CAPÍTULO OCHO. PARTE DOS-VIERNES

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Gretel

Mis ojos observaban a través de la ventanilla del lujoso auto que Cole había enviado para mi hace dos horas.

La ciudad a la que el chófer había conducido era tranquila, sin embargo me impresionó lo grande que era. Había demasiadas personas por todos lados.

El trayecto a la ciudad —la cual desconozco el nombre— fue corto. El viaje duro tan sólo dos horas que se me hicieron minutos a causa de los nervios. Cuando el chófer llegó, evitó mirarme mucho sin embargo su postura se mantuvo amable y respetuosa.

Quizás evito mirarte porque sabe a lo que vas, reclamo mi consciencia durante la trayectoria, quizás piensa que eres una prostituta más.

Y la realidad me golpeó, porque yo realmente estaba convirtiéndome en eso.

Algo en mi pecho punzó, pero intente ignorarlo. Miré una vez más mi vestimenta; vestido negro, entallado de arriba y suelto de abajo, mi vestido más "decente", (de hecho, creo que es mi único vestido), cabello demasiado lacio, maquillaje un tanto exagerado para mi, pero vamos, sé a lo que voy y sé que mi rostro luce fatal detrás de estos 50 kilogramos de base, sombras y rubor.

Bajo esta máscara, hay ojeras negras y profundas, ojos hinchados y nariz roja.

Cuando el chófer se detuvo frente a un gran edificio, mis manos comenzaron a sudar. Observe el panorama y vi que era un hotel, un hotel bastante bonito y elegante. La arquitectura era clásica y le daba un toque muy sofisticado.

—Llegamos, señorita—Dijo el chófer, para después bajarse y abrirme la puerta, me tendió la mano y la acepté.

—Muchas gracias. —Musité.

Una vez que entre al hotel, mi mundo se detuvo. Era un hotel carísimo y de lo más hermoso. Las paredes de la recepción estaban pintadas de un tono azul metálico y los muebles contrastaban perfectamente con el lugar. Había pocas personas, las cuales lucían adineradas y la mayoría era del extranjero.

Me acerqué a la recepcionista y un tanto dudosa pregunté:

—¿Disculpe, señorita?

La recepcionista de cabellos rubios me miró y con una amable sonrisa me respondió: —Buenas noches, ¿en qué puedo ayudarla, señorita?

Mi mundo se detuvo, mi corazón se aceleró ¿qué le respondo? Mis ojos se cristalizaron al pensar que dentro de poco yo... Sacudí mi cabeza y aclaré mi garganta y respondí:
—T-tengo una reservación. Está a nombre de Gretel Derain.

La chica sonrió, mostrándome su perfecta dentadura.

—¡Oh, si! Permítame mientras le doy la tarjeta de su suite.—Buscó entre los cajones hasta que sacó una tarjeta un poco grande—Aquí están. Disfrute su estancia aquí, señorita.

Tomé la tarjeta y le sonreí. Agradecí a la chica con voz un tanto triste. Caminé por el pasillo hasta que vi el elevador. Presioné el botón hasta que las puertas se abrieron y entré.

Suspiré y sentí deseos de llorar. Dios, este es un lugar bellísimo y yo lo vengo a conocer bajo estas circunstancias.

Porque me voy a acostar con alguien que no quiero. Solo por eso.

El ascensor se detuvo y caminé sintiendo mi corazón latir al mil. Conforme avanzaba por el pasillo, mis ganas de mandar todo a la mierda se hacían más grandes, pero recordé la sonrisa de mi madre.

Recordé sus ojos verde aceituna. Y recordé que si no hacía esto, nunca los volvería a ver.

Llegue a la suite e introduje la tarjeta con lentitud, tratando de armarme un poco de valor. La puerta hizo un clic y gire la manija. Al abrir la puerta de la suit, me encontré con un pasillo corto.

Suspiré y comencé a caminar, cerré la puerta para después recorrer el corto pasillo que conducía a la bellísima suit. Me detuve a contemplarla un poco, las paredes son blancas y hay lámparas modernas colgando en el techo. Me acerqué un poco más y me percaté de la maravillosa vista que posee la habitación.

Me acerqué al hermoso balcón y abrí la puerta para tomar un poco de aire fresco. Cuando la suave brisa golpeó mi rostro, sentí una ráfaga de lágrimas apoderarse de mis ojos, sin embargo me reprimí.

No.
No tienes que llorar.

Sentí unos dedos fríos tocar mi brazo y voltee.

Ahí estaba él.

Con esa sonrisa perfecta.

Con ese porte elegante.

Y esos ojos que destellaban malicia pura.

—Vamos adentro—Murmuró—Hace frío aquí afuera.

Asentí. Me tomó de la espalda baja y me condujo hacia adentro. Sentí que su mano quemaba mi espalda.

Él se alejó de mi después de un instante, se acercó a la mesa de cristal que estaba en una esquina de la habitación.

—¿Quieres un trago?—Preguntó, y hasta ese momento me percaté de que había una botella de whisky.

Odio el alcohol. Me quema demasiado la garganta y el sabor simplemente me parece repugnante. Sin embargo asentí con la cabeza, pensando en que quizás eso me relajaría.

O me daría valentía.

Me tendió el vaso y yo lo tomé. —Gracias—Musité.

—¡Salud!—Exclamó él a cambio—¡por el dinero y por las maravillas que nos da!

Sentí una punzada en el estomago, alcé mi vaso con él y con una mueca ingerí el alcohol. Sentí que quemaba mi lengua y conforme bajaba, quemaba todo.

Bebí todo mi whisky de un trago, sintiendo mi cuerpo arder pero el ardor hacía que me olvidara un poco de todo.

Cole quitó el vaso de mis manos y lo dejo en la mesa. Tomó mis manos y me atrajo hacia él, sentí su pecho firme chocar conmigo, yo respiraba directamente hacia su cuello, logré aspirar su aroma masculino y delicioso. Tomó mi mentón con sus dedos y me obligó a mirar sus ojos. Ay, esos ojos...

Sin más me beso. No fue un beso tierno. No fue un beso lento. No fue un beso mágico. Fue un beso rudo, un beso demandante y un beso que no disfruté en absoluto.

Sus manos viajaron a mi espalda baja y me estremecí. No me gustaba su tacto, no me gusto su tacto en absoluto.

No me di cuenta que íbamos caminando durante el beso hasta que mis piernas chocaron con el firme colchón y Cole me empujó hasta que termine recostada en la cama.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente. No quiero, pensé. Mis manos comenzaron a sudar y sentí una opresión en el estómago.

Suspiré, negando con la cabeza y reprimiendo un sollozo. No, Gretel. Lo tienes que hacer, lo debes de hacer.

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Okay, aquí está la segunda parte dkkdkskdkdks es un capítulo lleno de muchas emociones para mi, al escribirlo literalmente sentía una opresión en el pecho y ndkdkskdkd. Déjenme saber lo que opinan en los comentarios, besos 

¿Les gustaría tener una narración del mismo capítulo pero desde el punto de vista de Cole? Sería un extra, obviamente 🤔🤭

PIEL MORENA. ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora