Capítulo 34

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Capítulos finales.

Había paso un mes desde que estábamos aquí.  Con Erick iba todo bien, algunas veces salíamos a comer o a pasear, aún no éramos novios pero me estaba encargando de preparar todo y que quedará perfecto.

Me sentía muy bien a su lado, hace una semana buscamos un abogado para que nos ayudara con su situación, lo que nos resultó algo complicado debido a la distancia.

-Chris - Habló captando mi atención.

-¿Qué pasa?

-¿Qué haremos hoy?- Preguntó acercándose a mi, acariciando mi mejilla.

-No tengo un plan, pero si quieres podemos ir... ¿Al parque, al cine, un helado? Lo que tú quieras - Sonreí.

-Hace tiempo quería ir a la plaza que no esta tan lejos de aquí, podemos ir, tal vez - Dijo tímido.

-Claro, esperemos que sea más tarde y vamos después. ¿Te parece?- Asintió.

A pesar de que ya nos conocíamos, puedo decir, mucho él seguía siendo muy tímido conmigo, me daba una ternura enorme.

Mientras, nos sentamos en el sofá y encendió la televisión, me tome el atrevimiento de colocar mi cabeza sobre sus piernas, era mi manía.

{Una semana después.
Christopher hace la pregunta.}


Estaba todo planeado y esperaba que todo saliera a la perfección. Mentiría si digo que estoy tranquilo y nada nervioso, me daba algo de miedo su respuesta.

Eran las siete de la mañana, un sábado. Me levante a esa hora para comenzar mi plan sin que él se diera cuenta de lo que haría.

Al terminar de bañarme, salí del baño, y antes de bajar me asegure de que estuviera bien tapado para que no le diera frío, la mañana estaba nublada.

Escombre todo el piso de abajo, tome el cuaderno que la noche pasada había dejado ahí, busque una hoja en limpio y tome un lapicero, comencé a escribir.

Al terminarla sonreí, todo lo que contenía eran verdades. La deje pegada en la puerta principal, con algunas indicaciones que debía seguir.

Salí de la casa, en cuanto llegó el Uber le pedí que me llevará a esa plaza, esa que le gustaba tanto a mi pequeño.

Llegue, ingrese a una tienda de ropa para hombres. La vez que vinimos me dijo que le había gustado algo de aquí, sólo que no traíamos el dinero suficiente para comprarlo.

Al tenerlo en mis manos, busque alguna tienda de regalos y esas cosas, tuve que preguntar ya que no la encontraba y me estaba cansando.

Recorría los pasillos, buscando cada letra de su nombre. Algunos decorativos demás, pague y salí. Pero hubo un peluche que me agrado mucho para él, así que regrese por aquel.

A pesar de ser poco lo que llevaba comprado, mis manos iban muy ocupadas. Estaba buscando algo más, quería regalarle algo que nos uniera, un hijo podía ser pero por ahora estábamos bien solos.

Entre a una joyería, buscaría algo y si algo me agradaba para que lo llevará Erick, lo compraría sin pensarlo.

Todo estaba muy bonito y estoy seguro de que a él todo lo que había aquí le quedaría más que bien.

Pedí que me mostrarán un juego de cadenas que me había gustado mucho, para mi suerte eran dos. Las compré y aparte le compré unos aros que, estaba seguro, le gustarían mucho.

Pedí otro Uber, esperaba que Erick aún no despertará, había demorado cerca de cuatro horas y media en la plaza.

En cuanto llegamos baje, abrí la puerta y gracias al modelo que era nuestra casa, desde la entrada principal podía ver al segundo piso y asegurarme si aún estaba en la cama; y efectivamente, aún estaba durmiendo.

Tenía el sueño muy pesado.

El teléfono de la casa sonó, atendí y me arrepentí mucho, no entendía como había dado con nosotros.

-Los dejaré en paz.

Y colgó, se que había sido ella. Su casi ex esposa ya nos había encontrado, trataría de ignorarlo, hoy era un día muy especial y ella no lo arruinaría.

Le prepare el desayuno, lo coloque en una charola y subí con él en manos, me senté en la cama y la charola la deje en la mesa de noche.

-Erick... - Susurré en su oído, deposite un beso en su mejilla -Es hora de despertar -

-Aún es temprano amor - Sentí, como dicen, mariposas en el estómago.

Del todo el tiempo que llevábamos juntos, no nos habíamos dicho esa clase de sobrenombres lindos, saliendo de su perfecta boca se había oído muy bien.

-¿Puedes volver a decirlo?- Susurré sobre sus labios.

-¿Qué?-

-Lo que dijiste.-

-¿Que Dije?- Abrió sus ojos conectando su mirada con la mía.

-Me dijiste amor, se oyó tan bien viniendo de ti -Atrape sus labios.

The Striptease» Chriserick/ HotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora