CAPUTULO DIECINUEVE. RECLAMOS MENTALES

1.7K 136 11
                                    

Realmente me causa intriga saber que fue lo que ocurrió a Cole.

Me sobresalto al escuchar un portazo, y tiro el plato que estaba secando.

La risa de Mika llena mis oídos.

—¡Ay, Gretel!—dice riendo. Se acerca para ayudarme a limpiar el desastre que he causado—¿por qué tan distraída? ¿Qué pasa,  calabaza?—dice entre risas aún, yo ruedo los ojos.

—Nada, ayúdame a limpiar—digo, antes de darle un pequeño zape.

Ella ríe como puerco y yo me muero de la risa.

—¡Greteeeeeeeel!—gime, entre risas aún. No sé si puede respirar, pero está roja.

—Mika, control—ordenó, riendo.

Ella respira profundamente, lanza una última carcajada y me dice con semblante serio:

—Gretel Derain Boccaccio, ¿que ocurre?—musita con aires de seriedad que me provocan una carcajada, ella alza sus cejas de manera graciosa—Dimeeeeeeee—chilla.

—¿Desde cuándo trabajas aquí?—digo mientras llevo los pedazos del plato a una caja.

—Desde hace—entrecierra los ojos, pensando—6 años.

Suspiro—¿y desde cuándo salen Cole y Cruela?—digo, intentando sonar casual, pero sé que fallo.

Ella me mira y con voz suave me dice.
—Desde que tienen ambos 17 años, Gretel. Pero ¿a qué viene todo esto?—me mira severamente y yo aparto la vista.

—curiosidad—digo, limpiando.

—Gretel...

No le respondo. No quiero sonar desesperada o interesada, pero sé que lo soné. Las dos callamos y cuando Mika está por irse me dice:

—Él no la dejará, Gretel.

Y yo me hago la ofendida.

—Mika, de verdad solo fue por curiosidad.

Me toma de la mano y me jala a una pequeña bodega donde se guardan las ollas, prende la luz y yo resoplo.

—Sé que es atractivo, Gretel. Muchas han caído en sus garras y...

La interrumpo:

—¿Te incluyes?—mi corazón late rápidamente.

Ella me mira con el ceño fruncido, parece ofendida.

—¡claro que no! Pero he visto a muchas como tú caer. Muchísimas, inocentes, idiotas que creían en una fantasía que no existe. No quiero verte a ti hundirte en un barco sin rumbo, Gretel.

Yo río nerviosamente.

—¡era pura curiosidad! Veo que no se quieren en verdad, así que me anime a preguntarte, pero si hubiera sabido que actuarías como una madre preocupada, no lo hubiera hecho.

Ella me inspecciona y mi corazón retumba en mis oídos, temo que ella lo escuche.

—Okay. Te intentaré creer.

Me suelta, y se aleja, cuando está a punto de irse voltea a verme y dice con un semblante serio:

—Pero te dire esto como amiga, Gretel. He visto como seduce a las sirvientas, no has sido la única. Supongo que yo soy demasiado fea para él pero ¿qué importa? El hecho es de que les endulza el oído. Las hace creer cosas que no pasarán.

—¿y...? —digo, restándole atención—él no me atrae ni siquiera un poco.

—Eso espero, de verdad—me mira directo a los ojos cuando dice lo siguiente, y siento que la verdad de sus palabras taladra mis huesos. — Un hombre como él, nunca podrá dejar de lado el egocentrismo ni la vanidad; él solo tiene un objetivo, Gretel: meterte en su cama, que su maldita sonrisa cautivadora no te engañe.

Y sin decir nada más, me deja sola en la bodega.

Y me siento como una imbécil.

•••••••
No puedo parar de pensar en lo que Mika me ha dicho.

Toda la tarde he estado distraída pensando en el hecho de que soy una estúpida.

Antes de mi, han habido más empleadas, más historias. Él lleva con cruela muchísimo tiempo ¡Dios! Están a punto de casarse. Están comprometidos, pero se acosto conmigo...

Error, pagó tu cuerpo.

Y no puedo evitar sentirme sucia de nuevo, porque es cierto. Él me usó como servicio y el hecho de que ahora se "preocupe" no quiere decir nada. Y yo soy una estúpida que echo a volar su imaginación...

Estoy perdiendo mi rumbo, mi claridad. Me estoy dejando ir por ideas y... no. El hecho de que me haya tratado con consideración humana por primera vez no significa absolutamente nada. No puedo parar de reprocharme a mi misma ¿qué estoy haciendo? ¡Por Dios, está comprometido! ¡Es un maldito infiel y tú cooperaste! Me siento más asqueada aún.

El remordimiento no me deja dormir, y las chaquetas mentales me duran toda la noche. Mañana será un nuevo día, me aseguro, uno en donde todo tiene que volver a su lugar, tú a la porquería que mereces, Gretel, y él a su cuento de hadas. Esta aventurita sin rumbo termino. Me digo.

PIEL MORENA. ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora