||CAPITULO X (Segunda Parte)||

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María giró lentamente, su corazón latiendo a mil por hora. Él estaba parado junto a uno de los escritorios, una mano en el bolsillo del pantalón jean negro que vestía y jugueteando con un encendedor con la otra. Deslizó el objeto en el bolsillo de la camisa y la miró, sonriendo muy divertido.
-"¿Qué haces aquí?"_preguntó ella, reponiéndose del susto poco a poco.
-"Pues soy el dueño de la compañía..."-Esteban dio un paso al frente y ella instintivamente retrocedió.-"Podría preguntarte lo mismo..."
-"Trabajaba"-dijo María, levantando la barbilla con altivez. ¡vaya si la había asustado!.
-"¿Hasta tan tarde?..."-él ya estaba casi a un metro suyo y ella ya no tenía más espacio atrás para retroceder.-"María, ¿acaso me tienes miedo?"
-"¿Por qué tendría que tener miedo?"-exclamó irónica la mujer-"Sólo han intentado matarme dos veces nomás..."
-"Si, pero yo no..."-su tono de voz la hacía sentirse muy impaciente...
-"¿Qué haces tú aquí Esteban?"-la pelota estaba en su lado del campo ahora.
-"Necesitaba unas cosas de la oficina"-dijo en tono despreocupado. María lo miro como diciendo "¿Y donde están esas "cosas"?", porque él no traía nada en las manos...
-"Ah, eso...pues no estaban aquí..."
-"Ahhh...tu respuesta me quita un peso de encima..."-respondió sarcástica, manteniendo el contacto visual con su marido, ahora separados por pulgadas de distancia.
-"María..."
-"Bueno, yo me voy..."-volteó hacia el ascensor.
-"Yo también...¿vas para la mansión, verdad?"-Esteban entró con ella al ascensor y las puertas se cerraron lentamente.
-"Si"
Se quedaron en silencio, mientras el aparato descendía suavemente. De pronto, la cabina se sacudió violentamente, las luces titilaron y por unos segundos todo quedó en la negrura. El ascensor se detuvo. Las luces de emergencia se encendieron.
María con el brusco movimiento se vio prácticamente lanzada hacia el otro lado de la cabina, acabando sobre Esteban, quien no se molestó en lo absoluto por el golpe, sino que al contrario, aprovechó para abrazarla. Se quedaron inmóviles, esperando el aparato siguiera su descenso pero no se movió. La pantallita que indicaba los pisos que pasaban titilaba entre el 16 y el 17.
-"Vaya, esto es muy oportuno...¿no crees?"-Esteban sonreía disimuladamente.
Ella se separó de él rápidamente, mirándolo con bronca.
-"¿Qué quieres decir con eso?...."-y pensándolo bien-"¿Tu hiciste esto?"
-"¡¡Oh, claro, ahora yo soy el culpable!!"-¿porqué siempre tenía que pensar lo peor de él?-"Escúchame...Oh, ya veo..."-dijo pero antes que pudiera terminar el suelo tembló nuevamente y ambos fueron a dar al suelo. María levantó la vista y miró la  pantallita. Indicaba "11". Eso no era bueno. Nada bueno...


Mansión SanRomán. 19 pm.

-"¿Donde está papá?"-Estrella salía del despacho donde supuestamente había estado su padre toda la tarde.
-"El Sr. se fue...hace un rato..."-Tránsito estaba sacudiendo por enésima vez una de las tantas esculturas que decoraban la Mansión Sanroman.
-"¿Salió?, ¡¡se suponía que debía "descansar"!!"-Estrella se dejó caer pesadamente sobre uno de los sillones-"¿Y adonde fue?"
-"No lo dijo, Srita...en realidad yo lo ví cuando ya estaba casi de salida..."-la muchacha respondió un tanto avergonzada.
-"O sea, cuando salía ¿clandestinamente?"-y viendo la cara de susto de la pobre muchacha-"Ay, Tránsito, relájate...mi papá siempre sale así..."-dijo con una sonrisa.
-"Ahh...."
-"Deja, me avisas cuando llegue ¿si?"-se levantó y subiendo los escalones de dos en dos se fue para su recámara.


Empresas Sanroman. Ascensor. 19.17 pm.

-"Esteban, esto no está bien..."-dijo con voz temblorosa, olvidándose lo molesta que estaba con él.-"Estábamos en el 16 y de pronto caímos al 11...."-Esteban notó el nerviosismo de ella y cruzando a gatas y tanteando el suelo del elevador se sentó junto a María. La luz de emergencia no se había vuelto a encender desde el último "zimbronazo", así que estaban sentados en el oscuro, muy juntitos. Él la abrazaba y ella se apoyaba sobre su pecho.
-"María..."-"<¿para qué remover el avispero, ¿eh? Sanroman?>", pero tenía que asegurarse-"No hablabas en serio...digo, sabes que yo no podría hacer algo así...digo..."-preguntó en tono inseguro luego de un rato Esteban.
-"¿Por qué estás tan nervioso entonces?"
-"Estamos encerrados a oscuras en un elevador que puede caerse en cualquier momento, ¡¡no me digas que no estas preocupada!!"-ella no dijo nada, pero Esteban sintió como se revolvía entre sus brazos, tratando de separarse un poco de él.
-"¿Y si te dijera que soy claustrofóbico?"-preguntó serio.
-"Esteban, no eres claustrofóbico. Si lo fueras ya estarías muerto del pánico. Hace como media hora que estamos aquí encerrados..."
-"¿Tanto?..."-contestó bajito él, mientras intentaba cambiar de postura.-"¡Ay!"
-"¿Qué?"
-"Me acalambré..."-se puso de pie lentamente, sacudiendo la pierna entumida.
-"Los años se te están viniendo encima ¿no?"
-"¡Qué chistosa la señora!..."-María escuchaba que Esteban se paseaba por el pequeño cubículo de un lado a otro...
-"Ya siéntate ¿quieres?, me vas a pisar..."-exclamó fingiendo enojo.
-"Ok...si me lo pides así..."-María lo escuchó sentarse alejado de ella.
Los minutos pasaban lentamente. Ninguno de los dos decía nada; cada uno sumido en sus propios pensamientos. Las luces de emergencias se habían encendido de nuevo, pero parpadeaban y su intensidad era muy baja...
"<¿Cómo pude pensar por un segundo que Esteban podría...? O quizá si...¿Pero cual sería el hecho de entrar conmigo al elevador que él mismo saboteó?...>", María no podía evitar hacerse las mismas preguntas... el efecto psicológico que toda esta "cruzada" por encontrar al verdadero culpable finalmente estaba surgiendo..."<Me estoy volviendo loca...una completa paranoica...>", pero algo en su interior le recordaba que no debía bajar la guardia...que las cosas no siempre son como lo aparentan …
Esteban, por su lado seguía sentado en el suelo, mirando a María de reojo...no quería que ella notara que la observaba porque sería otra vez a discutir...y él ya no quería pelear más...si tenía que rendirse ante ella, pues lo haría porque a pesar de su empeño por tratar de detener ese sentimiento de amor tan profundo asomaba cada vez más en su  corazón...sentimiento que en realidad jamás lo había abandonado, sino que permaneció oculto bajo un manto de mentiras por veinte años...
-"¿Recuerdas que te dije que quizá era claustrofóbico?, pues creo que estoy comprobando mi teoría..."-la voz de Esteban la hizo brincar del susto.
-"Tal vez ya están trabajando para sacarnos..."-respondió ella, pero su inseguridad se le notaba en la voz.
-"O tal vez no."-Esteban se puso de pie.-"Tal vez nadie haya notado que ascensor tuvo problemas...y tengamos que arreglárnosla por nuestra cuenta..."
-"¡Ni siquiera lo digas!... ahora sí estoy preocupada..."-de pronto la idea le vino a la  cabeza como un relámpago "<¿Por qué no habían llamado por teléfono???>", empezó a buscar en su cartera, revolviendo la cosas que tenía dentro buscando su celular. Finalmente dio vuelta el bolso y desparramó todo el contenido en el suelo semi iluminado.
-"¿Qué haces?"-Esteban la observaba con atención. Ella levantó triunfal el aparatito con su mano izquierda.-"Ahhh...¡Diablos!"
-"Por favor....por favor...."-María miraba la pequeña pantallita titilar. Baja Batería.  "<¡Oh, por Dios>!!, la luz de la pantalla se apagó del todo.-"¡Maldición!"-levantó la vista hacia su marido.-"¿Y el tuyo?"-preguntó esperanzada.
-"Ehhhh...en el coche..."-dijo él en un murmullo apenas audible...
-"¿Perdón?, me pareció escucharte decir que estaba en tu COCHE..."
-"Pues...lo olvidé..."-se disculpó Esteban
-"¿Para qué quieres un teléfono celular si lo vas a DEJAR en el coche!!!!!!!"-"<Ay, Dios dame paciencia!!!!>", definitivamente no era su día de suerte.
-"¿Y no se supone que debes ponerlo alguna vez para que se CARGUE la batería ????"-repuso él en el mismo tono, señalando el aparatito que ella todavía tenía entre las manos.


Mansión Sanromán. 19.47 pm.

-"¡Nada!"-Estrella colgó el auricular del teléfono con fuerza.-"¿Para qué se supone que tiene un celular si no va a contestarlo nunca??!!!"-se volvió hasta el medio del salón donde su hermano Héctor estaba sentado. Acababa de llegar y se encontró con Estrella desesperada porque no podía localizar a su padre.
-"¿Llamaste a las Empresas?"-Héctor empezaba a contagiarse del nerviosismo de su hermana.
-"Si, no contesta nadie"-la rubia se sentó junto a Héctor.-"Estoy preocupada, Héctor..."
-"Si, yo también..."-pasó su brazo por los hombros de ella y la abrazó.-"¿Y Leonel?,  ¿Llamaste a Leonel?"-preguntó sobresaltando a Estrella.
-"Leonel no contesta tampoco..."
-"Ahí tienes...tal vez fueron a tomar algo y discutir algún asunto de la empresa...ya sabes, como todo está patas para arriba..."-dijo tratando de tranquilizarla...y tranquilizarse.
-"Ojalá tengas razón..."-respondió ella con un suspiro cansado...


Mansión de Demetrio y Daniela. 19.47 pm.

Demetrio entró a la biblioteca muy despacio y dejó su maletín sobre el escritorio. Finalmente las cosas estaban saliendo como las había planeado, en todos los aspectos posibles...
-"¿Por qué llegas tan tarde?"-la voz de Daniela lo hizo derramar el coñac que estaba sirviéndose. Se giró para ubicar a la dueña de la voz.
-"¿Por qué te sientas ahí, en el oscuro?"-dijo con un leve nerviosismo en la voz.
-"¿A donde andabas a estas horas Demetrio?"-Daniela se puso de pie y se acercó hasta donde estaba su marido.
-"Pues arreglando unos asuntos..."-respondió el visiblemente enojado por el interrogatorio.
-"Con que unos asuntos...¿Y qué asuntos si se puede saber?"
-"Cosas de la empresa..."-Odiaba cuando ella le habla con ese tono altanero, como si él fuera una porquería...como si le estuviera haciendo el "favor" de hablarle...
-"¿Estabas con Bruno?"
-"No, y ya deja tus preguntas estúpidas..."-se sentó en el gran sillón de respaldo alto que se encontraba tras el escritorio-"¿Desde cuando te interesan los negocios de la empresa?  creía que sólo te preocupaba tener el dinero para gastártelo..."-dijo sarcástico.
-"Me voy a dormir"-anunció ella y salió de la habitación dejando solo a Demetrio.
-"Pues vete de una vez...."-apuró el trago y se levantó para servirse otro. Todas esas tontas preguntas de Daniela no hacía más que sacarlo de quicio..."<Pero ya te callaré de una vez...y para siempre, mi querida Daniela...>" y se paró frente al escritorio, dejó su vaso junto al maletín y lo abrió, contemplando su "tesoro"...


Empresas Sanroman. Ascensor. 20.00 pm.

-"Ya, ya...tranquilicémonos...no solucionamos nada gritándonos el uno al otro"-Esteban trató de calmar los ánimos mientras María le lanzaba una mirada de muerte.-"Debe haber alguna forma de salir..."-dijo mirando al techo del ascensor con atención. "<¡Ajá!>", estiró el brazo tratando de alcanzar la trampilla del techo.
-"¿Que piensas hacer?"-María miraba con interés a Esteban estirándose para llegar a la pequeña puertita.
-"Pues..."-por más que lo intentó no llegaba...le faltaban como 20 centímetros para tocar el techo.-"A ver..."-dijo mirando alrededor. Ella siguió su mirada tratando de entender qué se proponía su marido.
Mientras, Esteban tironeaba del pasamanos, probando su resistencia. María, que vislumbró las intenciones de Esteban se acercó para ver mejor.
-"Esteban, ¿no pensarás hacer lo que estoy pensando, verdad?"-dijo, tratando de contener la risa. ¡Oh si!, aquello iba a ser muy divertido... 
-"Depende...¿tienes alguna sugerencia?"-y seguía apoyando su peso en barandilla de metal.
-"No te vas a subir ahí"-dijo María terminantemente.-"¿Estas loco?, ¿y si te caes y te desnucas?"-inquirió viendo que Esteban no tenía intenciones de cambiar de idea.
-"Pues yo creo que te sentirás muy culpable de haberme tratado como me tratas..."-respondió él con una sonrisa en los labios
-"En serio Esteban, ¿que piensas hacer? ¿Salir por el techo?...ah, no...acá no me dejas sola ¿eh?"-apuntándolo con el dedo-"Si te subes yo voy contigo"
-"Que bueno que piensas eso porque yo no voy a subir...tú lo harás"
-"¿eh?"
-"Eres más liviana y puedo sostenerte para que no te caigas..."-le indicó con la mirada la pequeña puerta en el techo.-"Es simple, levantas la trampilla y te fijas a cuanto estamos del siguiente piso."
-"Ahh…¿y luego qué?"-preguntó incrédula.
-"Pues si no es muy alto, podremos intentar abrir las puertas manualmente"-y viendo que ella no estaba muy segura de su "plan"-"¿O es que quieres quedarte aquí a esperando que alguien se dé cuenta que estamos aquí?"
María seguía sin gustarle la idea, pero era mejor que quedarse de brazos cruzados ahí toda la noche...
-"Bueno, ¿lista?, a ver..."-la atrajo hacia la barandilla-"te apoyas allí y luego te subes sobre mis hombros, ¿si?"-ella hizo lo que le indicó Esteban: se apoyó sobre la barandilla y él se agachó un poquito para que ella se acomodara mejor sobre sus hombros. Ella se abrazó fuertemente y...le atacó la risa...
-"Oye...."
María seguía riendo, todavía sujeta al cuello de Esteban.
-"María,..."-la bajó de su espalda y ella se quedó sentada en suelo, riendo con ganas.-"¿es que quieres ahorcarme?"-y no pudo evitar contagiarse de la risa.
Allí, los dos riendo como locos parecían una pareja normal, feliz...como debía ser.



Mansión de Bruno y Fabiola. 20.07 pm.

Los dos esposos arribaron a la casa al mismo tiempo. Se encontraron en la entrada principal.
-"Buenas noches... Belleza"-Bruno abrió la puerta y galantemente le indicó que pasara.
-"Buenas noches, veo que los dos estuvimos ocupados..."-Fabiola entró y pasó directamente al salón principal. Necesitaba una copa de algo bien fuerte.
-"Se...podría decir que sí..."-Bruno observaba atentamente cada uno de los movimientos de Fabiola. Era cierto que su matrimonio estaba arreglado..."<Cortesía de nuestro querido Esteban...>", pero si algo ha de reconocer Bruno, es que la elección no había sido tan mala...Fabiola era una loca psicótica, pero también era muy atractiva...Se acercó lentamente hasta la barra de bar que tenían el rincón del salón y deslizó sus manos suavemente por la cintura de Fabiola-"Y...¿dónde has estado?"-preguntó apoyando sus labios en el oído de ella mientras su mano seguía subiendo por su cuerpo.
-"Con Daniela..."-se volteó a mirar a Bruno y le ofreció uno de las copas de vino que acababa de servir.-"Me preguntó que pasó con Esteban..."
-"¿Y qué le dijiste?"-se sentó en el sillón unitario frente a ella.
-"Una versión de lo que sucedió"-dio una larga calada a su cigarrillo-"Ya sabes como es ella, irá corriendo a contarle todo a Alba..."
-"Y eso no te...conviene."
-"No NOS conviene querido, tú no estás exento de nada..."
-"Supongo que no..."
-"Y tu, ¿adonde estabas?"
-"Con Demetrio..."
-"Últimamente te reúnes mucho con Demetrio...¿es que hay algo que yo desconozca?"-ironizó Fabiola.
-"Belleza...¡hay tantas cosas que desconoces!"-y se levantó para servirse otro trago.
Fabiola se quedó en silencio, pensando en las palabras de Bruno..."<Y tú no te imaginas cuántas no conoces tú...>", y esbozó una sonrisa de satisfacción...
-"¿Pasa algo?"-Bruno la observaba tratando de adivinar el motivo de su expresión.
-"Nada"


Empresas Sanroman. Ascensor. 20.25 pm.

Los dos se quedaron sentados en el suelo mientras la risa iba disminuyendo poco a poco.
-"Esto no va a resultar si no te pones seria"-dijo él tratando de mantener su tono firme.  María se tapaba la boca con la mano ahogando una risita.
-"Ya sé, pero es que...que..."-y comenzó de nuevo a reír.
-"¿Abandonamos el plan entonces?"
-"No, no..."-ella se puso de pie y le indicó a su marido por señas que hiciera lo  mismo.-"Anda, ubícate donde estabas antes..."
-"Creo que deberíamos intentar un enfoque diferente..."-contestó él con las manos embutidas en los bolsillo del vaquero-"Para no repetir el fiasco de recién..."
-"Ok, ¿que sugieres entonces?"
-"Pues...¿que nos sentemos y conversemos mientras esperamos el equipo de rescate?"-preguntó con ojos de corderito degollado.
-"¿No que querías salir? ¿Qué CÓMO vamos a esperar que..."-¿quién entendía a este hombre?
-"¿No te has puesto a pensar que tal vez...bueno...esto sea una oportunidad?"-se acercó a ella y tomó sus manos entre las suyas.
-"¿Oportunidad de qué?...Esteban..."-María ya sabía por donde venía el argumento de Esteban y sencillamente no era el momento...
-"De hablar, sin interrupciones..."-dijo él con voz ronca, sus ojos fijos en los de ella.
-"No hay nada que decirnos, Esteban..."-se resistió ella.
-"Te equivocas, hay mucho...demasiadas cosas..."
-"Yo...no sé si quiero oír lo que tienes que decir..."-María trató de desviar su mirada de la de él pero el brillo de la súplica en sus ojos se lo impedía...él le pedía otra oportunidad que tal vez no merecía...


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Tiempo Presente. Mansión Sanromán.

María metió cuidadosamente la mano en el hueco escondido bajo el escritorio de su marido. 
Después de tantear unos minutos sus manos se toparon con algo. Uno a uno fue sacando los distintos elementos que llevaban ocultos quien sabe cuántos años.
Los depositó con cuidado en el piso junto a ella, tratando de controlar la furia que hacía vibrar cada uno de sus nervios. Todas aquellas frases, las promesas que él le había hecho...todo se desmoronaba ante el solo descubrimiento de aquella evidencia...
Revisó una y otra vez,  alumbrando el pequeño cubículo en el suelo, por si se había olvidado algo más, algo que la ayudara a entender...pero estaba vacío.
Se levantó lentamente, su rostro bañado en lágrimas de bronca y tristeza...de impotencia y desesperanza...se sentó en la silla que tenía tras ella, tratando de decidir que haría ahora.
¿Lo enfrentaría? ¿Dejaría que él le explicara el porqué de todo? No podía apresurarse en esta decisión, una decisión vital para todos los implicados...y sobre todo para sus hijos.
Se agachó y recogió el paquete envuelto en papel arrugado, la pequeña caja de madera labrada y el sobre sin inscripciones del suelo alfombrado.
Cerró la tapa y acomodó la solapita para cubrir cualquier rastro de su hallazgo y se puso de pie. Ya no lloraba. Ya no derramaría una sola lágrima más. Era tiempo de ser fuerte...era tiempo de luchar...
Salió del despacho y cerró la puerta tras de sí. Subió lentamente los escalones hacia su recámara. Una vez allí, depositó las cosas sobre la cama y se sentó a esperar el arribo de Esteban...

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