Narrador omnisciente.
Con el permiso concedido por Juliana, Valentina hizo un camino de besos desde su mandíbula, poco a poco subiendo hasta llegar a la comisura de los labios y finalmente uniendo sus bocas como si fueran una sola.
Comenzaron de una forma suave y lenta, como si trataran de grabar ese momento por el resto de sus vidas. Valentina fue incrementando la velocidad mientras que al mismo tiempo sujetaba con sus manos el cuello de Juliana para intensificar el beso. La más baja llevó sus manos a la cintura de la ojiazul atrayéndola más hacia su cuerpo. Valentina dejó escapar un leve gemido por dicho contacto.
Ambas chicas juraron sentir una fuerte corriente eléctrica al sentir sus cuerpos unidos, incluso llegaron a sentir aquella conexión tan intensa que sólo se menciona en libros y películas románticas. Sus corazones aleteaban con tanta fuerza que casi podría decir que deseaban salirse de sus lugares.
Cuando el aire ya no es suficiente para sus pulmones se separan y abren los ojos, conectan sus miradas, aquellas miradas llenas de deseo, y como su fuera algo automático, sonríen. Sus respiraciones son agitadas, sus pechos suben y bajan rápidamente, como si acabaran de correr un maratón de 10 kilómetros sin descanso.
—Wow —es lo primero que dice Valentina con una sonrisa de oreja a oreja.
Una vez que ambas vuelven a tener sus constantes respiraciones, Valentina se acerca una vez más para continuar con aquella sesión de besos apasionados. Sin embargo, Juliana la detiene colocando una mano en la boca de la ojiazul.
—Espera Val, alguien puede entrar —dice Juls mirando en dirección a la puerta del baño.
—Problema resuelto —dice Valentina poniéndole el seguro.
—No sería justo, ¿Qué tal si alguien ya le anda? —ambas ríen por las ocurrencias de la más baja.
—Tienes razón —una idea llega a la chica de cabellos dorados —Ven conmigo.
Salen del cuarto de baño y pasando entre algunas personas llegan a las escaleras que llevan a la terraza en el segundo piso. Escaleras arriba Valentina toma la mano de Juliana y la guía hasta una esquina, se sientan en la pequeña barda junto al barandal.
—Desde aquí todo se ve maravilloso —lo que Valentina decía era completamente verdad. Desde el lugar en donde se encuentran puede observarse las luces que adornan la ciudad, es magnífico.
—Es hermoso —dice Juliana admirando todo con un brillo singular en sus ojos.
Juliana embobada con el escenario frente a sus ojos no es capaz de notar la mirada de Valentina sobre ella, la más alta la mira con tanto aprecio, como si se tratara de lo más genuino que haya visto en su vida, con solo verla tan concentrada le provocaba un vuelvo a su corazón.
La ojiazul recarga su cabeza en el hombro de la castaña. Gira su cabeza y entierra su nariz en el cuello de Juliana.
—Me encanta cómo hueles —deposita un pequeño beso en su cuello y traza un nuevo camino hasta atrapar los labios de la castaña.
Esta vez los compases de sus bocas eran más acelerados, un poco más bruscos que la primera vez. Valentina sube sus manos y las enreda en las hebras del cabello castaño de Juliana, esta última se mantenía aferrada a la tela del vestido de la más alta.
La ojiazul pasa su lengua por el labio inferior de la castaña, pidiendo permiso para entrar. Cuando éste le es concedido, sus lenguas se unen en una batalla por el dominio, oprimiendose la una con la otra. En la sesión de besos desenfrenados, Valentina muerde el labio de la más pálida, haciendo que un pequeño gemido se escape de su boca.
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Valentina Carvajal (Pausada)
FanfictionJuliana y Valentina tienen vidas completamente diferentes, sin embargo eso no fue suficiente para evitar que se conocieran. Una taza de café, una simple taza de café derramada sobre el cuerpo de Valentina es la que da el inicio a una gran historia.