Apéritif Sucré 🍴 L Lawliet

🍴 III: Musa 🍴

La noche había caído en la ciudad de New York...

Tn estaba sentada en el suelo, con un lienzo y un par de pinturas y pinceles frente a ella; estaba pintando, desde niña le encantaba hacerlo, era una amante del arte. De fondo se oía música clásica, diferentes piezas de diferentes compositores. Se había cambiado su uniforme de convicta, y ahora llevaba un jean negro con una blusa blanca que tenía estampada 'La Noche Estrellada' de Van Gogh.
L estaba sentado frente a su laptop, trabajando. Bebió su café y suspiró, luego giró su silla, viendo a la chica y sonriendo levemente.

– ¿Cómo pasó?

– ¿Ah?

La chica levantó la cabeza y lo miró, algo confusa.

– ¿Cómo pasó? ¿Qué fue lo que tuvo que pasar para que termines en ADX?

– ...Pasó...que tú me encarcelaste –sonrió burlona.

– ...Sabes a qué me refiero.

Ella rió y volvió la vista a su pintura, continuando.

– Sólo me dio curiosidad y lo probé. Conocí a un chico en un bar, y lo llevé conmigo; admito que mi plan no era ese en un principio, sólo iba a acostarme con él, pero luego...lo vi ahí, en mi cama fumando...y me dio un impulso de hacerle algo.

– ¿Cómo lo mataste?

– ...Lo ahorqué.

<<Flash Back>>
Tn se levantó de la cama, se colocó sus bragas y la camisa de su amante, y se encaminó al baño.
El chico sonrió de lado y tomó sus pantalones del suelo, sacó una cajetilla de cigarrillos y tomó uno, lo colocó entre sus labios y lo encendió.
La chica se miró al espejo, pensativa, recordando todo lo que había leído últimamente de asesinos en serie; relamió sus labios y sonrió de lado.
El joven revisaba su teléfono, mientras fumaba. Ella salió del baño y lo miró, con una sonrisa en sus labios.

– ¿Y esa sonrisa? –rió.– ¿Quieres continuar?

– Me gustaría –rió y se acercó a la cama.– Pero quiero probar algo.

– ... –sonrió de lado.– Adelante. Hagamos lo que tú quieras, bonita.

Tn sonrió y subió sobre él, mientras el chico le acariciaba las piernas con sus manos.

– Mi camisa te queda bien –rió.– Pero sería mejor...si te la quitas –guiñó un ojo.

Ella rió y comenzó a desabotonarse la camisa, dejándola caer al suelo; tomó el cigarro en la boca del contrario y fumó, terminándolo para luego apagarlo. Él rió, estaba embobado con aquella chica. Tn comenzó a mover las caderas sobre el miembro del chico, estimulándolo; mientras él jadeaba, ella llevó sus manos a su cuello.

– Ow, no sabía que tenías ese fetiche –jadeó y rió.

– ¿Puedo?

– Adelante, nena –gimió.– Hazme lo que quieras.

Tn sonrió y lo besó, luego volvió a incorporarse y continuó moviéndose, comenzando a apretarle más y más el cuello al chico mientras el placer aumentaba. Todo iba bien, ambos disfrutaban, pero en un momento él comenzó a ahogarse por la falta del aire.

– Ngh. Bebé...me...me ahor...cas... –jadeó, tomando uno de los brazos de ella, para intentar que lo suelte un poco.

Tn sonrió de lado y apretó más fuerte. El chico comprendió lo que sucedía, y comenzó a alarmarse; intentó quitarse a la chica de encima, pero le fue imposible. Él comenzó a luchar, y ella a apretar más fuerte.