Capítulo 2

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          Al mismo tiempo, en una tranquila región de Fénix Arizona, con un día soleado, siguiente a una noche lluviosa, en una calle rodeada por casas, se podía vislumbrar una chica saliendo de una tosca casa y en el umbral provisto de unas escaleras, prevista de una vestimenta algo pintoresca, con un pantalón holgado de rosa y una camisa blanca con suéter azul marino, al igual que los zapatos, también llevaba un bolso en su espalda de color beige. Ella contaba también con un pelo marrón y una sonrisa tenue. La chica estaba cerrando su puerta cuando la sorprendió una persona de la nada:

—¡Sorpresa!—era un hombre que llevaba una vestimenta de una tonalidad de color café y con una gorra blanca. Ella se sobresalto perdiendo el equilibrio y resbalándose sobre su escalera, pero el chico la sostuvo en sus brazos, que instantáneamente ella lo empujo hacia el césped. 

—Dave cual es tu problema... —Dijo ella— ...me mataste de un susto—en efecto los escalones estaban lábiles, y lo que reflejo en su semblante fue disgusto, pero en la expresión de Dave se veía reflejado una risa contagiosa.

—Solo trataba de sorprenderte, además falta un día para mi cumpleaños, ¡alégrate!—dijo Dave siguiendo interesado a Elisa por la acera de la calle, mientras ella mantenía una expresión de agobio.

—¿Porque me debo alegrar?, me refiero, ¿cual es tu problema conmigo?, déjame sola—dijo ella hablando con seriedad mirando a Dave, y siguiendo su camino, seguido por el chico solo por unos metros.

          Al ella voltear por curiosidad para ver al chico, este se le veía una tristeza en el andar y en la cara, como un infante. Ante esto ella se le formo en sus facciones una mueca de compasión, ella dijo:

—Si quieres me puedes acom...

—Gracias, sabia que aun tenias corazón—dijo Dave interrumpiendo a Elisa, él se acerco a ella y caminaron juntos, una tierna sonrisa se dibujo en el rostro de la chica.

—Si eres infantil Dave—dicho esto, tanto ella como él rieron al unísono, al mismo tiempo que se miraban mutuamente.

          Durante unos minutos ambos caminaban por la acera de los suburbios hasta la parte industrial sin nada en especial. Hasta que Elisa se topa con algo extraño en uno de los callejones de la calle industrial. Era una especie de cuerpo de dos metros de alto, de color blanco y un sombre del mismo color, con una sonrisa y unas extremidades de garras, asomándose por la pared. La primera reacción de la chica fue quedarse mirando y frunciendo el ceño al "hombre" alto .

—¿Que pasa Lisa?—dijo de cariño Dave, al ver que ella se quedo mirando al callejón que estaba del otro lado de la calle.

          Al mismo tiempo Dave miro hacia el callejón, pero no diviso nada en él. El cuerpo blanco con sombrero, hizo un ademán para que Elisa fuese donde estaba él, y detrás del hombre se había aparecido otro hombre, de una estatura promedio, unos ojos café, y un cabello como de hongo, invitándola a que fuera con él. A esto ella susurro:

—Jonny...

—¡Elisa!—gritó Dave en un estallido cegador de luz.

          La escena de luz blanca se desvaneció, dejando ver que Elisa se encontraba prácticamente colgando del brazo de Dave, pisando la orilla de la calle, considerando que había una cierta diferencia entre la altura de la acera con la de la calle, mientras que a la par, pasaba un auto llevándose casi de inmediato el pelo de ella. Este suceso le quito el aliento a Elisa, y de arrebato el del chico también, para ella todo cambio en un instante. Fue tal la velocidad del momento que Elisa no pudo decir nada, ella solo se dejo caer por sus temblorosas piernas, entonces Dave en cólera dijo:

El Sombrero MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora