9.-Ansiedad

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Nuevamente he recaído, estoy de nuevo en éste abismo sin fin que no me deja salir y se aferra a mi tanto como yo a él. Me siento terrible, estoy desesperada, ansiosa, preocupada.

Mi mente se apagó por 2 días completos, solo pensaba y pensaba pero no podía hacer absolutamente nada.
Había pausado el plasmar mis memorias, en mi última cita con el psicólogo llegamos a la conclusión de que me estaba dañando el volver a revivir los recuerdos, me estaban desconectando de mis emociones presentes y me enganchaba a esos sentimientos de culpa, rencor y dolor. Así que preferí descansar unos días para darme cuenta de cuáles eran realmente mis emociones presentes.
Ahora estoy mejor. (Si, sé que he mencionado eso muchas veces y después sigo con el malestar mental, pero son fases. Estoy pasando de una fase a otra sin quererlo, estoy revuelta; no hay más)

Hoy se cumple exactamente un mes... Y todavía no me creo todo lo que ha cambiado mi vida y cuánto han cambiado mis emociones en tan poco tiempo, siento que fue una eternidad.
Hace dos noches decidí por fin salir de mi encierro, necesitaba divertirme. Bebí, reí, bailé y canté, me sentía demasiado feliz. Pero a pesar de eso, lo seguía extrañando, seguía imaginando por microsegundos que seguíamos juntos y que en cualquier momento entraría por la puerta del bar y me diría algo como: "Amor, disculpa el retraso, mi jefe me sacó tarde y todavía fuí a la casa a cambiarme" por supuesto después mi realidad me aterrizaba de golpe y sabía que el jamás cruzaría esa puerta.

Siempre que voy camino al trabajo, camino al gym o de regreso a casa, lo imagino por todos lados, siento como si me observara todo el tiempo o más bien yo lo imagino observándome todo el tiempo. He llegado a pensar que quizás desde que no estamos juntos, alguna vez ya me ha visto sin que yo me de cuenta y se esconde tan bien que no lo percibo. Pero sé que sólo son ideas mías.

Es cierto que los primeros días son una tortura, pero quizás no son lo peor de todo; lo peor son los días siguientes... A un mes de la separación me siento peor que nunca, tengo una ansiedad terrible, creo me estoy purificando y es cuándo más necesito de él, cuándo más desesperada me siento por saber de él, que vuelva, tengo una guerra interna sobre lo que quiero y lo que realmente necesito. Estoy sacando fuerzas de dónde ya no tengo, intentando seguir día a día, estoy tan cansada física y mentalmente. Me siento terriblemente agotada, cansada de todo, cansada de vivir.

Anoche salí a reunirme con mis mejores amigas, tomé un taxi que llevaba ya un pasajero, para mi desdicha el pasajero iba hacia la zona dónde había vivido antes con mi ex pareja, de hecho el taxi dobló una cuadra antes del negocio donde él trabaja y pasamos justo a lado de la primer casa dónde vivimos recién llegando a éste lugar. Se me hizo un nudo en la garganta.
A pesar de eso no flaquee, no me iba a permitir llorar.
Me junté con mis amigas y debo decir que fue lo mejor del mundo, nos pusimos al corriente de todo, Cory nos puso a Mel y a mi, la cabeza fría; Fue como una intervención, pero de esas urgentes que dicen "Ya basta, amiga, date cuenta POR FAVOR". Me desahogué con ellas y también con el taxista de regreso a casa.

Tengo muy presente una frase que me ha dicho Cory: "No se trata de sobrevivir, se trata de vivir" y de verdad que quiero hacerlo, pero no sé como. Estoy todavía un poco en la negación de no querer aceptar lo que pasó.

Le he dado varios días vueltas al asunto en mi cabeza, pero todavía no se como desenredar el hilo. Me siento fastidiada y agotada, como todos los días.

Aún recuerdo los ataques de pánico, aún recuerdo esos momentos en los que me aventaba al suelo, no quería que nadie me tocara, gritaba, me asustaba, literal es sentirse perdido y peor si tienes a alguien a tu lado que no sabe como reaccionar o que no sabe que existe o padeces tal enfermedad y prefiere etiquetarte de "loca" y "drogadicta".
Siempre sufrí esos episodios y bajones emocionales, me hartaba de la gente sin razones, me gustaba estar sola y otras veces era lo peor.  Tenía que tener todo bajo control o si no me desesperaba. Me preocupaba demasiado y generaba escenarios inexistentes en mi mente, haciéndome ideas falsas de los demás o de sus pensamientos. Sabía lo que sufría pero nunca le dí real importancia y hasta la fecha el trastorno no se ha ido, pero puedo controlarlo mucho más.

Las relaciones de por si son complicadas, ahora piensa como es para una persona que sufre ansiedad. Fue difícil para ambos. El me amó como pudo pero no como yo necesitaba y sé que fue mejor dejarnos ir, no podía cargarlo con tal peso, creo que él ya ha sufrido bastante a lo largo de su vida como para todavía lidiar con algo así. La ansiedad ayudó a explotar mi carácter pesado, por eso no pude controlarme, ahora lo sé, aunque él no... Y quizás jamás lo sepa, pero ahora estará bien y mejor sin mi.

Reconstrucción de un Corazón (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora