Me siento rara.Muy rara. Cada vez que Devon se acerca a mi, siento mi estómago revolverse y mi corazón latir con más rapidez. Me pongo nerviosa y tiemblo un poco al hablar. Claramente, eso no es normal. Pero no tengo idea de lo que me pasa y me niego a pensar que es aquello a lo que llaman sentimientos.
Ahora mismo estoy en la mesa de la cocina, preparando una torta. No es cumpleaños de nadie ni nada, pero tengo ganas de comer una. Pongo la harina en la bandeja, para que no se pegue, con mucho cuidado. Me gusta hacer cosas en la cocina pero odio cuando se ensucia todo. Odio el desorden y la suciedad, me vuelve loca.
Termino de batir la mezcla para la torta y vuelvo con la harina.
—¿Qué es eso que huele tan bien?
—¿Hablas de mi o de la torta que estoy preparando?
Sonrío, aunque sé que no me está viendo. Vuelvo a sentir mi corazón latie desbocado, una sensación que ya se me hace tan familiar.
—Puede que ambas.
—¿Cómo rayos hueles la mezcla si ni siquiera la he puesto en el horno?
Giro un poco mi cabeza para verlo. Está apoyado en la mesada, con una manzana en la mano, a mi lado. Me observa preparar la bandeja y poner la mezcla dentro.
—No quiero que tu saliva caiga en mi torta, muévete.
Suelta una carcajada y niega con la cabeza. Es tan hermoso cuando sonríe, sus ojos se achican y unos hoyuelos saltan en sus mejillas. No puedo evitar quedarme mirándolo embobada.
—Creí que era para mí.
—Ya quisieras, esto es mío.
—Podemos negociarlo.
Suelta en tono pícaro. Decido seguirle el juego, luego de meter la torta en el horno. Sonrío de lado y me acerco a él, quedándome a unos metros de distancia.
—Depende. ¿Qué tienes para ofrecerme?—hace como que piensa y luego sonríe.
—Lo que quieras. Doy servicio completo.
—¿Ahora te prostituyes por una torta?
—Pues claro, cuando se trata de comida, siempre.
Suelto una carcajada y me aparto de la mesada.
—¿Alguna vez alguien te había dicho lo hermosa que eres cuando sonríes?
Me detengo y lo miro. Está viéndome fijamente y no puedo evitar perderme en los pozos negros de sus ojos. No son de un color especial, ni tienen una particularidad, son solo oscuros pero tan atrayentes que puedes extraviarte fácilmente.
O quizás soy sólo yo. Quien sabe.
—Gracias. Y... pues no. De hecho, eres la primer persona que me lo dice.
Frunce el ceño y tira la manzana a la basura para cruzarse de brazos.
—¿Estas bromeando, cierto?
Niego con la cabeza y también me cruzo de brazos. Estamos frente a frente. Él apoyado en la mesada y yo en la mesa de centro de la cocina.
—No te creo. Es imposible que en toda tu vida jamás te lo hayan dicho.
—Si lo hubieras hecho, lo recordaría, créeme. Así que siéntete afortunado de ser el primero, gracias Devon.
—No me la creo. Pues si en todo este tiempo has creído lo contrario, no seas ilusa. Tienes una sonrisa bellísima. Y tú eres hermosa. ¿Sabes todo lo que causa esa combinación?
Tú no tienes idea de lo que causas en mi diciendo eso, Devon. Pienso, pero no lo digo. Podría hacerlo, pero por alguna razón me detengo. Será temor, quizás. No lo sé. Me sorprendo a mí misma sonriendo tímidamente.
Este chico causa demasiadas cosas en mí, que hasta yo misma estoy asustada.
—Gracias, no me lo habían dicho antes.
—¿Ni siquiera tus padres?
Desvío la mirada. Siempre fue difícil con mis padres. Jamás he tenido una relación muy cercana como seguramente suelen tener los hijos con sus padres. Ni siquiera con mi madre. Ambos preferían centrarse en Jacob y el perfecto hijo mayor. Hago una mueca.
—Mis padres solo tenían ojos para mí hermano. Ya sabes, el hijo perfecto, heredero de todo. Creo que olvidaron que habían tenido una hija también. Pero bueno, no me quejo. Podría haber sido peor. Yo tuve a Jacob siempre conmigo, no estuve sola del todo. Y admito que, algunas veces, Jacob me recordaba lo hermosa que era y lo esencial en su vida. Siempre creí que lo decía solo porque soy su hermana y porque siempre que me lo decía era porque yo estaba deprimida.
Me encojo de hombros, sin saber que más decirle. Aunque claro, no quiero contarle mucho. No soy de esas personas que hablan de su vida todo el tiempo y a todo el mundo.
—¿Jamás te tomaste en serio las palabras de tu hermano?
—No, nunca lo hice. Y tenía razones para no hacerlo. Más allá de mi hermano, nadie me ha dicho ningún cumplido. Aunque mucho no me importa, por supuesto, no necesito de la opinión de nadie para estar bien conmigo.
Sonríe y se acerca a mi. Pone un brazo a cada lado de lo cintura, acorralandome contra el borde de la mesa. Mi mirada baja inmediatamente a sus labios y mi mente repara en lo cerca que estamos.
Y en lo solos que estamos en la casa, también.
—No se si te lo había dicho, pero me encantan las mujeres seguras de sí mismas.
—Qué bueno que te gusten las mujeres.
Bromeo pero solo porque estoy nerviosa. Se ríe y acerca más su rostro al mío. Nuestros labios se rozan y suelto un suspiro entrecortado. Cierro mis ojos y siento que está disfrutando con la situación. Yo también, pero no puedo evitar ponerme nerviosa. Y todavía no logro entender por qué.
Pega sus labios a los míos junto a su cuerpo. Pone una mano en mi nuca para profundizar el beso y la otra en mi cintura. Movemos nuestros labios en sincronía, bailando a nuestro estilo sin poder entenderlo. ¿Qué es esto? ¿Que somos? No tengo la menor idea.
Ninguno de los dos. Pero creo que estamos bien con eso. Ambos la pasamos bien y nos conocemos cada vez más. Despacio, lento, de a muy poco. Pero avanzando.
Quien sabe que diablos nos deparará el futuro. Solo nos queda esperar.
🥊🥊🥊
Buenos días/tardes/noches mis amores!!! Espero que estén teniendo un hermoso día. Lamento haber desaparecido estos días, pero acá les traigo un hermoso capítulo!!!
Nuestros personajes van avanzando cada vez más y más pero de a poco. Hasta yo me pongo nerviosa cuando escribo sobre ellos ajjajaja
Espero que les haya gustado el capítulo, gracias por su apoyo!!!
Sin más, nos leemos pronto, los quiero💋💋💋
ESTÁS LEYENDO
KNOCK OUT©
RomanceAria y Jacob Cooper son los mejores hermanos que podrían existir. Jacob Cooper, siendo dos años mayor que ella, es un muy conocido boxeador con tantas victorias, que no pueden ni ser contadas. Estas son gracias a su hermana, Aria Cooper, quien estud...