Asunto: Tenías razón.

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De: okumura.eiji@gmail.com

Para: itsyutlunglee-bitch@gmail.com

Asunto: Tenías razón.

No puedo evitar sonreír como imbécil mientras miro una y otra vez la fotografía que Ash acaba de enviarme. Hace al menos una hora que lo hizo y aun así, no puedo dejar de mirar su sonrisa alegre, una sonrisa que no sabe nada de oscuridad todavía.

En la fotografía, Ash sonríe en los brazos de su hermano mayor, Griffin, y puedo ver que esa es la única fotografía que de algún modo no lastima a Ash.

En realidad, aun no entiendo muy bien por qué quiso mostrarme algo así, creo que se trató de un accidente solamente. Antes de sentarme a escribir este correo, Ash y yo estábamos teniendo una video llamada, una de nuestras nuevas costumbres.

Él dice que su terapeuta le recomendó hacer algo para relajarse antes de intentar dormir porque Ash ha estado teniendo problemas de insomnio recientemente y resulta que hablar conmigo tiene un efecto tranquilizante en él.

Y aunque él dice eso de mí, yo todavía me siento culpable por su insomnio ¿sabes? Sé que me dirás que soy un estúpido por pensar así pero es que sé que yo fui el que despertó a los demonios del interior de Ash, esos demonios de los que conozco la historia ahora.

Cuando miro la fotografía que Ash me envió, no puedo evitar preguntare qué tan enferma tiene que estar una mente para poder dañar a un niño. Si pudieras mirarlo así quizá no lo odiarías tanto, Yue. Ash era un niño adorable que merecía tener una familia cariñosa, una familia que se sintiera orgullosa de él toda su vida. Ash merecía una familia amorosa y no el infierno en el que se convirtió su vida simplemente porque hay monstruos como los que lo dañaron a él.

Creo que el recuerdo de todos esos monstruos, recuerdos que yo removí en la cena aquella que después de dos semanas sigue avergonzándome, es lo que no le permite dormir a Ash. Porque los demonios vienen a él y repiten una y otra vez el sufrimiento de su pasado, un sufrimiento que sin duda debió haber roto algo en su interior de forma irreparable.

Aquella noche, la noche en la que salí a buscarlo con mi corazón lleno de miedo, me di cuenta de que Ash no es la persona perfecta que yo imaginaba que él era. Es decir, sé que te he hecho rodar los ojos por casi dos años al hablarte de él y de lo perfecto que es ante mis ojos. Pero él no es así, Yue, en realidad Ash es como una gema preciosa que ha sido sometida a un sinfín de maltratos. Puedes ver que la superficie sigue brillando y quizá si no lo miras de cerca, jamás te darás cuenta de que debajo de todo aquel brillo hay fisuras, cicatrices, rasguños, rastros de todos esos golpes que intentaron destruirlo y que sin embargo no lo lograron.

Él sigue siendo una gema, quizá un trozo de jade que brilla bajo el sol del amanecer. Ese es su nombre después de todo ¿no es así? Aslan Jade, el amanecer que resiste a las sombras, la joya que ha sido dañada pero jamás vencida.

Ash me mostró todo eso aquella noche en la que sin poder contenerme lo estreché en mis brazos como si yo creyera que mi fuerza bastaría para poder protegerlo de ese pasado en el que no estuve. Al principio tuve miedo, claro, porque él tembló al sentirme cerca, porque algo en mí seguía dañándolo pero al verlo sentado en el piso del gimnasio, al verlo con sus ojos verdes perdidos en la soledad y en la oscuridad de aquel lugar no pude contenerme: corrí hacia él como si mis brazos hubieran sido creados para sostenerlo. Corrí hacia él como si algo dentro de mí supiera que era mi deber y mi destino hacer que Ash no se rompiera más.

Y cuando él me dejó sostenerlo, cuando sus propios brazos se enredaron en mi espalda, fue en ese justo instante cuando la revelación vino a mí: estoy enamorado de él, Yue, tenías razón. Estoy enamorado de Aslan Jade Callenreese.

Antes de nuestra primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora