cabello y entonces le dije:

- Perdón -Luke me miró-. No sé por qué hice eso.

- Fui un imbécil -me respondió-. Me lo merecía.

- No, no lo merecías -le dije tomándo su cara-. No mereces nada de esto. Y aún así volviste.

- Es porque te amo -me contestó provocando que sintiera una patada en el estómago.

Luke Hemmings, claramente no era el hombre perfecto, y nuestra relación tampoco lo era, pero al final era nuestra y un tesoro para ambos.

Decir que me ama es poco tal vez.

Decir que lo amo... es poco también. Lo quería tanto que me daban ganas de llorar al verlo con su cara serena. No entendía por qué había besado a Paul, tal vez eran las hormonas, pero sí sabía que me sentía sumamente culpable.

- Y yo te amo a ti -le contesté en un tono que sólo él escuchaba y deposité un beso en su mejilla.

Luke sonrió y se movió.

- Acuestate conmigo -me pidió haciendome espacio en la cama. Suspiró y palmeó el colchón-. Ven aquí, pequeña.

Sin rechistar, me senté y me acosté. Luke me rodeó con sus brazos y suspiró pegandome a él. Miré encantada su pecho y también suspiré deleitandome con su presencia.

- En serio lo lamento -le dije sintiendo la culpa.

- Noora... -Luke comenzó a advertirme.

- No -me alejé de él para poder mirarlo-. Tú eres tan dulce ahora que me hace sentir mal. Tu hermano me engañó y yo fui con Paul y...

- Noora -me cortó serio-. No quiero hablar más de lo que pasó. Ambos cometimos errores, ¿Sí? Mira, -suspiró- es verdad que hubo alguien cuando nos encontramos y ese beso fue mi karma por mentirte -bajé la cara, pero él me la levantó-. Te amo, Noora, y tú a mí, no tengo dudas de eso. Ahora estamos juntos, más juntos que nada y esperas a nuestro primer bebé; no hay nada que me haga más feliz. Yo siempre estaré para ti, y seremos felices, sólo confía en mí, ¿Sí? -subió su mano en mi mejilla- No arruinaré esto. No ahora, ni nunca más. Ahora somos tú, yo y nuestro hijo que está en tu estómago y los que vendrán -me reí-. No necesito nada más que eso, Noora.

Lo abracé y las lágrimas se juntaron en mis ojos. Comencé a llorar de emoción y Luke se rió, me secó la cara y le dije:

- Quiero eso, en serio lo quiero.

Luke me abrazó y me contestó:

- Entonces sólo déjate llevar por mí.

Asentí.

Lo haría.

Me dejaría llevar sin importar, y no sólo porque me lo pedía sino porque lo quería. Todo lo que Luke me había dicho sólo me había hecho amarlo más.

Finalmente, después de tantos años, me sentía completamente segura con Luke Robert Hemmings. Este rubio ahora era mi pareja, mi novio, el padre del bebé que crecía en mí y mi futuro esposo.

Sí, eso sonaba bien. Y me encantaba.

Él, finalmente, era completamente mío.

Y no lo dejaría ir por nada del mundo.

Aunque sonara posesivo, no lo soltaría por nada.

Suspiré y sonreí. Separé mi cara de su pecho y volteé a verlo, Luke me miró con una sonrisa y entonces imitandolo le dije:

- ¿Quieres casarte conmigo?

Luke abrió los ojos sorprendido, pero sin dudas se rió y gritó:

- ¡Sí, papi!

Provocando que me carcajeara y muchos recuerdos regresaran a mi mente.