Asunto: Sin punto final.

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De: ashlynx@gmail.com

Para: okumura.eiji@gmail.com

Asunto: Sin punto final.

Eiji, mi amado profesor Okumura:

Te gustan las historias y las canciones, sobre todo a aquellas que hablan de amor.

Después de todo tú eres un artista y a todo aquel que sabe de la magia de crear, deben gustarle las historias y más que gustarle, debe comprender que la vida, que él mismo está hecho de ellas. Tú eres un contador de historias también y sé que esta actividad propuesta por Yue te emocionó de forma profunda y de verdad espero con todo el corazón que mi carta, que este trozo de la historia de los dos no te parezca francamente decepcionante porque sigo creyendo, amor, que mis palabras torpes puestas al azar sobre una hoja de papel no alcanzarán para poder hablar de esa enorme historia que con el paso de los años los dos hemos construido.

Decir que los dos tenemos una historia juntos es el mayor de mis tesoros porque sé que el mundo me recordará por las novelas que he creado pero mi verdadera obra maestra ha sido vivir a tu lado. Mi vida a tu lado sigue siendo mi mejor historia, mi mejor creación.

Y es que sé que tú sabes, Eiji que mi vida no era un libro nuevo cuando tú llegaste; en las páginas de mi libro de vida llenas todas ellas de momentos memorables y otras cosas que era mejor olvidar pero que de todos modos seguían siendo parte de capítulos sin los cuales lo que soy, lo que pienso, lo que siento, estaría incompleto, había miles de cosas que aún no le había contado a nadie, cosas que me había prometido no volver a leer, cosas como las que tú, me hiciste volver a creer.

Quizá te lo haya dicho, quizá haya mencionado alguna vez que me aterran los finales, que antes de ti había esparcidas por mi corazón cientos de historias que había empezado sin poder olvidarme de ese punto final de los finales al que no le siguen dos puntos suspensivos. Supongo que todo ese miedo llegó a mí después de perder a mi hermano y de tener que pasar una temporada en el infierno de Golzine. Lo definitivo de todo, ese punto final inamovible que representa perder a alguien amado, te hace pensar que si todo en la vida es transitorio, entonces no valía la pena luchar por algo que de cualquier modo e hicieras lo que hicieras estaba condenado a morir.

Porque lo cierto es que también me causaban miedo los principios, sobre todo esos inicios a los que había prometido no creer, porque siempre es mejor burlarte de aquello que no entiendes y vivir tu vida lejos de aquello que puede terminarse.

Antes de ti me conformaba con entrar y salir de la vida de la gente, yo era una casualidad para personas desconocidas para las que no significaba nada, con las que era seguro jugar porque yo mismo no era más que un juguete, así me había sentido toda mi vida. Jugaba conmigo mismo, me engañaba a mí mismo burlándome de aquello que en realidad deseaba encontrar con ansias aunque no parecía saberlo. No sabía que estaba buscando un amor como el tuyo. No sabía que mi corazón había estado buscándote a ti sin saber en realidad qué era lo que estaba buscando.

Pero te encontré. Tú llegaste a mí como ese milagro que uno no espera encontrarse. Llegaste a mí y me convenciste de que hay historias que uno inicia sin pensar en el final, historias que son más importantes que ese solo punto, historias que te hacen parte de ellas aun si tú te niegas a escribirlas.

Tú fuiste el principio de una historia que me haría volver a mí. Tú fuiste ese inicio brillante y aterrador que solo quien es de verdad valiente puede vivir. Tenía miedo de los comienzos y sin embargo, cuando tus ojos se reflejaron en los míos supe que el miedo se había desvanecido y aunque luché conmigo mismo por muchos días, no lo pude evitar, simplemente sucedió. Nuestra historia comenzó a pesar de todo.

Antes de nuestra primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora