—¡Tiempo!—grito, apagando el cronómetro. Jacob se acerca a mí muy agitado y cuando lo tengo en frente, se apoya en las rodillas, tratando de regular su respiración.—Necesito... parar... ya terminamos... por favor—dice entre jadeos. Toma bocanadas de aire para respirar mejor.
—No se que te sucede, Jacob. Antes entrenabamos más que esto y no terminabas así ni de cerca—me mira pero no dice nada, entrecierro mis ojos.
—Es que... hace mucho no entreno así.
—Jacob...—se levanta para pararse derecho y mirarme—. No puedes estar así, es casi imposible. Mientras no peleabas en estos meses, entrenabas todos los días. No es normal que estés así ahora, ¿hay algo que debas decirme?
Levanto una ceja y él hace lo mismo. Algo típico de cuando nos desafiamos con la mirada.
—No fastidies, Aria. Sólo estoy cansado y ya.
Se da la vuelta y entra a nuestro hogar. Algo me está ocultando, pero no voy a presionarlo. Si hay algo que aprendí es que jamás debes presionar a alguien para abrirse contigo, eso no está bien. Jamás voy a presionar a alguien para que me cuente algo que no quiere contar, por más que me este muriendo de ganas. Respeto a los demás, está claro.
Me dirijo hacia el gimnasio en mi auto sin siquiera avisarle a Jacob. Cuando me habla como me respondió antes, es mejor no acercarsele.
Llego al gimnasio y saludo a los chicos para irme hacia la parte de atrás. Sólo hay cinco personas entrenando, entre ellas está Devon. Apenas escucha el ruido de la puerta, se gira para verme, como si estuviera esperándome.
Me acerco a él y me mira suplicante.
—Dime que lo has pensado y me dirás que si.
Suspiro. Habla sobre entrenarlo.
—Haré lo que pueda, Devon. Lo intentaré.
Me sonríe y me abraza de la emoción, apenas lo hace se separa y se pone serio, como si estuviera cometiendo un grave error.
—Gracias, no te das una idea de lo tan agradecido que estoy. ¡Empecemos!
Se dirige a su bolso para buscar vendas y sonrió internamente. Me alegra ver gente que se emociona por entrenar, saber que todavía el boxeo es valorizado como una pasión, una alegría y no como simple entretenimiento violento.
Entrenamos como de costumbre hago con todos. Planteo una serie de ejercicios y luego me posiciono para que intente golpearme a mi. Lo tiro varias veces al piso y lo golpeo repetidamente. Volvemos a hacer los ejercicios necesarios para que mejore en la técnica, luego de un largo tiempo se pueden notar cambios.
Detengo el entrenamiento para que descanse, me doy cuenta de lo cansado que está.
—¿Crees que estoy preparado para algún torneo?—pregunta, curioso.
—Quizás. En algunos días puedes estar preparado. ¿Necesitas dinero?
Asiente y toma agua. Nos sumimos en un extraño silencio, él parece sumido en sus pensamientos y yo observo entrenar a los chicos.
—Voy a decirte la verdad—lo miro, está mirando a su botella, entre sus piernas—. Vine aquí sólo por ti. Tu reputación es conocida internacionalmente, vi la oportunidad de progresar contigo aquí y la aproveché.
Me mira a los ojos esperando una reacción y sonrío después de soltar una pequeña risita. Acaba de decirlo como si estuviera avergonzado.
—No te sientas apenado, estoy acostumbrada—me mira interrogante y sonrío más—. Dediqué mi vida a esto y por eso estoy donde estoy. Soy conocida por el entrenamiento de mi hermano y todos piensan como tú desde que abrimos el gimnasio. La gente que aspira a boxear profesionalmente, viene a nosotros como si fuéramos imanes. Es algo normal ya para nosotros, no quiero soñar engreída pero es la verdad, no te apenes por eso que aquí no eres el único.
—¿Crees que alguien más a quien entrenes pueda ser igual o mejor que Jacob?—pregunta y lo pienso unos segundos antes de responder.
—Pues... No lo se, nunca me lo había planteado pero puede ser. ¿Aspiras a superar a mi hermano?—pregunto con burla.
—Mientras tu me entrenes y no te ofendas por tu hermano, pues si.
Me río y seguimos con el entrenamiento. En el medio, Devon recibe una llamada y se sienta para contestar.
—¿Hola?... No, ¿pasó algo?... No te preocupes, estará bien, suele suceder... Esta bien, en un rato estoy allí... claro, adiós.
Cuelga y se queda mirando el celular.
—¿Todo bien?—pregunto al ver su rostro.
—Debo irme, ¿crees que podemos seguir mañana?—asiento y él recoge sus cosas. Hago lo mismo y me despido de él para ir a casa.
Cruzo las puertas del gimnasio y me dirijo a mi auto. Antes de subirme, veo que Devon se va caminando. Lo llamo y cuando está cerca le hablo.
—Sube, te llevaré a casa.
Se sube sin chistar, parece que está muy apurado y preocupado por llegar a casa rápido. Me da la dirección y me agradece por ofrecerme a llevarlo. Enciendo el estéreo y pongo mi pendrive de música. Cherry de Lana Del Rey suena por los parlantes y subo un poco el volumen mientras la canto.
—'Cause i love you so much, i fall to pieces—hago los agudos y me olvido de que estoy sola hasta que termina la canción.
—Además de excelente boxeadora, eres cantante—me sonríe de lado.
—Yo no lo diría así, no me considero buena.
—¿Bromeas? ¡Tu voz es bellísima! Y además, alcanzas las notas. ¿Por qué eso es algo que nadie sabe, no querrías dedicarte a eso?—me río.
—Para nada. Es sólo un hobby, de todos modos, gracias por el cumplido. Tienes suerte, Devon, nadie conoce ese lado de mí además de Jacob y ahora tu también, claro.
—Entonces soy muy afortunado. En serio, te voy a invitar a un karaoke algún día, saldrás en las redes sociales, ya verás.
—¿Es una cita?—bromeo.
—Tú lo dijiste—sonríe. ¿Esto se considera como coqueteo?—. ¿Quien canta? Me gusta su estilo—abro los ojos de golpe y desvío la mirada de la carretera unos segundos para verlo.
—¿No la conoces? ¡Te haré escucharla tantas veces que serás más fanático que yo! Se llama Lana Del Rey, es mi favorita y no debes perder tiempo. ¡Apenas llegues, debes escucharla!
Suelta una carcajada y lo miro de nuevo por unos segundos, confundida. No entiendo de que se ríe.
—¿Qué es gracioso?
—Es que me hace gracia tu emoción. Nunca había escuchado o visto a alguien tan emocionado por la música en mi vida.
—De lo que te pierdes, amigo.
Dejo de hablar cuando entro en un barrio oscuro. No está muy iluminado y las calles están completamente vacías. Las casas son muy pequeñas y están juntas, una al lado de la otra. La mayoría de las casas tienen la pintura desgastada y la minoría tiene como un jardín delantero pero todos tienen el césped sin cortar desde hace mucho tiempo. Sigo andando a baja velocidad, viendo el barrio. No imaginaba que Devon viviera por aquí, no me malentiendan, no estoy juzgando ni nada.
—Aquí es. Gracias por traerme, Aria—besa mi mejilla y se baja del auto para ir prácticamente corriendo a la entrada de su casa. No quise preguntar, porque desde ya asumo que es un tema familiar y si me lo quiere contar será por su propia cuenta.
La casa de Devon está pintada de color amarillo pastel con algunas partes desgastadas. Es de un solo piso y desde afuera se ve un poco pequeña.
Arranco el auto y me dirijo hacia mi casa, ya es hora de volver.
🥊🥊🥊
De a poco las conversaciones fluyen y nuestros protagonistas se conocen más. Jacob está actuando bastante raro y Aria no quiere preguntar pero debe hacerlo, que difícil.En resumen, eso fue el capítulo. Espero les haya gustado y nos leemos pronto. Gracias por leerme!💋💋💋
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KNOCK OUT©
RomanceAria y Jacob Cooper son los mejores hermanos que podrían existir. Jacob Cooper, siendo dos años mayor que ella, es un muy conocido boxeador con tantas victorias, que no pueden ni ser contadas. Estas son gracias a su hermana, Aria Cooper, quien estud...