Capítulo 23

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-Estaba tan decidido a no casarme, no pensaba cambiar de opinión -Se levanto del sofá y camino a su cocina

Buscó alguna botella que contuviera alcohol, tomó una copa y sacó algunos hielos del congelador, sirvió un poco y colocó un hielo.

-De todas formas no hubiera servido de nada -Bebió un poco -No soy nada para ti -Sus ojos se llenaron de lágrimas.

Se la paso sirviéndose, hasta que acabó con la primer botella, lágrimas descendían de sus ojos, fue por una segunda botella e hizo lo mismo, servía y bebía.

Su teléfono comenzó a sonar, lo sacó del bolsillo de su pantalón y sin poder ver la pantalla contestó.

-Amor.

-¿Quién habla?

-¿Estas tomado
Erick?

-¡Abi! Eres tú, que
raro que llames.

-Erick estas ebrio.

-Sólo un poco.

-Mañana hablaremos
cuando este por allá.

-No, no quiero verte

-¡Dios! Ni siquiera
sabes lo que dices.

-Si lo se, y no quiero
verte. Ni siquiera
quiero que regreses.

-Hablamos mañana.
Adiós. Te amo.

Quien término con la llamada fue él, bebió lo que aún quedaba en su vaso para volver a llenarlo después. 

Tomó una tercera botella junto con la segunda, su vaso y fue, como pudo, caminado hasta la sala de estar. Se sentó de nuevo en el sofá y dejó las botellas en la mesa que estaba en el centro.

-Maldito Christopher -

Sus ojos volvieron a cristalizarse debido a las lágrimas que de apoco iban inundando sus ojos, impidiendo un poco su vista.

La mañana llegó, Erick estaba dormido en el sofá, las botellas que había bebido estaban en el suelo al igual que la copa en donde había estado bebiendo.

De apoco fue abriendo los ojos, llevó una de sus manos a su cabeza al sentir un fuerte mareo. Estaba a dolorido, y sus ojos ardían mucho, de seguro era por haber estado llorando la noche anterior.

Buscó su teléfono, recordó que lo había dejado en la mesa de la cocina; con mucho cuidado se levantó y fue hasta la cocina, tomó su teléfono y observó la hora: 12:43 pm.

-Necesito una pastilla. -Dijo para si mismo.

Buscó en un cajón de la cocina, la tomó y tomó un poco de agua. Extrañaba a Christopher.

Necesitaba ir a la empresa, pero las condiciones en las que se encontraba se lo impedía.

Llamó a su amigo, Zabdiel.

-¿Qué pasa Erick?

-Que no pasa, pero
no es para eso que
te llame.

-¿Entonces?

-Necesito que te
encargues de todo
otra vez, tengo una
resaca horrible.

-¿Por que bebiste?

-Por Christopher.

-¿Lo quieres?

-Logró confundirme
mucho.

-Erick tú boda es
mañana.

-Lo sé, sólo encargate
de la empresa hoy, por
favor.

-No te preocupes.
Adiós.

Zabdiel término la llamada, subió a su habitación y tomó una ducha para relajarse y quitar el olor a alcohol que tenía.

Salió, tomó su teléfono decidido y buscó el contacto de Christopher.

Erick.
Me gustas Christopher.
Si llegas mañana te juró
que no me caso, si llegas
me harás saber que
también te gusto.

Lo envió y apagó su teléfono.

The Striptease» Chriserick/ HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora