||CAPITULO XI||

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Empresas Sanromán. Ascensor. 20.27 pm.

-"Si me mientes yo..."
-"No. No más mentiras"-dijo él suavemente. Se quitarían las máscaras de una vez por todas. No más secretos...
-"Muchas cosas pasaron en aquel viaje, hace veinte años. Cosas que ni tu ni yo sabremos jamás y otras...bueno, otras que se han mantenido ocultas muy convenientemente..."-aún tomándola de la mano se dirigió hacia uno de los rincones de la pequeña cabina. Allí se sentaron, uno junto al otro. María no le quitaba la vista de encima. El tono de su voz le había causado una sensación muy extraña...como un presentimiento de que por fin saldrían a la luz algunos viejos esqueletos guardados en el clóset por muchos años...
-"Pero para que puedas comprender lo que pasó aquel día es necesario primero que conozcas todos los hechos...y todo comienza mucho antes de Aruba..."- Con la cabeza apoyada en la pared de metal y la mirada perdida en el techo apenas iluminado del recinto en el que llevaban atrapados casi hora y media, Esteban comenzó su relato...su confesión.


_-_-_Flashback_-_-_

Febrero de 1982.
Ciudad de México. Mansión Sanromán. 7.30 am.

Desde que el despertador había sonado aquella mañana, Esteban no podía más de los nervios. Había pasado una noche horrible, ni siquiera había dormido más de dos horas seguidas..."<Es mi padre, ¡Por Dios!!!>"...Aquel sería su primer día de trabajo en las Empresas Sanromán y su padre tenía todas sus expectativas muy altas respecto al desempeño de su único hijo.
Y eran estas altas exigencias lo que tenían a Esteban tan intranquilo. Acababa de terminar sus estudios en la universidad y pensaba continuar un posgrado pero todos sus planes se habían venido al bajo luego de que ocurriera ese maldito accidente de coche...
De acuerdo. Había sido "parcialmente" su culpa pero por el hecho de pertenecer a una clase social más alta que el imbécil que venía del otro lado el juez decidió a favor del otro y él tuvo que pagar las consecuencias. Nada del otro mundo...trabajo comunitario y libertad condicional por ocho meses...pero le habían estropeado todo el resto de su vida...o al menos así de trágico lo veía el joven Sanroman.
"<Un joven de clase acomodada que cree que puede hacer lo que quiera que luego su padre lo sacará del apuro...>".
-"¡Vaya idiota!"-exclamó golpeando la mesita de noche con su puño cerrado. Se levantó bruscamente de la cama y se metió al baño para terminar de arreglarse.
Ahora su "querido padre" le ofrecía la oportunidad de ingresar al negocio familiar. "<¡Cómo si me estuviera haciendo un favor!...de todas maneras heredaré todo algún día...>", pero ese último pensamiento ya no era tan fuerte como antes que sucediera el accidente. En cierta manera, su padre había cambiado mucho su opinión sobre él y aunque fingía que no le importaba en realidad lo lastimaba mucho esta nueva actitud en contra suya.
Por suerte, siempre podría contar con el apoyo de mamá...oh sí, ella nunca desampararía a su hijito querido...por muchos errores que cometiera.
Quince minutos después, el joven Esteban descendía por las escaleras de la imponente Mansión Sanromán con una sonrisa en el rostro.
-"Veo que estás de muy buen humor hijo"-su madre lo saludó con un beso y él la abrazó cariñosamente.
-"Pues sí. Es un día importante mamá..."-y se encaminaron al comedor para desayunar.
Aún antes de llegar a la habitación, Esteban ya sabía que su padre no estaba allí. "<Bien, porque lo último que quiero ahora es discutir...>". Efectivamente, el Sr. Sanroman no se encontraba en el comedor. Esteban se ubicó en su lugar habitual, a la derecha de la cabecera y su madre se sentó en la otra punta de la gran mesa.
-"¿Mi padre ya se fue?"-preguntó ante lo obvio.
-"Si, Alejandro ya se fue..."-la muchacha del servicio entró con el desayuno para cada uno así que esperaron que terminara de servir para continuar la conversación.
-"Con su permiso"-la muchachita salió del cuarto dejandolos para que desayunaran.
-"Gracias Adelita"-dijo Tavia, agregando dos cucharaditas de azucar a su te. Esteban sólo sonrió educadamente.
-"Dijo que te esperaba en las empresas a las OCHO EN pUNTO..."-siguió la mujer en tono casual.
-"Oh, si...ayer me lo recordó "repetidamente"...cree que soy tonto o algo así..."-Esteban tomó un sorbo de su café negro sin azucar-"No sé para qué se "molesta" en insistir que trabaje con él si ni siquiera confía en mí..."
-"¡Ay, Esteban! tu bien sabes que eso no es cierto..."-el muchacho levantó la mirada hacia su madre con incredulidad
-"¿No?, pues tiene una forma muy extraña de demostrarlo..."
-"Tu padre es..."-Tavia conocía demasiado bien a su marido y por más que se negara a admitirlo, había "algo" de cierto en las palabras de su hijo-"....es un hombre muy complicado"-resumió a falta de un mejor calificativo.
-"Y "complica" la existencia de los demás..."-Esteban terminó su café y chequeó su reloj-"Me voy, llegaré justo..."-se levantó y fue a donde su madre, la saludó con un beso y un abrazo.
-"Buena suerte en tu primer día, cariño."-le deseó ella y lo besó en la mejilla.-"Y no hagas caso a las locuras de tu padre...yo sé que te irá muy bien hoy."
-"Gracias, mamá"-le dió otro beso en la frente y salió para su nuevo trabajo.

_-_-_Fin flashback_-_-_


-"No sabía que te llevabas mal con tu padre"-dijo en voz baja María, todavía sorprendida por la extraña narración de Esteban. ¿A donde apuntaba todo esto? "<¿Es que acaso...?>"
-"Hay muchas cosas que no conoces de mí..."-respondió él, evitando la mirada inquisidora de su esposa.-"Perdimos mucho tiempo valioso cuando...."-"<te condenaron>", pero no era necesario decirlo...se movió incómodo en su lugar en el suelo-"...y por eso es necesario que te diga algunas cosas que hubiera preferido mantenerme reservadas..."
-"¿Y que cosas son esas?"
-"Bueno, si dejas de preguntar por un segundo, entonces podré contarlas..."-contestó él ya más tranquilo. Ella le sonrió y con un ademán le indicó que siguiera con su historia.
-"Bueno...a donde quedamos......"-Esteban regresó a su posición anterior: mirando el techo con melancolía a medida que los recuerdos iban aflorando...


_-_-_Flashback_-_-_

Esteban ingresó por la puerta principal del edificio donde se alojaban las oficinas de las Empresas Sanromán a las 7.53 am.
"<Siete minutos....siete minutitos....>", corrió hasta el elevador y consiguió entrar la pequeña cabina justo antes de que se cerraran las puertas. Miró a las personas que estaban allí paradas, mirando al joven que acababa de prácticamente "lanzarse" dentro del elevador.
-"Buenos días"-dijo tímidamente y pulsó el botoncito que indicaba 27.
-"Buenos días..."-respondieron algunas voces.
Cuando las puertas se abrieron en el piso 27, Esteban era el único ocupante del ascensor. Se acomodó el nudo de la corbata ligeramente y salió al lobby con paso firme.
-"Buenos días, soy Esteban Sanroman"-dijo a la joven recepcionista.
-"Buenos días Sr. Sanroman"-respondió ésta con una sonrisa...pensando lo guapo que estaba el hijo del jefe...
-"Mi padre..."
-"Don Alejandro lo espera en su oficina"-y le indicó que la siguiera. CUando llegaron, la muchacha golpeó la puerta. Una voz grave le contestó que pasara.
-"Sr. Sanroman...su hijo está aquí."-anunció dejándole espacio a Esteban para que pasara.
-"Gracias Constanza, por favor que nadie nos moleste."-ordenó el hombre parado tras el escritorio. A kilómetros de distancia se notaba que Alejandro Sanromán no era exactamente una persona muy "amigable". COn su porte de hombre de negocios, su mirada penetrante e imperturbable, su fuerte presencia y personalidad intimidaban a la mayoría de los mortales que se cruzaban en su camino, incluso a su propia familia...sólo Tavia conocía el lado "sensible" de Alejandro pero no era una característica que surgiera muy a menudo...
-"Siéntate muchacho ¿por qué sigues ahí parado?"-preguntó rudamente y le indicó uno de los sillones de ejecutivo que se ubicaban frente al escritorio.
Esteban se sentó lentamente sin romper el contacto visual con su padre. Si algo sabía muy bien era que Alejandro Sanromán odiaba los "débiles" como él los llamaba...y tenía un radar muy acertado para detectarlos...
-"Puntual."-miró su reloj, constatando que eran las 8 en punto"-Es un buen comienzo hijo."-su tono de voz bajó un grado de intensidad.
-"Como debe ser, papá."-Esteban observaba a su padre, tratando de adivinar su próximo movimiento. No quería que lo tomara por sorpresa el primer día...
-"Bueno, vamos a dejarnos de tonterías..."-abrió una pequeña carpeta que tenía sobre su escritorio-" Ahora veremos de que estas hecho Esteban..."-y le tendió los documentos que estaban dentro del folder.
-"¿Qué es esto?"-inquirió Esteban leyendo los papeles.
-"Tu primer negocio"

_-_-_Fin de Flashback_-_-_


-"¡Y dices que no confiaba en ti!"-María se levantó del suelo porque empezaba a acalambrarse...
-"Los años...."-dijo Esteban sonriendo de oreja a oreja al verla pasearse frente a él, estirándose.
-"¿Qué?"
-"Nada...ya sabes lo que dicen: "las apariencias engañan"...tal vez mi padre no anticipó lo que se le vendría o tal vez sí y dejó que pasara..."
-"¿A qué te refieres?"-María cada vez entendía menos qué diablos tenía que ver todo esto con la muerte de Patricia.
-"A que era una prueba..."
-"¿Y la superaste?"
-"Si, mejor de lo que nadie hubiera esperado...aunque luego todo se fue al diablo..."-y dijo esto último con bronca y tristeza.


Mansión Sanromán. 21.00 pm.

-"O sea, esto ya es ¡¡¡el colmo!!!!!!"-Estrella tiró el teléfono sobre el sofá y se sentó.
-"Tranquilízate hermanita..."-Héctor intentó abrazarla pero ella se levantó bruscamente.
-"NO SE COMO PUEDES ESTAR TAN TRANQUILO HECTOR!!!
-"¡Porque para histérica ya estás tú!"-gritó el otro en respuesta.
-"Escuchen...no conseguimos nada peleandonos entre nosotros..."-la voz suave de Angel distendió un poco el enfrentamiento de los hermanos. El muchacho acababa de llegar de su cita con Alma, aunque nadie sabía que ella era la famosa "mujer de sus sueños", como él mismo gustaba describirla...Sus hermanos lo habían puesto al tanto de la situación y ahora trataba de oficiar como intermediario entre Héctor y Estrella.
-"Si. Ángel tiene razón."-Héctor levantó las manos en señal de "paz".-"Esperaremos que llegue Leonel y veremos que hacemos luego..."
Como si lo hubieran invocado mágicamente, la puerta principal se abrió lentamente. Todos giraron en esa dirección para ver quien era y...
-"LEONEL..."-la voz de Estrella reflejaba claramente que él no era a quien esperaba.
-"Me alegro de verte también Estrella..."-dijo Leonel sonriendo ante la cara de sorpresa de los muchachos y la cara de decepción de Estrella.
-"Perdón, es que estamos esperando a papá..."-se disculpó la rubia.
-"Hablando de eso...llamé a Esteban al celular y ni señales...por eso, tu y yo nos vamos para las empresas a ver si no está allí..."-explicó señalando a Héctor.
-"Vamos"-Héctor y Leonel rápidamente se dirigieron a la salida
-"Esperen, nosotros también vamos..."-Estrella gritó desde la escalera-"Voy por mi bolso y..."
-"No, ustedes se quedan, por las dudas llegue antes que nosotros...y nos avisan"-Angel asintió obedientemente.
-"No, yo quiero ir..."-Convencer a la rubia iba ser algo muy distinto...
-"Estrella..."-empezó Héctor y ella lo cortó.
-"Héctor..."-dijo en el mismo tono de "regaño de hermano mayor"
-"Estrella, por favor...estamos perdiendo tiempo..."-Leonel usó un tono más conciliador para hablarle a la muchacha, pues conocía su temperamento.-"Apenas sepamos algo les avisamos ¿si?"-terminó mirando a Ángel y Estrella, quien terminó por acatar la "orden" de Leonel.
-"Cuídense..."-Estrella se dejó caer sobre el sillón nuevamente.
-"Siempre hermanita..."-y salieron los dos rumbo a las oficinas.

Angel y Estrella se quedaron allí sentados por una rato, callados. Finalmente Angel rompió el silencio.
-"¿Y las tías?"
-"La tía Carmela está arriba en su recámara porque dice que estar acá con nosotros la pone más nerviosa..."-revoleó los ojos como diciendo "Si somos re tranquilos"-"...y la tía Alba..."-esbozó una de sus sonrisas pícaras.
-"¿Qué?"-apuró el muchacho al ver la expresión de su hermana.
-"Pues...salió temprano...."-y en tono confidencial agregó-"a una cita..."
-"¿A UNA CITA? ¿LA TIA ALBA?"-exclamó Ángel.
-"Shhhhh!!!, no grites menso!!!!"-se levantó para acercarse más a su hermanito menor.-"No es "oficial", pero..."
-"O sea que son conjeturas tuyas..."
-"¿Conjeturas?, ¿te tragaste un diccionario o que Angelito?...No, no son "conjeturas" mías...la tía Alba está muy rara últimamente..."-de nuevo se puso de pie y salió para la cocina.
-"¡Eh!, ¿a donde vas?, ¡¡termina de contar!!!"
-"Ya vuelvo...es que esto necesita acompañarse con algún "tentempié"..."-contestó seria Estrella y siguió su camino hacia la alacena, mientras oía las risas de Ángel.




En algún lugar de la ciudad. 21.07 pm.

El restaurante no estaba nada mal...al parecer él no había olvidado lo que le gustaba...
-"¿Sorprendida?"-el hombre se sentó en la silla frente a ella.
-"No"
-"¿Y eso es bueno o malo?"-el mesero se acercó y les dejó la carta a un costado de la mesa.
-"Eso dímelo tú Juan, tú eres el que quiere seguir jugando..."-Alba abrió la carta y paseó la vista por las distintas opciones culinarias que se ofrecían.
-"Yo no lo veo como un juego...decirlo así suena muy vacío ¿no crees?"
-"Tal vez, pero es lo que es..."-terminó de decidirse y le tendió el delgado menú a su acompañante.
-"De acuerdo, ahora cambiemos de tema ¿si?"-Juan la observó por encima del menú que levantaba tapándole el rostro. A pesar de su trato tan indiferente había algo en esa mujer que lo atraía en sobremanera...años de conocerla habían dejado su huella en él..."<¿será amor?>"
-"¿El verdadero motivo de esta reunión es un tópico interesante para ti?"
-"No"
-"¿No?, no te entiendo..."-fingió desconcierto por la respuesta de Juan Carlos, aunque sabía muy bien las intenciones ocultas tras ese "urgente encuentro de negocios" que Juan le había solicitado la noche anterior.
-"No tengo novedades sobre nuestro "asunto"...todo sigue tal cual lo planeado, así que no te preocupes..."
-"¿Entonces...esto es una reunión puramente "social"?"-y por su tono de voz podría decirse que no le desagradaba del todo la "sorpresa" de Juan...
-"Podría decirse...quiero que conversemos, como en los viejos tiempos Alba..."-repuso él suavemente y la tomó de las manos-"Como lo hacíamos tantas veces, allá bajo la luna de Berlín...¿recuerdas?"
-"Cómo olvidar aquellas noches, si fueron las más maravillosas de mi vida..."-¿por qué seguir resistiéndose?...disfrutaría aquellos momentos como si fueran los últimos porque se acercaba el final y las cosas podían torcerse en el último minuto ¿no?. "<No, no fallaré...no fallaremos.>" y se dispuso a disfrutar de la velada que su amigo había planeado...
-"¿Ordenamos?"-Juan se acomodó en su silla, todavía acariciando la mano de su "amiga".
-"Si..."
Siempre se sentía tan vulnerable cuando estaba con él...y esta noche, la Alba insensible y malhumorada había desaparecido para dejar lugar a la mujer apasionada que tanto se preciaba Juan Carlos de conocer...


Empresas Sanromán. Departamento de Vigilancia. 21.30 pm.

Parecía que todo el mundo tenía que ir a algún lado aquella noche. El trafico estaba insoportable y habían tardado casi media hora en recorrer el trayecto que todos días les llevaba quince minutos máximo.
Cuando por fin arribaron al edificio entraron al estacionamiento y condujeron directo a la plaza habitual y estacionaron al lado del inconfundible Jaguar negro de Esteban Sanromán.
-"¡Pero llamamos como diez veces para acá!!"-exclamó entre molesto y sorprendido el mayor de los hermanos Sanromán. Se bajaron del coche y Leonel echó un vistazo al auto de junto. Allí, en el asiento del copiloto descansaba el celular de su dueño.
-"Ahí tienes..."-dijo, señalando al interior del coche.
-"Entonces está adentro..."-Se apresuraron a llegar al elevador. Pulsaron varias veces el botón pero el indicador seguía clavado en el piso 11.
-"Esto es extraño..."-dijo para sí Leonel al notar que la luz indicadora no cambiaba-"Ven, vamos por las escaleras..."
Llegaron al piso de las oficinas cansados y agitados.
-"Espera..."-pidió Héctor casi sin aliento.
-"Voy a buscarlo en su oficina..."-Leonel enfiló hacía allá mientras Héctor se dirigía  a la de María.
Al cabo de unos minutos se encontraron de nuevo en el lobby.
-"No está aquí...¿A dónde diablos se metió entonces?"-Leonel se acercó al ascensor-"Mira... creo que se quedó entre pisos"-dijo señalando la luz que titilaba en el 11.
-"O sea...Si bajó por el ascensor...¿Tal vez se quedó encerrado en el elevador?"-Esto se parecía cada vez más a una película de enredos...
Los dos jóvenes salieron disparados hacia el cuarto de Monitoreo de Seguridad.
-"Esto es muy gracioso...si lo piensas"-exclamó Héctor mientras bajaba a trompicones las escaleras.

Al rato, tres cabezas se amontonaban para mirar el pequeño monitor. Una lucecita azul titilaba.
-"Entonces..."-Héctor trataba de contener las crecientes ganas de ahorcar al joven encargado del turno noche. Al parecer el elevador había tenido un "pequeño percance" en palabras del muchacho que se suponía debía estar monitoreando cada rincón del edificio.
-"¿Cómo es que recién te das cuenta?"-Leonel trataba de mantener la poca paciencia que le quedaba pero ante semejante muestra de incompetencia le resultaba muy difícil...
-"Yo...me distraje..."-se justificó el guardia de turno.
-"Te dormiste durante tu turno, querrás decir..."-Ahora era Héctor quien arrinconaba al muchacho contra el panel de mando.-"Y mi padre podría estar atrapado ahí quien sabe desde cuando!"
-"Héctor..."-dijo Leonel apoyando una mano en el hombro del muchacho, tratando de calmarlo un poco y ante la agradecida mirada del joven guardia.
-"De acuerdo, llame a quien tenga que llamar para que solucione todo esto, por favor.-Héctor sacó su celular y empezó a marcar el numero de la casa.-"¿Crees que deba llamar para avisar a los demás...?"
-"No, esperemos hasta que venga el encargado de mantenimiento y veamos que sucede..."- respondió el otro no muy convencido.


Mansión Sanromán. 21.30 pm.

Estrella y Ángel estaban sentados en el sillón, con las piernas cruzadas tipo "indio" y comiendo galletas con leche chocolatada.
-"Sabes, es realmente increible..."-Ángel estiró la mano para tomar otra galleta de la fuente que su hermana había traído llena de galletas Oreo, que ahora estaba casi vacía.
-"Conociendo a la tía Alba sí...tal vez tiene un lado "amoroso" que no conocemos..."-Estrella tomó un trago de su chocolatada.
-"Te imaginas que caiga un día de estos y diga: "Muchachos, les presento a su futuro tío"..."
Estrella se atragantó al oír el comentario de Ángel y comenzó a toser entre risas.
-"Jajajaja, uy!..."-los dos estaban rojos de la risa.
-"Espera...ya párale!!!"-pidió Estrella tratando de que Ángel se callara-"Creo que viene alguien..."-por un momento se habían olvidado totalmente de la crisis que hasta hace unos momentos los había preocupado tanto.
-"¿Será papá?"-Los dos se levantaron y corrieron a la puerta principal. El picaporte seguía moviéndose como si alguien tratara de entrar. Los dos muchachos estiraron la mano al mismo tiempo y tiraron del pomo abriendo la puerta.
-"¿Pero qué es lo que les pasa?"-preguntó la persona en el umbral.


Empresas Sanroman. Ascensor. 21.37 pm.

-"¿María?"
-"¿Si, Esteban?"
-"Antes de seguir con todo esto...hay algo que necesito saber"
-"¿Qué?"-respondió ella con un suspiro cansado.
-"..."-Esteban abrió la boca para contestar pero un grito apagado lo interrumpió.
-"¿PAPA?"-Era la voz de Héctor, llamándolo desde el otro lado ¿de la puerta?.
-"¿Escuchaste?"-preguntó María esperanzada.
-"¡HECTOR!"-gritó Esteban con voz potente-"¡AQUI ESTAMOS!!"

Afuera del elevador, Héctor se encontraba apoyando una oreja contra las puertas de metal tratando de oír mejor.
-"¡Está ahí dentro!"-dijo a Leonel, quien acababa de llegar con dos hombres vestidos de mameluco azul y cargando unas pesadas cajas de herramientas.

-"¡Nuestro hijo llegó al rescate!"-exclamó Esteban abrazando a su esposa. El abrazo había sido espontáneo y la había tomado por sorpresa...María se separó despacio de su esposo.
-"Esteban...respecto a..."
-"Luego terminaremos nuestra conversación, ¿de acuerdo?"-ya no había vuelta atrás, le había dicho que le contaría todo y así lo haría...aunque ahora tendría un poco más de tiempo para decidir "exactamente" que partes de su pasado le confiaría...
-"De acuerdo"
Ese repentino "deseo de confesión" de Esteban la había conmovido profundamente y aunque la parte "racional" de su yo le recordaba que no debía confiar ciegamente en él, también le decía que era una oportunidad de oro para conseguir más piezas que resolvieran su rompecabezas...


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