Valentina Carvajal (Pausada)

16.

Valentina y Guille estaban en la cocina, este último preparando algo para desayunar mientras que la primera no paraba de hablar y enredar sus manos en su cabello de forma desesperada.

-Es que ya no sé que hacer, Guille -comenzaba a salirse de sus cabales -Te juro que ya casi me aprendo cada una de las excusas que usa para no hablar conmigo.

-Dale tiempo, Val, no podrá evitarte por el resto de su vida -dice el mayor tranquilamente dando un bocado a su sándwich y volviendo a poner la mirada en la pantalla de su móvil.

-¿Cuánto más tengo que esperar? Ya va casi un mes.

-Bien, intentaré hablar con él está tarde, pero no esperes mucho, sabes que es un hombre muy terco.

-Vale, gracias -Guille sonríe en respuesta.

...

-¿Podemos hablar? -dice Guille recargado en el marco de la puerta del despacho del señor Carvajal.

-Adelante, hijo -con un movimiento de cabeza indica al peli negro tomar asiento frente a él -¿Qué te trae por aquí?

-Creo que tienes una idea de a que he venido.

-Ve al grano, Guillermo -dice el mayor de los Carvajal con el semblante serio, colocando los codos sobre su escritorio y apoyando su barbilla en sus manos unidas.

-Valentina, papá, estoy aquí por ella.

-No hay nada que hablar sobre tu hermana, Guille, ya hemos llegado a un acuerdo, así que si no tienes nada más que decir puedes proceder a retirarte.

-¿Acuerdo? Que yo sepa un acuerdo se logra dialogando y logrando que ambas partes estén conformes, y lo que hiciste con Valentina no se acerca para nada a eso.

-Bueno, ¿Y a ti qué? ¿En qué te perjudica? En nada, no tienes absolutamente nada de que quejarte.

-¿Te estás escuchando? Es mi hermana, si le afecta a ella me afecta a mí, su felicidad es mi felicidad y si tengo que pelear contigo para que ella esté bien, créeme que no me lo pensaré dos veces -dijo el joven comenzando a exasperarse ante la necedad de su padre.

-Guillermo, te lo repito, ya hemos llegado a un acuerdo y nada ni nadie lo va a cambiar.

-¿¡Qué mierda de acuerdo es ese!? -al principio, León se sorprendió de la forma en que su hijo se expresaba, nunca lo había visto de esa manera, Guille era un chico bastante tranquilo lo lo general. De igual forma, no tardó mucho en retomar la compostura y meterse en su papel de hombre terco -La estás obligando a elegir entre el fruto de su esfuerzo y la persona a quien ama, Juliana, su novia. Y déjame decirte que eso es jugar sucio.

-No repitas esa palabra, esa muchacha no es nada de mi hija -dice apretando los dientes y tensando la mandíbula.

-Sí lo es, es su NO-VIA, con "a" -Guille hace énfasis en el último término -Y que te enfades con Val no hará que deje de serlo y mucho menos que deje de querer a Juliana.

-¡Ya cállate de una vez! Tu hermana es una vergüenza para la familia, ¿Tú qué crees que va a decir la gente? ¿Piensas que les van a aplaudir, les van a hacer una fiesta o qué? Reacciona, Guillermo, esta es la realidad.

-A la gente le va y le viene lo que hagamos, sus narices no caben en los asuntos de esta familia. En cambio tú, me decepcionas, padre, creí que podíamos contar contigo para lo que sea.

-Y pueden, pero esto ya es otra cosa.

-¿Qué diferencia hay? Es normal, es amor, fuera de que son dos chicas, son dos personas que se aman y eso debería ser suficiente para ti y para todos. Las cosas cambian, ya nada es como antes, lo "establecido" quedó en el pasado y tienes que aprender a aceptarlo y vivir con ello.