Si hay algo que no me gusta para nada, es el intenso dolor de cabeza que provoca la resaca. Es odioso. Me despierto por el sonido de mi alarma. Si, los sábados también trabajo. Mis únicos días libres por completo son los domingos. Pero hoy es un día diferente, para nada similar a mis sábados.Eso se debe a que cuando apenas abro mis ojos y soy consiente de mi alrededor, puedo notar a alguien durmiendo conmigo. Y algo que tampoco me gusta es dormir con alguien, lo odio. Giro la cabeza para ver a la persona durmiendo conmigo y murmuro una maldición cuando me doy cuenta de todo. Estoy durmiendo con alguien. En mi cama. Ambos estamos desnudos. Y no es con nadie más ni nadie menos que Devon. Si, anoche me acosté con Devon Hall.
—Mierda...—saco su brazo de mi cintura y me levanto de la cama para ir a ducharme. Por suerte, los sábados no tengo que hacer la rutina mañanera. Son mis días de descanso.
Me ducho y salgo del baño vestida y con el pelo revuelto porque acabo de secarmelo con la toalla. Al abrir la puerta, me encuentro con que Devon ya no está. Se abrá levantado al oír la ducha y huyó. Aunque bueno, no había nada de que hablar.
Salgo de la habitación y voy a la cocina a desayunar. Apenas ingreso, veo la espalda de Jacob sentado en la mesa.
—Buenos días.
—Buenos días parecen los tuyos—dice en tono acusatorio y me volteo para verlo.
—¿Qué dices?
—Te resististe a salir anoche y al final fuiste la que mejor lo pasó. Digo nomás. Cuéntame, ¿qué se siente acostarte con tu alumno?—Me mira serio y suelto un suspiro. Espero y no se ponga pesado con eso.
—Ya cállate. Estaba ebria.
—No es excusa. Te conozco y sé que siempre eres consciente de lo que haces cuando estás ebria. Y que siempre lo recuerdas todo.
—Lo sé. Fue un impulso. Además, tu también te diviertes. Tengo derecho a hacer lo mismo.
—Pero no con alguno de los chicos del gimnasio. No puedes hacer eso, la gente vendrá para querer acostarse contigo también.
Lo observo y suelto una carcajada al escucharlo.
—Quiere decir que no te preocupa perder o ganar alumnos del gimnasio, te preocupa que alguien se folle a tu hermana. Vale, lo siento. Gracias por tu bondad, hermano—me río nuevamente y él alza una ceja para después reírse conmigo también.
—Vale, vale. No te culpo, yo haría lo mismo si hubieran mujeres en el gimnasio—se ríe y me tira el repasador de la mesa a modo de broma. Se la devuelvo y el desayuno concluye con bromas de ambas partes.
🥊🥊🥊
—¡Concentración, Smith!—exclamo al alumno que tiene toda mi atención. Está en otra parte mientras golpea a su contrincante.
—Lo siento, lo siento. Hoy no estoy mentalmente preparado para entrenar—dice mientras baja del cuadrilátero.
—Pude darme cuenta de eso, descansa.
Derek me llama desde el otro lado del gimnasio y me hace señas para que me acerque. Cruzamos la puerta para dirigirnos a la parte delantera donde se encuentran la mayoría de los chicos desconcentrados, con toda su atención puesta en la muchacha rubia que habla con Mark.
Nos acercamos a ellos y Mark me presenta. Ella es rubia y tiene los ojos color miel, es un poco bajita y delgada, bastante diría yo.
—Aria, ella es Callie. Callie, ésta es Aria, tu entrenadora.
Ella me sonríe y me estrecha su mano. Le devuelvo la sonrisa y le pido que me acompañe.
—¿Qué quieres hacer exactamente, linda?—Le pregunto. Siempre tengo la costumbre de preguntar a los nuevos que es lo que quieren. Necesito saber exactamente lo que necesitan y que salga de sus propias bocas.
—Quiero ser una boxeadora profesional y mejorar mi físico. Ya sabes, levantar mis atributos—dice mientras me sigue.
—Entonces tengo la rutina perfecta para ti. Empezaras con esta serie de ejercicios que te diré y luego vendras conmigo a entrenar algo de boxeo. Esa será tu forma de conseguir lo que quieres.
Ella asiente efusivamente y comienza con la rutina cuando se la doy. Me dirijo hacia Mark y observo a Callie de brazos cruzados.
—La tercera chica en el año, sacala buena Aria, se que puedes—me sonríe y asiento. Jacob llega hacia mi y no aparta sus ojos de la rubia.
—¿Quién es la chica?—pregunta interesado mientras la observa.
—Espero que no tu próxima víctima—suelto y me mira con fingida indignación.
—Oye, ellas vienen a mi solitas—ruedo los ojos y golpeo su hombro—hablando de víctimas, ahí llegó la tuya.
Miro en la misma dirección que él para ver entrar a Devon. Se dirige a las cintas para empezar a entrenar.
—Cierra la boca, Cooper.
Se ríe y voy hacia los vestuarios para buscar vendas. Me gusta entrenar boxeo cuando tengo tiempo libre. Voy poniéndome los guantes mientras voy hacia la parte de atrás para practicar. Me paro frente a la bolsa más alejada de todos y me posiciono para golpear. Izquierda, derecha, derecha. Puño al frente y el otro en alto, cubriéndome la cara.
Me concentro en la bolsa e imagino que es un oponente. Giro a su alrededor, como si fuera una persona, como si realmente se estuviera moviendo. Me concentro en derribar al oponente, el objetivo principal.
—¿Por qué no te dedicas a ser boxeadora en vez de entrenar a otros?—muevo la cabeza a donde viene la voz.
Devon me observa de brazos cruzados frente a mi. Lleva un pantalón negro deportivo junto con una camiseta de tirantes gris.
—¿Terminaste la rutina?—digo, ignorando su pregunta.
—Si, esperaba que empezaramos a entrenar ahora.
Asiento y lo observo mientras él hace lo mismo. Le hago señas para que me siga y lo hace para empezar a entrenar. Agradezco que en lo que transcurre el día, no haya hecho ningún comentario con respecto a lo que pasó. Me siento más cómoda con que ignoremos todo, de todos modos, sólo fue un desliz guiado por el alcohol, ¿no?
***
Buenos días/tardes/noches!!!! Nuevo capítulo de esta historia entre Devon y Aria, espero les haya gustado el capítulo.
Bueno, no tengo nada para decir esta vez😂😂 Gracias por leerme💋
ESTÁS LEYENDO
KNOCK OUT©
RomanceAria y Jacob Cooper son los mejores hermanos que podrían existir. Jacob Cooper, siendo dos años mayor que ella, es un muy conocido boxeador con tantas victorias, que no pueden ni ser contadas. Estas son gracias a su hermana, Aria Cooper, quien estud...