Día 37 - Naturaleza y rareza de un habitante desconocido.

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Naturaleza y rareza de un habitante desconocido.

16 de agosto 2016

Admirar, al vacío y a la clemencia.
Sonreír, ante la fatídica posesión de tu cintura que nunca fue mía, pero que me nutre necesitando su mineral.

Agua clara, vida mía. La transparencia de tu piel hasta donde se vean tus cristales y tú forma de quererlo a él como si no existiese nadie más.
Pero estoy yo ante él, y contra tí.

Perder...
Y clamar, al abismo que no se lleve la última cuerda que me llevaría hasta el estero de tus pechos perfectos.

Y morir... Porque así es mi naturaleza, desconocida cómo mi identidad y pura como los besos que ya no podrás darme.
Amor mío, lo raro del asunto te lo ofrezco en una copa de vino, donde mis venas una vez se posaron para mostrarle al indecente que también puedo ser tu Salvador y qué puedo seguir amándote, desangrando.

Me falta el tiempo para hacerte el amor, y me sobra para poder dártelo.
Para poder celebrarte, celebrar tu venida a la vida cómo la ofrenda mágica que sería navegar entre tus piernas. Y vivir dentro de tí, yendo en diagonal y vertical, en horizontal y contra tus corrientes, ser un habitante sin rarezas ni retorno, conocido por tus amores perdidos y desconocido por tus artes.

Quiero hacerte el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora