Capítulo 8

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Maratón: 4-5

Las medidas de Erick estaban anotadas ya. Solo tenía que esperar a que se lo entregaran.

-¿Para cuando esta listo?-Preguntó

-Dices que tú boda es en dos semanas ¿no?-Asintió nervioso - Puedes venir por él la semana que viene, estará justo... A tiempo -Nuevamente se acercó a él.

-Bien, vengó por él en una semana entonces -

-¿Nervioso?- Mordió un poco su labio inferior

-No hay motivo para estarlo -Sonrió igual que él.

-Yo creó que si -Sin más rodeo, atrapó sus labios formando un beso algo brusco.

¿Erick lo siguió? Pero claro que si, nadie podría resistirse a esos labios tan provocadores.

-Si necesitas atención aquí -Apretó el miembro del oji-verde -Te di la dirección de donde me puedes encontrar -Volvió a besarlo.

-No iré a buscarte Christopher -Rodó los ojos.

-Lindo, todos dicen lo mismo. Te veré por allá, estoy seguro de ello -Sonrió orgulloso.

Erick salió de aquel lugar molesto y con una pequeña confusión, sólo que no daba que era lo que lo estaba confundiendo.

Entró a su auto y sin demora alguna encendió el motor comenzando a conducir por las calles, en dirección a su casa.

Y por algún otro lado estaba Zabdiel, en su "cita".

-Entonces quieres experimentar ¿eh?- Preguntó por quinta vez el puertorriqueño.

-Si Zabdiel. Y como sé que eres bisexual me gustaría aclarar mis dudas contigo, además eres guapo -

-Esta bien, aceptó entonces -Sonrió.

Y regresando con Erick, llegó a su casa aún molesto. Abrió la puerta y la cerro de un tan fuerte que las ventanas temblaron.

Se sentó en un sofá, tomó su celular y marco el número de su novia.

Uno, dos, tres tonos y nada. Había intentado llamarla más de diez veces, pero todas sus llamadas las mandaba al buzón.

Valla cosas que estaría haciendo para no poder atender la llamada de su futuro esposo.

Se jalo un poco el cabello frustrado, necesitaba hacer algo con urgencia, ese chico era lo único que estaba en su mente.

Esta vez intento llamar a Zabdiel, pero igual que si novia, lo mandaba a buzón.

Aventó su celular a un lado de él, se levantó y fue a la cocina s beber un poco de agua simple.

Subió a su habitación, para "descansar" un poco. Al momento de cerrar sus ojos, la escena de él arriba de Christopher apareció en su mente.

-¡Maldita sea!-Dijo al sentir su entre pierna doler.

No estaba confundió, ni lo estaría. Pero ese chico sabía hacer cosas maravillosas en la cama.

Se estiró un poco para poder alcanzar la tarjeta que le había dado.

La observó viendo la dirección. Sabía perfectamente por donde quedaba, cerca de ahí se encontraba la casa de su novia.

No quiera caer a los juegos de Christopher. Pero necesitaba un buen polvo.

Se levantó de la cama al fallar su intento de dormir un poco. Tomó una ducha corta, buscó dentro de su armario de sus mejores ropas, algo dentro de él quería llamar bastante la atención de Christopher.

Al pasar algunas horas decidió comenzar a arreglarse, si iría a ese lugar para pasarla bien, fuera o no Christopher. Según él, claro.

Rocío un poco más de su perfume, acomodo su cabello de nuevo. Se miró al espejo.

Salió de su casa, se subió a su auto y condujo a aquel lugar aunque después llegara a arrepentirse.

-Bien, tenía razón - Se dijo así mismo.

Bajo de su auto, estaba nervioso y no entendía el por que. Llegó a la entrada y paso sin problema alguno al mostrar su identificación.

Al ingresar pudo sentir el ambiente cálido debido a la cantidad de personas que había.

-Parece ser que no me equivoqué -Dijo alguien detrás de él.






Enserio que trato de escribirlos más largos :'(

The Striptease» Chriserick/ HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora