Tn estaba recostada en el sofá, leyendo uno de los varios libros que habían escrito sobre ella y su caso. Alguien llamó de pronto a su puerta, lo que llamó su atención; se levantó y cerró el libro, dejó este sobre la mesa de café y se encaminó a aquella entrada, observando por la mirilla.
– ¿L? –murmuró.
Rápidamente abrió la puerta. Del otro lado estaba el detective.
– Llegaste rápido.
– Sí, Watari se encargó.
– Entra.
Ella se hizo a un lado, dejando entrar al pelinegro.
– ¿Dónde está Watari?
– Lo envié a la dirección que me diste. Iba a ir personalmente, pero sé que Beyond no querrá verme.
– Sí, es cierto, él te odia.
– Le dije que vigilara el lugar, que vea que Beyond no se vaya con nuestro hijo.
– ...Lamento no haber hecho nada. Tendría que haberme traído a Cedric conmigo cuando dejé esa casa, pero...sabes que no tengo paciencia con los niños, eso pudo haber terminado mal.
– Lo sé. Está bien, no te preocupes. Voy a llamar a Watari para que lleve a cabo el plan –dijo mientras sacaba su teléfono.
– ¿Qué plan?
– Watari hablará con Beyond y Cedric, intentará tranquilizarlos, y hará lo posible por traer a nuestro hijo con él.
– Ya veo. De acuerdo.
L llamó a Watari, quien contestó rápidamente.
– Watari, ¿Ha pasado algo?
– No. Hay movimiento dentro de la casa, así que creo que siguen dentro.
– Ya veo. Por favor, hazlo ahora.
– Entendido.
Watari guardó el teléfono en su bolsillo, sin cortar la llamada; bajó del vehículo y se acercó a la casa, llamando a la puerta.
Beyond estaba comiendo mermelada de fresa con su mano; Cedric estaba sentado en el suelo, leyendo un libro mientras comía dulces y galletas, junto con un vaso de leche con chocolate. Cuando alguien llamó a la puerta, ambos levantaron la cabeza. El mayor dejó el frasco de mermelada, se levantó y limpió sus manos, para luego ir hacia la entrada principal; abrió la puerta, sorprendiéndose al ver al ver a aquel anciano al otro lado.
– ¿Watari?
– Hola –sonrió.
– ¿Qué haces aquí? Él te envió, ¿Verdad?
– Así es. Vengo para hablar contigo, y llevar a Cedric con sus padres.
– El niño no quiere ir. Él no los quiere porque sabe que va a ser usado como una copia, así que se quedará conmigo, será mi pupilo.
– Beyond, ese niño debe regresar a Wammy, no debería estar aquí.
– Eso dice el idiota de L, pero ese niño estará mejor aquí que con él.
– Beyond, no hagas esto. Déjalo ir.
– No lo estoy secuestrando, él vino conmigo por su cuenta, y está aquí porque quiere.
L y Tn oían la conversación que Watari tenía con Beyond.
– No lo convencerá –dijo ella. Él la miró.– Beyond te odia más que a nada, no dejará ir a Cedric si eso te afecta. Además...Cedric tampoco quiere irse, también está molesto contigo...y conmigo.
– ...Esperemos un poco para saber qué ocurre.
– Está bien.
Pasaron varios minutos, en los cuales Watari no lograba convencer a Beyond de rendirse y de devolver al niño a sus padres; dado esto, L decidió tomar acciones sobre el asunto.
– Vamos.
– ¿Qué? –preguntó confusa.
– Tienes razón, Watari no lo convencerá...así que lo haré yo.
– Beyond te matará si tiene la oportunidad.
– No lo hará, no es su estilo. No quiere matarme, quiere superarme.
– ...Está bien. Vamos.
L cortó la llamada y ambos salieron del hotel, tomando un taxi para dirigirse a aquella casa. Al llegar, se encaminaron a la puerta de entrada y L ingresó directamente, sin siquiera llamar a ella o pedir un permiso; Beyond y Watari lo miraron con algo de sorpresa.
– ¿Qué demonios haces tú aquí? –dijo el ojirojo, molesto.
– Sé que no quieres verme, pero no importa. Vengo por Cedric.
– El niño no quiere ir contigo, no quiere verte. Lárgate de aquí.
– Beyond ya basta –dijo Tn.– Sólo deja que nos llevemos a Cedric.
– Sé que quieres superarme y destruirme –dijo L.–, pero no debes involucrar a más personas en esto, mucho menos a un niño.
– No me molestes –gruñó.
Mientra los adultos discutían, Cedric se levantó con el libro en sus manos, acercándose a donde estaban los mayores.
– Señor Beyond –llamó.
Todos se callaron y miraron al pequeño. Él menor miró con curiosidad a L, dado que su apariencia y la de Beyond eran casi iguales, sólo sus ojos los diferenciaban.
– ¿Quién es él? –preguntó.
– El idiota de L –dijo Beyond.
– ¿L?
– Hola –saludó el detective.
– Así que tú eres L...
– Sí.
L se acercó un poco al niño; Beyond quiso detenerlo, pero Tn se lo evitó. El detective se agachó, para poder quedar a la altura del menor.
– Yo soy L –admitió.–, y también...soy tu padre –le confesó.
Los ojos de Cedric se abrieron como platos, mientras sus manos apretaban el libro que cargaba con fuerza. Beyond estaba por quejarse e interferir, pero Watari lo detuvo y lo sacó de la sala para poder calmarlo. Tn observaba al detective y su hijo, con cierta ansiedad.
– Tú... ¿Eres mi padre?
– Así es –asintió.– Sé que debes tener un gran resentimiento hacia mí, y lamento lo que has tenido que pasar, nunca quise que esto te dañara.
– Tú y ella me tuvieron para ser tu copia, ¿Eso es cierto?
– Lo es. Quería un niño con mi ADN y el de Tn, pues ella es inteligente, para poder tener un sucesor perfecto, pero...fue un error verte así, como un robot al cual programar, y me disculpo por eso.
– Si querías que fuera como tú, ¿Por qué me dejaron en el orfanato?
– Por tu seguridad –el niño frunció el ceño.– Tn no podía cuidarte, estaba ocupada con su trabajo y-
– Y estaba en prisión –interrumpió el pequeño.
– ...Sí. Y estar conmigo era peligroso, no sería bueno para ti el viajar tan seguido, y además tengo muchos enemigos que podrían hacerte daño, y no quería arriesgarme a que algo te pasara. Por eso te dejamos en Wammy's House, porque estarías más seguro ahí que con cualquiera de nosotros.
– Entonces no me quieren como su hijo. Ella no quiere ser madre y tú quieres un clon de ti.
– En un principio sí fue así, no voy a mentirte. Pero estábamos realmente preocupados cuando nos dijeron que desapareciste.
– Tardaron mucho en encontrarme.
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Apéritif Sucré 🍴 L Lawliet
Fiksi PenggemarL, uno de los mejores detectives del mundo, toma el mando del caso de un misterioso asesino serial. Tn, conocida como el "Terror Nocturno de New York", recibe un pedido por parte del detective para ayudarlo en aquel caso, ¿La razón? El asesino usaba...