Valentina Carvajal (Pausada)

8.- Segunda parte

Anteriormente...

La más baja sube de vuelta el rostro de Valentina para unir sus labios, sin darse cuenta ambas comenzaron a besarse con ansiedad y la necesidad de probar más se hacía presente...

Valentina POV.

Los besos comenzaron a subir de tono y la temperatura también estaba en subida. Pasamos a los asientos traseros de mi auto, no es tan amplio pero si un poco más espacioso. Tomamos la misma posición, Juliana sentada en mi regazo con sus brazos apoyados en mis hombros y sujetando mi cuello, yo con mis manos en su cintura lentamente bajando hasta su trasero. La aprieto más hacia mi cuerpo, ambas jadeamos.

Los cristales del auto están empañados, de repente esto se convirtió en una sauna. Ya la ropa está de sobra, Juliana pasa sus manos por mi abdomen, lentamente ayuda a quitarme la sudadera y la blusa, hago lo mismo con ella. Observamos nuestros torsos semidesnudos, me muerdo el labio inferior admirando su figura, parece haber sido esculpida por los mismísimos dioses del Olimpo. Paso mis manos por su abdomen marcado, siento que estoy tocando las nubes, sus músculos se tensan un poco con cada toque que doy.

—¿Quieres que me detenga? —digo en voz baja y uniendo nuestras frentes.

—No, solo estoy nerviosa.

—Sinceramente yo también —reímos bajito.

Atrapo sus labios una vez más, siento sus manos acariciar mi espalda con delicadeza, sube hasta mi sostén, me mira esperando mi aprobación y una vez concedida lo desabrocha, muevo un poco mis brazos para ayudarle a retirarlo. Tímidamente lleva sus manos a mis pechos y los masajea, sus dedos juegan con mis pezones. Mi espalda se dobla y suelto un gemido contra sus labios.

Nos acomodamos de rodillas en el asiento, quito la última prenda que cubre el torso de Juliana, doy un beso en el espacio entre sus pechos, su espalda se arquea levemente. Desciendo trazando un camino de besos hasta llegar a el inicio de su pantalón, me detengo, creo que voy demasiado rápido.

Mirando su figura, tan descubierta y a mi disposición, no puedo evitar pensar en que quiero recorrer cada centímetro de su piel, sentirla y hacerla mía. Me acerco a sus hombros y deposito pequeños besos, sus manos viajan a mi espalda y clava las yemas de sus dedos conforme a la sensación del roce de mis labios.

Beso la parte superior de sus pechos, Juliana me sujeta el cabello acercándome más a ella, disfrutando del acto.

—Me encantas —beso sus labios y la recuesto en el asiento.

Siento nuestras respiraciones pesadas y nuestros cuerpos unidos fusionándose como si fuesen uno solo. Una de mis manos se aferra a su pierna tocándola con desenfreno, sus músculos se tensan y su cuerpo se estremece bajo mi tacto. Me apego aún más a su cuerpo con la intención de evitar el frío de la noche.

Nuestros labios se buscan y se besan con desesperación, Juliana pasa su lengua por mi labio inferior, le doy el acceso total. La beso como nunca he besado a nadie, entregándole cada parte de mí ser. Mis manos recorren las perfectas curvas de su cuerpo, me siento en el paraiso, siento que estoy muriendo y reviviendo varias veces.

Toco el borde de sus pantalones, los desabrocho y los deslizo hacia abajo lentamente. Juliana levanta un poco sus caderas para poder retirar dicha prenda con más facilidad. Mis dedos se desplazan por el borde de sus bragas, Juliana me mira mordiéndose el labio, no me resisto y me lanzo a besarla.

—Valentina, estás matándome —susurra Juliana contra mis labios.

Toco su centro por encima de la tela de sus bragas, su cuerpo se estremece y su espalda se arquea.