▶G U Y S M Y A G E ; ShowKi◀

T H I R T E E N (P.2)

— ¿Estás enojado conmigo? —cuestionó y robó el vaso de margarita de las delicadas y lindas manos del menor.

— Si —fue una respuesta corta y concisa, Shownu esperó una explicación. Nada sucedió.

— ¿Y se puede saber el porqué?

— No.

— ¿No sabes, no quieres decírmelo o solo estás jugando conmigo?

Kihyun se encogió de brazos burlón.— Ahí tienes tres opciones posibles, elige una y luego me avisas —se auto devolvió su bebida y se felicitó mentalmente por poner serio a Shownu.

Perfecto.

— No juegues así, no me provoques pequeño. Dime de una maldita vez la razón por la cuál estás enojado.

Kihyun juró que podía sonreír al sentir el pecho del mayor pegarse contra su espalda, o la respiración constante sobre su nuca, o el calor corporal traspasar su chaqueta de cuero.

— No te la diré. Tienes que adivinarla -Shownu comenzó a salir de sus casillas, no era muy paciente desde siempre.

Aunque se le prendió el foco encima de su cabeza.

— ¿Cualquier excusa que yo elija significa que asumirás las consecuencias?

Kihyun no notó el cambio de humor repentino en el alto.

— ... Seguro —terminó su margarita y se despegó de su asiento de la barra, regalando una blanca sonrisa mientras delineaba con sus dedos el choker— iré a bailar, te espero —se mezcló entre tantas personas.

Shownu lo tomo de su muñeca de manera rápida deteniéndolo y lo acercó rodeándolo por la cintura, dejando sus narices tan cerca que respiraban el mismo aire y sus belfos estaban a punto de tocarse. La mirada profunda que le dio a Kihyun fue suficiente para dar escalofríos al chico y la fuerza que ejercía en su cintura le daba sensación de tener autoridad. El menor pelirrojo se dejó hacer.

— Estás siendo un chico malo Kihyun —Shownu aproximó aun más sus rostros y fue su turno de rozar la áspera textura de aquel bijou que hacia tanto contraste con la piel lechosa— no creo que quieras ser castigado.

Kihyun humedeció sus labios de forma lenta, captando el mensaje oculto detrás.

— ¿O si?

Inevitablemente por su mente pasaron escenas que amaría que pasase de nuevo con su chico de espalda ancha; como el sudor perlado mojando su frente, la sensación de calor infernal recorriendo su cuerpo por completo, la humedad de la boca del contrario que sentía mientras recorría su cuerpo, el morder con fuerza sus mejillas para evitar darle paso a sus gemidos que nacían de lo más profundo de su pecho, aquella voz varonil dándole ordenes para que viva el placer de una manera más exorbitante, el cosquilleo en su vientre bajo y la compresión de los músculos abdominales que lo volvían loco avisándole que se correría, el tratar de mantenerse en pie o erguido cuando sus piernas ya no daban abasto y temblaban, o lo sensible y susceptible que quedaba su piel luego de ser castigado, incitándolo a comportarse pésimo solo para volver a vivir aquellas sensaciones.

Si ser malo significa acarrear con las consecuencias de este tipo, Kihyun sería la peor escoria con tal de presenciar la faceta "enojada" de Shownu.

— Lo siento daddy —saboreó con gusto la última palabra— me he comportado muy mal —fingió inocencia— tendrás que castigarme para que no vuelva a hacer.

— Espero que cinco nalgadas sean suficientes para recordar el respeto a tus mayores.

— ¿Solo cinco? —replicó y rodó los ojos prepotente— si es así dejame un rato que me comporto mal y luego veremos.

— Estoy siendo compasivo, Kihyun ¿o quieres que tu castigo sea peor?

— ¿Quién sabe? Tal vez si, tal vez no.

— No juegues.

Sonrió ladino y acercó su rostro al del mayor, posicionó sus belfos a la altura de los contrarios mientras su mano se dirigía al pecho fornido de Shownu.— No lo hago.

Se separó y con un guiño de su parte se mezcló entre la multitud dejando a un Shownu con ganas de un beso.

Daddy no podía esperar a llegar a casa.