Asunto: Te tomaré como diario personal porque te odio y tú me amas.

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ANTES DE NUESTRA PRIMAVERA.

"Sé que suena tonto pero tengo miedo de ir a ti 

Incluso si no lo entiendes está bien, está bien.

Porque todavía hay mucho tiempo antes de que llegue la primavera.

Cuando me olvide de mis lágrimas y mi tristeza.

Cuando la primavera llegue a mí también."

Before our Spring, Jonghyun.

*****

De: ashlynx@gmail.com

Para: shorter.wong@gmail.com

Asunto: Te tomaré como diario personal porque te odio y tú me amas.

¿Crees que los terapeutas tengan una clase en la que les enseñen a ser ridículos?

La verdad es que olvidé preguntarle a la mía pero ahora estoy convencido de que es así y antes de que me juzgues por no haberte contado que he vuelto a retomar el tratamiento, mamá, debes saber que no te he contado nada porque el principio del año escolar siempre es un desastre. A veces me pregunto seriamente por qué demonios decidí convertirme en profesor y para hacer las cosas peores, un profesor sentimental de literatura.

Sí, sé que a estas alturas ya estás riéndote y que estás mesando tus ridículos mechones de cabello morado (¿sigue siendo morado?), y que me dirás que soy una reina del drama pero creo que después de lo que nos pasó, de lo que los dos pasamos en las calles de Nueva York, el mundo nos debe al menos la dicha de poder quejarnos ¿no crees? Sí, Shorter, también sé que tú jamás abandonaste el tratamiento, sé que te hizo bien y que ahora eres feliz para siempre mientras diriges el mejor restaurante chino de la ciudad, y que por tanto, has logrado tu más grande sueño; sé que por eso no tienes quejas al respecto de tu existencia pero yo empezaba a sentirme asfixiado otra vez ¿sabes?

Antes de presentarme al consultorio de la doctora Jessica Randy yo me había sentido casi normal de nuevo. Las pesadillas no me aquejaban en la noche, ya no terminaba gritando de terror, ya no sentía que algo dentro de mí estaba agonizando cuando los recuerdos volvían a invadirme. Casi creí que lo había olvidado, Shorter, de verdad lo creí.

Sé que dirás que soy un estúpido y que unos pocos meses en el consultorio de aquel médico papanatas que tanto bien te hizo a ti habrían bastado para que nada de aquello siguiera lastimándome pero... había llegado a sentirme como un hombre normal de nuevo, te juro que sentí que lo había logrado y sin embargo, todo se vino abajo cuando lo miré a él.

No quiero que empieces a suponer cosas estúpidas, pero todo volvió a ponerse mal cuando me presentaron al nuevo profesor de intercambio, el hombre que trabajará con nosotros por un año y que resulta ser uno de los fotógrafos más reconocidos de Japón, un fotógrafo que antes fue también un deportista de élite. Se llama Eiji Okumura y hace dos años ganó una medalla de oro en las olimpiadas ¿has escuchado algo acerca de él?

Supongo que no, su deporte no es muy popular de todos modos, el profesor Okumura solía practicar salto con pértiga así que no es precisamente una súper estrella de los deportes pero todo el mundo aquí se volvió loco desde el momento en el que anunciaron su llegada a la facultad de bellas artes. Incluso los chicos de literatura parecían conocerlo, todos han mirado alguna de sus fotografías, todos saben su nombre y él tendría el derecho de ser un arrogante estúpido pero no lo es, dudo que él sepa todo el revuelo que causa a su alrededor.

La primera vez que lo miré lo confundí con uno de los torpes alumnos de nuevo ingreso, él es una de esas personas para las que el tiempo no parece correr al mismo tiempo que para los demás seres humanos. Lo que quiero decir es que me dijeron que el hombre ronda los veintisiete años y sin embargo luce como un niño recién salido de la escuela preparatoria.

Físicamente, el profesor Okumura no es nada del otro mundo. Es un joven hombre japonés de ojos marrones y cabello oscuro, menos alto que nosotros. Si lo encuentras por la calle no llamaría tu atención y sin embargo, todo cambia cuando lo ves sonreír, algo en él se ilumina. Su sonrisa ilumina todo a su alrededor, Shorter y aunque cuando lo miras de frente, puedes notar que algo dentro de sus ojos duele, eso no importa porque su sonrisa es capaz de cegarte.

A riesgo de que me digas que soy un demente, creo que es esa luz la que hizo que todo volviera a ponerse mal. Hay algo en él que es frágil y triste, completamente triste. En sus ojos y en su sonrisa queda tanta inocencia todavía, una inocencia que nadie ha tocado, no del modo en el que lo hicieron con nosotros y yo... ahí está, por fin lo dije. Creo que es la inocencia que hay en los ojos del profesor Okumura lo que me recuerda lo que ocurrió en el pasado, creo que él es tan frágil como lo fuimos nosotros cuando la pesadilla empezó. Él me recuerda lo que fuimos, lo que ya jamás volveremos a ser y me duele mirarlo por eso.

¿Quién lo diría, no crees? La única manera de sobrevivir que encontramos en el pasado fue volvernos duros y te juro que sigo trabajando en mi muralla de protección todos los días de mi vida y aun así la insinuación de los fantasmas del pasado en los ojos de un chico que no sabe ni sabrá nada de mi jamás han bastado para destruirla.

Mirarlo me duele, Shorter y fue por eso que decidí consultar a una nueva terapeuta. Esta vez elegí a una mujer porque creo que siempre tendré algo de miedo si se trata de un hombre. Al final de cuentas, ellos fueron los cerdos que nos lastimaron y sé que no todos son así pero esta vez no quiero abandonar el tratamiento.

Después de la primera sesión de terapia la doctora Jessica me pidió escribir un diario y aunque de verdad pensé en comprarme uno de esos cuadernos hipsters de moda, después recordé que sería mejor escribirte a ti porque tú entiendes, nadie más que tú podría entenderme y ¿qué quieres que te diga? Estudié literatura, y como a todos en este mundo, nos encanta escribir y que alguien nos lea. Búrlate todo lo que quieras y si no quieres leer, entonces ignora todos los mensajes que llegarán a partir de ahora desde esta dirección de correo pero no me impidas escribirlos, ni mucho menos enviarlos.

Siempre he creído que la lectura y aún más el acto mágico de escribir algo son las cosas que me han ayudado a liberarme. Así que sé que podrás soportar de forma valiente estos correos cursis que no tienen nada que ver con las novelas de corte dramático y existencialista gracias a las cuales puedo vivir bien ahora. No tienes que contestarme pero pensé que hablar con la nada siempre nos hizo mucho daño y por eso quisiera hablar contigo, mejor amigo.

Como sea, debo dejarte ahora porque el ciclo escolar empieza mañana y debo aterrorizar a los estudiantes de nuevo ingreso, es uno de mis deportes favoritos en la universidad y tengo una reputación que cuidar porque soy el maravilloso profesor Aslan Jade Callenreese, también conocido como Ash Lynx autor súper ventas y también soy "el lince despiadado que nos explotará a todos durante el año". El terror de los alumnos me mantiene joven, aunque quizá sea su esperanza y sus ganas de crear historias las que tengan ese efecto en realidad. Porque al final de cuentas esa es la razón por la que amo impartir la clase de escritura creativa. Muy bien, omite la última línea, me doy asco.

Como sea, deséame un buen inicio de año y dile a Nadia, tu hermana, que extraño su comida desde hoy. Quizá pueda verte el fin de semana ¿qué opinas? Sería bueno reírme de ti para variar, ya sabes. Por cierto, creo que no debería preocuparme tanto por el profesor Okumura ¿o sí? Ni siquiera tendré que verlo tanto porque somos parte de departamentos académicos diferentes. No creo que de pronto el departamento de fotografía y de literatura decidan hacer una fusión. Quizá no lo veré tanto, solamente en la ceremonia de inicio de cursos de mañana y eso será todo ¿no crees?

No quiero verlo, Shorter. Soy un cobarde pero no quiero verlo porque su mirada es tan parecida a la que tú y yo teníamos en el rostro cuando los monstruos venían.

Bien, si llegaste hasta acá te lo agradezco y si no, vete al demonio.

Con amor, Ash.

Antes de nuestra primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora