Lost Dream (Pausada)

27. Pressure

 -Liv no has tocado tu desayuno.- Mustió Mathew. -¿Sucede algo? ¿Quieres regresar?- Obvio que quiero regresar, quiero ir a meterme en mi cueva y no salir para no padecer esta desesperación que en cualquier momento puedo ver a Liam cruzando las puertas del elevador y las cámaras enfocándolo.

-No, solo es el cambio.- Quería regresar pero no soy tan egoísta como para que Mathew se tenga que ir por un capricho mío. Él siempre quiso asistir a estas carreras. -¿Qué haremos hoy?- Pregunté intentando fingir emoción.

Me estoy muriendo de incertidumbre, no quiero que me vea lo único que quiero es salir de este maldito hotel lo más rápido que pueda, si es posible haré que Mathew vaya solo a las carreras porque no voy a poder contener mis ganas de explotar. Lo peor de todo es que nadie merecía esto, Mathew no merece que yo dañe sus tan esperadas vacaciones por algo que supuestamente ya quedo en el pasado, no voy a intentarlo ni siquiera. Pero la inmensa curiosidad me está carcomiendo, ¿De verdad quiere a la tal Nelly? ¿Enserio él está bien? ¿No le dolió que me haya ido? Podría sentarme en una mesa de café y platicar con él sobre lo que algún día fuimos, no es mala idea pero lo único que conseguiría es revivir algo que ya estaba muerto para él. Donde hubo fuego, cenizas quedan y prefiero en su vida quedarme como cenizas. Probablemente es la mejor opción después de todo, por lo visto el señor Liam ha pasado muy contento en su nuevo mundo y obviamente yo excluida.

Luego te tomar el desayuno Mathew insistió en ir a conocer la ciudad, sin dudarlo dos veces acepté. Me enferma pasar en ese hotel. La ciudad, a decir verdad, era muy hermosa. Edificios, playa, sol, música. Es un ambiente muy distinto al que estoy acostumbrada. Mathew era el cariño en persona, me consentía y alagaba.

-Quiero una foto aquí.- Dijo, volteé a ver cuál era el paisaje o si por lo menos valía la pena. -De ti.- Sonrió besando mi mejilla.

Negué con la cabeza, siempre le gustaba tomarme fotos. No soy la mujer más fotogénica del mundo pero me hace sentir bien que para sus ojos yo sea bonita. Metí las manos en mis bolsillos, sonreí intentando parecer que estaba contenta, para que el esfuerzo de Mathew no sea en vano de traerme aquí. Él se convirtió en mi único apoyo cuando estaba totalmente sola, Mathew se acercó a mí sin importarle mi situación económica, me ofreció su mano, me brindó ayuda y sobre todo, amor.

Mientras Mathew seguía fotografiando intentaba visualizar lo que me rodeaba, gente sonriendo, jugando en las olas. Parpadeé varias veces y entonces fue como haber retrocedido cinco años atrás, sus ojos seguían exactamente iguales, mirada caoba dulce. El cuerpo me temblaba, mis ojos no dejaban de cerrarse y abrirse, él no se dignó en quitar su mirada de la mía y yo no podía hacer nada. Es como si todos mis sentidos se hubieran congelado.

Punto de vista Liam