Día 21 - Entre el balcón y lamentaciones

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Entre el balcón y lamentaciones

30 de julio 2016

Volví a escuchar el estruendoso ruido de tus ojos al abrirse, directamente desde los astros. Como un rayo, así de salvaje cal caer y partir la humanidad del más amable y el más necio, pero también increíble de admirar si lo ves fijamente.

Me susurra el aire entre ventanales y balcones, que no serás mía y que posiblemente al acostarme seguiré deseando que estés aquí.

Entre la misma tela húmeda de mis sábanas a causa de mis sueños mojados, me abrazo a tu ausencia, que estuvo aquí y sus partículas ahora me queman, como si alguna vez hayamos desperdiciado el tiempo mirándonos fijamente hasta que volviera a clarear.

No escucho nada más que murmuros al salir al balcón, los pájaros en el alambre se cansaron de esperarte pasar y verte cruzar ciudades enteras mientras sueñas despierta.

Pienso que mi derrota es inminente, porque ahora te pienso, y no te me despegas de mi porvenir aunque ésta habitación donde habitas siga fría e intacta, porque nunca viniste. Entre sueños lúcidos vuelvo a repasar como un matemático tu forma de decirme que todo es posible mediante un beso, y al imaginarlo apago el sueño, porque sólo tú podrías hacer apacible la caída de vuelta a la realidad.

Veo pasar con violentas estadísticas y entre el humo del que ahora es mi décimo cigarrillo, las precarias oportunidades de que nos encontremos, y ésta vez para siempre.

Y me lamento, al borde de la rendición y con pocas posibilidades de llegar a tu mente aunque sea como un desgraciado y mendigo.

Al borde del metal de este jodido balcón que ya no quiere escuchar más lamentaciones mías, mientras pasan las horas y tú no vuelves a mi claridad, el deseo de saltar a lo vacío desde las alturas es inminente.

Solamente quedo yo, entre la inmensidad de tu cuerpo presente en mi psicología, mientras viajo en el eterno ciclo de saber o no, a dónde irás en el futuro y en qué línea temporal de este universo maldito me encontrarás y te quedarás, para habitar conmigo ésta vacía existencia y los ventanales se cierren, porque ya estás en casa.

Quiero hacerte el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora