Empresas SanRomán. Oficinas. 12am.
-"¡¡¡Es imposible que sigas creyendo que todavía puede pasar algo entre nosotros!!! Después de todo lo que hemos pasado, lo que YO he pasado... crees que voy a olvidarlo todo y empezar de nuevo?" - María no dejaba de pasearse, ofuscada, enfurecida por la oficina que su ex esposo y ahora nuevamente marido le había asignado hacía ya cuatro meses...
Mientras, Esteban la miraba apoyado en el escritorio, con cara de "¡¡otra vez el mismo cuento, mujer!!". De veras que no estaba dispuesto a dejar de luchar por ella, pero cada día se hacía más difícil de llevar la situación. Está bien, él sabía que merecía todas y cada una de las palabras que ella decía, cada uno de los reproches que venía escuchando desde que la vio por primera vez en veinte años, aquella noche en el hotel...
-"María..." - fue todo lo que atinó a decir antes de verse nuevamente interrumpido.
-"No, no no ya conozco todas tus excusas y te digo de una buena vez, ahórrate la palabrería romántica para tu amante porque yo ya no creo una sola de tus palabras de amor!! Olvídate de mí, ya te dije que no me interesas como hombre, sólo como el padre de mis hijos y cuando ellos se enteren de toda la verdad ya no habrá nada que nos vincule nuevamente y serás libre de hacer tu vida con quien quieras y yo también!!!" - lo miraba desafiante, afirmando cada una de sus palabras con una mirada que no dejaba lugar a dudas - "Tú eres mi principal sospechoso y..."- Esteban se puso de pie y la miró fijamente.
-"¿Y cómo es que subí de categoría en tu dichosa lista de sospechosos? - preguntó irónico, simulando una tranquilidad que no sentía en absoluto porque la situación estaba tomando rumbos nada favorables para él...
Mientras la discusión se tornaba cada vez más acalorada, unas sorprendidas secretarias intentaban hacer oídos sordos a los gritos que provenían de la oficina de la esposa de su jefe.
El Sr. Sanroman había llegado puntualmente a las 8 am.. Como todos los días, las había saludado cordialmente, aunque un poco frío para su habitual humor de la mañana.
Luego había llegado la Sra. María y las cosas... bueno... y se desencadenó la tempestad...
Los gritos de ambos se escuchaban por los pasillos de la oficina y aunque no era su
incumbencia, las dos amigas no podían evitar oír y hacer conjeturas.
-"Es obvio que no se llevan muy bien... ¿porqué se casaron entonces?" - preguntó quedamente Alma, mientras organizaba unos papeles que ya ni siquiera sabía de que eran. Hacía poco tiempo que trabajaba en las Empresas y había congeniado rápidamente con la otra secretaria, Lupita, convirtiéndose en casi amigas inseparables.
-"Pues según me contó mi mamá, ¡¡y ni se te ocurra comentarlo con nadie!!..."-contestó Lupita, mientras su amiga la miraba con cara de "¿¡¿¡cómo crees?!?!"- "...aparentemente la Sra. María tenía razones muy importantes para casarse con el Sr. Sanroman..."
-"¿Pero cuáles?"
-"No lo sé, mi mamá no me dijo mucho y por cómo me miró yo no quise preguntar de más..."- dijo Lupita encogiéndose de hombros.
-"Pues no se tú pero esos dos parecen que van a matarse en cualquier momento..."- Alma se levantó -"voy a hacer unas copias de estos documentos y luego se los llevo al joven Ángel..."- y mirando divertida a su amiga le dijo -"..luego me cuentas en que terminó todo ¿eh?"
Lupita la miró como enojada pero luego sonrió porque de verdad aunque triste, la situación era un tanto divertida..e interesante.
María caminó hasta donde estaba su esposo y lo miró a los ojos fijamente.
-"Tú sabes lo que has hecho, no necesito explicarte nada"- su mirada fija en los ojos de él, esos ojos verdes que alguna vez la habían mirado con tanta ternura y amor ahora la veían con rencor, enojo...y ¿culpa tal vez?.
-"No sabes lo que dices, no tienes pruebas de nada y te niegas a aceptar que no siempre puedes conseguir lo que quieres, pero eso ya no me importa..."- Esteban se volvió dándole la espalda por un momento -"estoy cansado de tus acusaciones, de tus constantes sospechas..."-volteó a mirarla -"de que transformes todas mis buenas acciones en...en.." - se quedó callado, mirándola, pensando que tal vez ella tenia razones para actuar así, y en cierta forma era verdad, no totalmente pero sí algo.
-"Lo ves, ni siquiera puedes encontrar un argumento convincente porque ¡¡SABES QUE TENGO RAZON!!!, Tu silencio te delata Esteban."- dijo esto mientras se encaminaba a paso firme a la puerta, se volteó a verlo una última vez -"Se hará justicia, ya lo verás". Y salió de la oficina, cerrando la puerta con fuerza, como confirmando sus últimas palabras.
Esteban se quedó solo, mirando la puerta por la que acaba de salir su esposa, la mujer que más había amado en su vida, que aún amaba...
"<¿Entonces, por qué le hice tanto daño?>"- dio un vistazo a la oficina vacía y salió rumbo a la suya.
Pasó por el lobby y las dos secretarias levantaron la vista de los papeles que leían y lo miraron. Unas miradas tristes... "<Probablemente escucharon todo...>" pensó mientras entraba a su oficina y se sentaba tras su escritorio.
"<¿ Qué pasará cuando María descubra la verdad ? ¿Cambiará todo de nuevo? ¿Será para bien, acaso? No se suponía que nada de esto pasara jamás...>" Se quedó mirando por la ventana, pensando en todo lo que había hecho por su familia, porque todo había sido por ellos... o al menos eso pensaba antes que María apareciera de nuevo en su vida...
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Tiempo Presente. Empresas SanRoman. Oficinas. 12 am
"< Si no hubiera sido tan cobarde, tal vez ella... no, no, no había nada más que yo hubiera podido hacer...¿o si?...>" Esteban pensaba que tal vez una buena justificación tardía callaría las voces que no lo dejaban vivir, día y noche repitiendo lo mismo... la voz de la conciencia la llaman algunos...
Los sucesos que se desencadenaron aquella soleada mañana de Marzo voltearon las vidas de todos en la familia Sanroman y sus consecuencias alcanzaron a más inocentes de los que ellos jamás pensaron...
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| | ||La Madrastra: Inolvidable, nada más...|| | |
FanfictionMaría regresará a la casa SanRomán a recuperar lo que le pertenece. Pero las cosas nunca salen como uno las planea...o desea.