Capítulo 11

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-Gracias. ¿No se te ha ocurrido buscar a Christopher?- Preguntó con una sonrisa pícara.

-No, para nada -Mintió.

-¿Seguro?-

-Seguro -Sonrió. -Ahora a trabajar para que puedas irte temprano y tal vez ir con tu novio -

-Aún no es mi novio -Salió de aquella oficina.

Erick soltó una gran carcajada. Para después empezar a hacer los papeles que tenía.

Christopher apareció en su mente, haciendo que su mente se olvidará de lo que estaba haciendo. Se dejó caer por completo en la silla y colocó sus manos en los lados de la silla. Quería y tenía la necesidad de volver a ese lugar y buscar a Christopher y repetir una vez más todo lo que han hecho. Pero si iba y lo buscaba sería perder el orgullo que tenía y darle a entender que si lo necesitaba. Pero cualquiera lo  buscaría estando como esta.

-¿Christopher?-Preguntó. -En mi casa esta bien. 8:30 te esperó. Adiós -Dejó el teléfono sobre el escritorio color café.

Una gran sonrisa apareció en sus labios al saber que volvería a estar con el oji-miel y sonrió aún más al saber que no se negó a su petición de volver a verlo. Volvió su vista a la gran pantalla de la computadora y siguió trabajando, esperando lo más pronto posible la hora para poder irse a casa.
Y los minutos junto con las horas se le fueron bastante rápido. Apenas dieron las cinco y media de la tarde recogió sus cosas y salió de ahí. Caminaba a paso rápido, estaba por llegar al ascensor pero alguien se interpuso en su camino, impidiéndole el paso.

-¿Apresurado?- Preguntó con una sonrisa traviesa.

-Si y mucho. Así que mueve tú trasero -Trato de esquivarlo pero se movió.

-¿A dónde o con quién?-

-Zabdiel, ¿desde cuando yo tengo que darte explicaciones de a donde salgo y con quien?-

-Quiero saber, yo vivo a base del chisme de tu vida. Ahora dime, ¿con quien vas a verte?-

-No voy a verme con nadie -Mintió una vez más -Tengo una cita para probarme trajes para mi boda -Dijo algo ¿Triste?

-Uy pues que felicidad te da eh -Dijo -Parece que más bien vas a verte con alguien -

-¡Que no! Digo, no. Voy tarde a esa cita, sólo iré a ver si ya esta listo y ya -Lo tomo por los hombros -Por eso no te cases ahora -

-¿Ya no te emociona casarte con Abi?-Preguntó confundido

-No, si, bueno si. Solo que es algo estresante -Suspiro -¿Me das permiso ya?-

El puertorriqueño asintió mientras se quitaba de la puerta del ascensor. Erick le sonrió y presionó el botón para abrir la puerta, ingreso y presionó el piso del estacionamiento. Salió y camino a donde se encontraba estacionado su automóvil, quitó el seguro y entró en el, sin demorar más encendió el motor y lo puso en marcha rumbo a su casa. En el trayecto a su casa, una llamada entró a su teléfono, la cual atendió en altavoz para no distraerse del camino.

-¿Hola?-

-Amor -

-Abi. ¿Sucede algo?-

-Sólo quería hablar
contigo ahora que
estoy sola -

-¿Sola? ¿Por qué?-

-Nuestras madres
salieron a comer
juntas -

-Ya. ¿Y que haces?-

-Estaba... Mmm.
Viendo una película -

-Te oíste algo nerviosa -

-Para nada. ¿Y tú
qué haces?-

-Voy a una junta del
trabajo -

-¿No te has portado
mal cierto?-

-Claro que no linda.
De hecho eh estado
muy ocupado para eso-

-Ya falta sólo una
semana -

-¿Tan rápido?-

-Si amor. Ya casi
vuelvo a verte -

-Si. -

-¿Estas emocionado?-

-No tienes idea de
cuanto -

-Te dejó, te amo -

-Adiós -

Dio fin a aquella llamada algo extraña, si, así lo había pensado Erick. Ya no le emocionaba mucho el saber que pronto la tendría por aquí, sus pensamientos sólo estaban en las maravillas que hace Christopher en la cama. Llegó a su casa justo seis quince de la tarde. Estacionó su auto en donde se debe y bajo, entró a su casa y fue directo a la cocina, tomó un vaso y se sirvió un poco de agua simple. Se encontraba nervioso, le costaba admitir que era por el hecho de que Christopher estaría ahí en su casa de nueva cuenta. Pero así era, Christopher lo puso nervioso. Fue a su habitación y tomó una ducha, para bajarse un poco el estrés del trabajo y el cansancio, se colocó un conjunto de ropa cómodo pero que se viera bien. Dieron ocho treinta en punto y su puerta fue tocada, sin preguntar quien era, abrió topándose con esos ojos color miel.

-Hola -Dijo él.

-Hola -Sonrió -Pasa -

Se hizo a un lado, dándole la confianza para que entrará. Llegaron a la sala de estar, Christopher iba tras de Erick. Antes de que pudiese sentarse, el oji-miel tomó por la cintura al oji-verde, pegando su trasero en su miembro.

-Hoy no quiero hacerlo en tú habitación -Susurro en su oído para después morder el lóbulo de este.

-¿No?-Evitó soltar un jadeo.

-No, quiero hacerlo aquí -Dejó un beso húmedo en su cuello.

-Aquí entonces -cerro los ojos.

Una sonrisa se dibujo en los labios de ambos. Christopher volteo a Erick para que quedaran frente a frente. El oji-verde abrió los ojos encontrándose con los contrarios. El oji-miel acarició su labio inferior con su dedo pulgar, para después comenzar con un beso; el cual fue correspondido al instante. Erick llevó sus manos al cuello del mayor para profundizar más el beso. Christopher bajo sus manos al regordete trasero de Erick apretándolo tanto como quisiera. Sin separarse del beso, caminaron hacia atrás para caer en el sofá, Christopher abajo de Erick, colocándolo en su regazo. Por intuición el oji-verde comenzó a moverse de adelante hacía atrás, despertando ambos miembros. El mayor dio fin al beso, pero bajo sus labios por la mandíbula hasta llegar al cuello del menor, dejando besos húmedos, Erick hizo su cabeza hacia atrás; dándole más espacio a Christopher para que pudiera besar tanto como quisiera. La ropa estorbaba para esos momentos, por lo que se fueron deshaciendo de ella lo más rápido que podían. Estaban ya desnudos, dos de los dedos de  Christopher estaban dentro de Erick, dilatandolo y dándole placer al mismo tiempo.

The Striptease» Chriserick/ HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora