Capítulo 13

5 1 0
                                    

          De inmediato, el hombre con una ligera vestimenta beige y marrón, se dispuso a arrastrar a la joven chica. En un instante la dejó en el suelo, para buscar el sombrero, y ponérselo encima de su pecho. En ese instante continuó por arrastrarla con avives y el calor del sol sobre el desierto, y lo mas sorprendente de todo, era el incendio que aun se mantenía vivo ante los cimientos de la infame cárcel.

          Elisa despertó en el asiento de un auto, su sombrero estaba a un costado de ella, y al mirar al otro lado, le llamo mucho su atención una persona inesperada pero que era muy familiar, que al volante andaba por una inhóspita carretera desolada y desierta. Este hombre era su tutor, el mismísimo McKensey que al apartar su vista del camino por un segundo, se concentro en decir:

—¿Estas bien?, ¿Que le sucedió a Sindier?—su preocupación la mostraba de reojo en cuanto miraba el camino y a ella.

—Se lo llevo...Gabriel, —Elisa al pronunciar este nombre le erizo la piel a Mckensey— lo último que recuerdo es estar ahogándome en el suelo, Hundiéndome sin poder escapar, ¿Donde estamos?.

—A una hora de la prision—el silencio consiguió como penetrar la conversación hasta que, para romper el hielo, el decano agrego:

—Yo te libere Elisa, yo también tengo en mi poder un "Maldad Oculta"—ella se sorprendió a tal punto de que le era difícil verlo como acostumbraba durante su estancia en la universidad.

—¿Es ese?, —decía apuntando a ese amuleto viejo— es eso lo que me libero, ¿un demonio?.

—Su nombre es Vaknar, es el ultimo que queda de los universales.

—¿Universales, que son?—dijo Elisa.

—Los universales son básicamente demonios de las catorce leyes universales, gestación, atracción... Vibración, en este caso el puede controlarla, los mataron uno por uno, por el simple hecho de que eran muy poderosos juntos, eran capaces de retorcer la realidad a su antojo... Solo que —bajo un poco la voz— separados son casi inútiles...¡pero vaya que eran nuestra arma mas poderosa!. Luche junto los demonios en otros tiempos... —Mckensey miro dudoso a Elisa que escuchaba atenta— ...yo no soy de esta era—Elisa mostró una sorpresa inmensurable que casi contuvo.

—¿De donde vienes?.

—No es donde sino cuando —de repente vio la sorpresa de ella— por favor Elisa, es mejor dejar el pasado atrás antes de que suframos las antiguas consecuencias de nuestros actos—de imprevisto Elisa sintió una extraña presencia en la parte trasera de aquel camión de carga, al darse la vuelta se encontró se con un hombre de rasgos hindúes, pero lo mas llamativo fue su boca que estaba cocida y un ojo que tenia una cuenca, saludando a Elisa.

—¿Es el?—preguntando Elisa por aquella aparición.

—Las únicas criaturas en el cosmos capaces de hacerle daño a un demonio son los ángeles—decia McKensey.

          De inmediato Elisa se volteo, y mirando al camino se preocupo por Karma y lo que le podían hacer, pero lo que sintió aun mas apego fue por Sindier, inexplicablemente sentía que debía estar junto a el pero ella no sabia porque, era como una especie de atracción.

          El sol con sus incandescentes puntas apenas y habían tocado la montaña mas alta de la planicie, cuando Elisa había dormido cómodamente. Ella se despertó, y su mirada se volvió hacia la guantera, que tenia un arma con mango blanco, le llamo mucho la atención que lo tanto que le parecía familiar.

—¿Que es eso?—antes de que pudiera agarrar aquella arma, McKensey la secuestro y la guardo debajo de su asiento y sin quitar la vista de la carretera dijo:

El Sombrero MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora