Bebo de la cerveza frente a mi. Milo me observa con el ceño fruncido y me saca la botella de las manos.—¿Como es que todavía no estás borracha con todas las que te tomaste?
Tiene razón, no tengo idea. Observo las otras cuatro botellas vacías. Es un gran logro que no me haya emborrachado teniendo en cuenta que no estoy acostumbrada a beber. Me limito a encogerme de hombros. Estoy con Milo, Derek y Tom en un bar, me invitaron cuando se dieron cuenta de que no estaba bien al verme llegar al gimnasio.
¿Cómo llegué a beberme cinco botellas de cerveza? Fácil, la conversación de un momento a otro, terminó en Jacob y en lo extraño que estaba para ellos también. Les conté de mi pequeño ataque y Milo me abrazó para intentar que no me deprima saber que estoy sola, en cierto punto. Las únicas personas que saben de mis ataques, son Jacob y nuestros amigos entrenadores junto a George.
En toda la noche, por un momento pude despejarme de todo lo que está pasando por mi cabeza una y otra vez, ellos son muy buenos amigos y siempre intentan verte bien. Ha pasado un día de mi ataque y aunque pude detenerlo, tengo un poco de miedo de que me agarre otro en cuanto llegue a mi casa y esté sola otra vez, sumándole la opción de que no me pueda controlar sola.
—Ya deja de pensar un poco y ve a acostarte con alguien para despejarte—me sonríe Derek, golpeando mi brazo. Me río un poco.
—¿Para ti la solución siempre es el sexo?
—¿Es necesario que te responda?—me río otra y vez y me levanto para ir al baño.
Hago la fila para entrar, la cual se termina rápido y salgo del baño cuando termino para volver a la mesa. El bar hoy está tranquilo y eso me gusta, me gusta mucho la tranquilidad. En vez de volver a la mesa, me desvío y me dirijo a la puerta, encontrándome con Tom, quien salió para fumar.
—¿Hace cuánto volviste a hacerlo?—se gira para verme porque no se había dado cuenta de mi presencia y mira su cigarro, notando que a eso me refería.
—Unas semanas. Sammy está como loca, un berrinche tras otro y no para de cuestionar todo lo que hago. Es irritante—da otra calada y me mira—. Antes lo hacía para calmarme y otra vez caí en la tentación.
Sammy es su hermana menor. Vive con ella desde que la niña quiso mudarse de la casa de sus padres, actualmente tiene quince años y si, es un dolor en el culo.
—Quizás debas hacer algo para que entienda lo que tu haces por ella. Principalmente, no seguir sus caprichos como normalmente haces.
—Acabo de descubrir que somos más parecidos de lo que creíamos.
Me acerco hacia él y levanto su mano para sacarle el cigarro. Estaba a punto de tirarlo, pero no lo hice. En cambio, le di una calada larga causando que tosa. Tom me mira burlón y yo me río.
—¿Qué?—pregunto.
—Por un momento pensé que me lo ibas a revolear por la cabeza.
—Iba.
Se ríe y seguimos hablando de lo complicado que son nuestros hermanos. Volvemos adentro para pasar el resto de la noche, sin pensar en otras personas. Ya son las tres y media de la mañana y decidimos irnos a casa ya que estábamos cansados por habernos levantado muy temprano hoy para trabajar. Tom se ofrece a llevarme a casa debido a que era muy tarde y yo había venido en taxi.
Me deja en la puerta de casa y respiro hondo mientras me saco el cinturón de seguridad.
—¿Crees que soy una estirada? ¿O una mandona?—pregunto de la nada. Gira su rostro y me mira a los ojos.
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KNOCK OUT©
عاطفيةAria y Jacob Cooper son los mejores hermanos que podrían existir. Jacob Cooper, siendo dos años mayor que ella, es un muy conocido boxeador con tantas victorias, que no pueden ni ser contadas. Estas son gracias a su hermana, Aria Cooper, quien estud...