CAPÍTULO VEINTIUNO. FEBRERO 14

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—¿Uhhmm spaghetti?—fruncí un poco el ceño y luego asentí—si, el spaghetti.

—¡No puedo creer que de verdad no te guste el spaghetti! ¿En qué mundo vives?—dijo Cole, riendo y yo volteé a verlo con una gran mueca de indignación falsa.

—¡Hey! ¡No tiene nada de sabor!—reproché, él sigue riendo.

—Usted no tiene un buen paladar, señorita Derain—dijo, apuntándome con el dedo y yo le saqué la lengua.

—Usted es muy básico—espete, riendo.

e sei molta carina— dijo en un idioma desconocido y yo lance un puchero.

—Injusticia—dije, Cole me tomo de las mejillas y me miro fijamente a los ojos por un buen rato.

—Debo de irme, ragazza. —susurró , cerrando los ojos y acariciando mis mejillas. Suspiré.

—¿Te veré mañana?—murmuré, él plantó un beso en mi frente y después uno corto en mis labios.

—O quizá más tarde—dejo otro beso casto en mis labios y se marcho de los campos.

Suspiré, acariciando mi mentón. Tomé una cubeta de agua y me encamine hacia los caballos.

Realmente, no entendía lo que sucedía con Cole, últimamente los días transcurrían así: él venía, charlábamos, me daba besos o me hacía caricias y después se marchaba. Y yo... no hacía nada para evitarlo.

Pero no era lo correcto.

¿Por qué entonces lo incorrecto se sentía tan bien? Sentí de nuevo esa opresión en el pecho: angustia. No quiero que Cole se aleje, no quiero dejar de oír su voz. Pero debo de alejarme, él está cometiéndole una falta a la que pronto será su esposa y yo estoy siendo partícipe del engaño, nadie se merece algo tan cruel como eso, ni siquiera Rania Erne.

••••••••••

La cena de los Erne transcurrió sin inconvenientes, la familia charlaba y nosotras servíamos, pero mientras servía la cena de la señora de Erne, mi corazón se congeló:

—¿Y bien, Cole? He estado hablando con Ran de la boda y me ha comentado que aún no tienen fecha...—dijo el señor Erne para después beber de su vino tinto.

Cole tosió y yo sentí mis manos temblar.

—¡Papá! —Chilló la señorita.

—Está bien, cariño—sentí mi corazón latir más rápidamente cuando escuché su voz, y con el rabillo del ojo pude ver como él le acarició la mano, justo como lo hace conmigo...

Y algo en mi, dolió.

No me quería ir, así que continué mis deberes con lentitud y el señor Erne me pidió más vino.

»He pensado en las fechas, señor Erne y con todo esto del caos de las cosechas estaba pensando que quizás ¿Abril? —Dijo, para después beber de su copa.

—¡¿Mayo?! Discúlpame, Cole, pero creo que es inaudito. ¡Llevan comprometidos medio año! —dijo la señora de Erne y su esposo le apretó la mano.

—Cole, consideró que mi esposa tiene razón. Estamos entrando a diciembre, yo consideraría que febrero es más que ideal.

—Pues, a mi febrero se me hace una fecha tan romántica...—murmuro Rania, yo ya estaba en la cocina, viéndolos tras la puerta. —Febrero es ideal, Cole... ¿tú quieres?

Ella lo miro con esa chispa en los ojos que...

—Febrero será—dijo dando el último trago a su vino.

Mi corazón dio un vuelco.

Estaba hecho. Cole se casaría en dos meses. Ellos continuaron hablando de la boda, la cual sería justamente el catorce de febrero... ahí, ellos sellarían su "amor"

Y yo me sentía tan estúpida, tan utilizada. Mi mente no paraba de repetir: ¡¿qué esperaras?! ¿Que dejará a la bellísima por una simple criada? No seas idiota, él solo te utilizó, una vez más y tú lo dejaste entrar, Gretel.

Que tonta fui.

La madrugada cayó y el sueño no me atacaba. No podía parar de pensar en Cole, y aunque me doliera admitirlo, ideaba pensamientos absurdos de que quizás —y solo quizás— él no amara a Rania.

Suspiré, caminé hacia la cocina dispuesta a tomar una pastilla para la jaqueca. Tomé un vaso de agua y sin pensarlo tragué la pastilla, después me adentré al oscuro pasillo para encaminarme a mi habitación.

Unas fuertes manos me jalaron de la cintura y cuando intenté gritar, una mano se posó en mi boca impidiéndolo, con el corazón acelerado traté de golpearlo pero esa voz. Esa jodida voz...

—Soy yo—susurro, casi inaudible y...

Al voltear, no pude evitar la mirada afligida que le lance. No lo miré más.

—Gretel...

Trague saliva y miré el pasillo.

»Tarde o temprano iba a suceder—su descaro hizo que el coraje estallara en mi, así que las siguientes palabras salieron de mi con cólera:

—Si tarde o temprano iba a suceder ¿qué demonios pretendes conmigo, Cole? ¡¿A qué demonios estás jugando?! Porque...

—Yo no estoy jugando a nada, Gretel, te lo juro—me interrumpió, yo negué viendo a la nada—Por favor, escúchame. Tú sabes—jadeo—tú sabes que yo no la amo.

—Yo no sé nada de ti—dije con la voz rota.

—No—admitió, me tomo del mentón para mirarlo pero cerré los ojos, frunciendo mi ceño, negándome a verlo. No lo merecía—Por favor, Gretel...

Mordí mi labio.

—Por favor, mírame mia bella—susurró y yo abrí mis ojos—Yo nunca he sentido ninguna clase de sentimiento hacia Rania, lo único que algún día pudo haber fue la atracción sexual pero contigo va más allá, Gretel. Contigo es más que lo físico, nunca nadie logró meterse tanto aquí—tomó mi mano y la coloco en su pecho, yo lo miré y sus ojos me mostraban aflicción y desesperación—no logro sacarte de mi mente, ¡ni de mi alma! Huyó de ti, lo juro, me alejo, pero siempre vuelvo, y ¡joder! Cierro los ojos y ahí estás tú... siempre estás tú, aunque huya. Aunque duerma, aunque quiera evitarlo...

Me mordí los labios, y sentí de repente las lágrimas abordar mis ojos, sin embargo no permitiría que cayeran. No está vez.

—Tú te casas, Cole, y yo me quedo aquí.

Mi voz sonó rota y él me besó.

—perdóname, por favor, perdóname—dijo, con un gemido de dolor, abrazándome tan fuertemente que por un segundo creí que podríamos fusionarnos y desaparecer.

Lejos.

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Holaaa:) hoy les vengo a dejar este cap para que puedan sobrellevar un poco más distraídos la cuarentena kajaja o simplemente para echar un rato la imaginación :) tratare de subir más capítulos en estos días que estoy menos atareada. LOVEE

PIEL MORENA. ®️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora