12.

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Juliana POV.

Los días nublados provocan algo en mí que me hace reflexionar, es un poco extraño. No conozco a ciencia cierta el motivo del por qué, es algo que simplemente sucede y que poco a poco fue convirtiéndose en algo común. Es como un break de la realidad, un pequeño espacio para tomar consciencia de todo a mi alrededor, de mi misma y de los que me rodean.

A veces siento como si el tiempo pasará volando, como si los días transcurrieran en cuestión de segundos. Sin embargo, también hay momentos en los que todo sucede en cámara lenta, este es uno de ellos.

Valentina es una chica hermosa de pies a cabeza, sin importar desde que ángulo le veas. El día que la vi por primera vez, algo cambió dentro de mí y quizá tuve la extraña sensación de que le daría un gran giro a mi vida. Bueno, pero aquí la situación es otra...

Durante días una pregunta no ha dejado de rondar por mi cabeza, mi propia conciencia martillando una y otra vez, provocando dolores de cabeza probablemente innecesarios.

Juro que por más que intento dejarlo de lado y tratar de seguir como si nada hubiese pasado, algo dentro de mí no me lo permite. Por cada cinco pasos que doy, ese algo da seis y yo no puedo continuar así.

—¡Juls! —me grita Valentina —¿No vas a entrar?—camina hasta donde estoy recostada en la arena a la orilla del mar.

—Voy en un segundo —respondo quitándome las gafas de sol y recorriendo el cuerpo de la hermosa chica posada frente a mí con la mirada.

—¿Quieres una foto? Duran más —me muestra una fascinante sonrisa antes de darse la vuelta y correr de regreso al agua.

—Me temo que una simple fotografía no me será suficiente —tiro del brazo de Valentina atrayéndola hacia mí. Cierro el espacio entre nuestros cuerpos y uno mi frente con la suya. Sus ojos brillan como nunca antes, tan celestes como el cielo.

Mantenemos miradas fijas únicamente en los ojos de la otra, nuestras respiraciones chocan pausadamente. Casi por instinto mis labios se entreabren e intento acortar la distancia entre nuestras bocas, pero antes de que logre mi objetivo la ojiazul sonríe maliciosamente y se safa de mi agarre.

—Si quieres un beso tendrás que conseguirlo —dice corrienfo a adentrarse en el agua.

—¿Con qué así nos llevamos, eh? —entro al agua también y persigo a la chica de cabellos dorados. Cabe mencionar que es muy rápida nadando —Oye no es justo, eres demasiado veloz —me quejo haciendo un puchero.

—Todo tiene un precio en esta vida, cariño —y sigue nadando más y más, es entonces que la pierdo de vista, se ha sumergido en el agua y no tengo ni la menor idea de a donde ha ido.

Miro a los alrededores pero sigo sin encontrarla. Comienzo a preocuparme un poco, de repente siento como tiran de mi pierna.

—Val, esto no es gracioso, sabes —veo su figura moverse rápidamente bajo el agua para después emerger a unos cuantos metros frente a mí.

Me acerco a la orilla aún permaneciendo dentro del agua pero en donde mis pies puedan tocar la arena. Comienza a hacer frío, me abrazo a mí misma para conseguir calentarme un poco, dirijo la mirada al cielo, de repente el sol se ha ocultado tras de inmensas nubes oscuras, sólo puedo decir que una tormenta se aproxima y para ser sincera no es de mis cosas favoritas en este mundo.

—Oye val, creo que es mejor que volvamos al hotel —Valentina asiente al ver como pequeñas gotas empiezan a caer levemente una tras otra.

Recogemos las cosas que habíamos dejado en la arena, pasamos por el muelle y hacemos nuestro camino hasta el gran edificio en donde nos estamos hospedando.

Valentina Carvajal (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora