01.

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El primer día para todos puede ser de una manera diferente. Para unos puede ser genial, para otros puede ser un día normal. ¿Para mi? Es un día innecesario, bien puedes llegar al día siguiente y sigue siendo innecesario ya que todos se presentan y yo lo que espero es no dejar que me miren.

A partir de los doce años mi persona empezó a cuestionarse por el peso. Si, desde muy temprana edad me di cuenta que mi peso ocasionaría problemas.

En este momento me encuentro sentada en mi mesa banco. El tan mencionado primer día del segundo año en la escuela media superior, Tengo 16 años y soy gorda.

El reloj marco las 8:00 y el alumnado entró al salón creando bullicio en el mismo. Yo por mi parte coloque mis auriculares a todo volumen, consiente del daño que estos causan en mis oídos.

Entró la primera maestra y se sentó en su respectivo escritorio. Yo apague mi música. Ella sacó su material para trabajar y empezó a organizarlo un poco. Todos estábamos en silencio hasta que ella se puso enfrente y hablo...

—Buenos días alumnos, bienvenidos a Norwest Christian College, ojalá que su estadía aquí sea de lo mas agradable.— Todos pronunciamos un gracias, algunos con mucha alegría y otros con las ganas por lo bajo.—En primer lugar me presentare y les diré el material necesario para mi clase. Mas aparte pasare lista y creo que eso sería todo por hoy.

Ella empezó a escribir en el pizarrón y puso su nombre. Madeline Collette Cox Rinev

—La clase que yo les voy a impartir es valores. El material que necesito con ustedes es una libreta de cualquier modalidad...—Me perdí en toda su explicación pensando en como sería mi nuevo año. En sí podría cambiar algo de ello, ya sea físico o mental.—Bien, Ahora pasare lista hagan el favor de levantarse cuando escuchen su nombre.

Pasaron aproximadamente algunos diez alumnos y no siguieron levantándose.

—Juno Ryman.—Trate de pararme pero mi falda escolar se atoró en la mesa y al final solo dije presente, muy mala idea.

—Deberías levantarte, te hace falta hacer ejercicio.—Pronunció la maestra y todos se rieron. Desde ahí la etiqueta de maestra buena se fue a la basura. Me senté nuevamente pero una voz a la defensiva se hizo presente.

—Usted no tiene derecho a decirle nada, después de todo a usted también le hace falta.— Era cierto, la figura de la maestra no era la mejor. Voltee hacia atrás y me di cuenta que el que había pronunciado eso era el chico de cabello loco que justamente se sentaba detrás de mi.

La maestra no hizo ningún comentario mas y siguió pasando lista.

Me sentía observada por el chico, a cada rato me removía en mi lugar incómoda ante su mirada. Al pasar las tres primeras horas salimos a descanso, al pararme yo, él lo hizo de igual manera... Empecé a caminar hacia la salida del espacioso salón y él hizo un llamado hacia mi.

—Hey.— Voltee en su dirección y le sonreí.

—Gracias.— El también sonrió sabiendo que le estaba agradecido por haberme defendido.

—No agradezcas, Ella no tiene el derecho. Soy Michael.— Estiró su mano para que yo la tomara en forma de saludo.

—Juno.— La tomé.


‹‹Esto es solo el principio››

Fat» Clifford❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora