Despertó jadeando con violencia, quedándose congelada en su lugar. Sus ojos se dispararon a todas partes, buscando algo que pudiera ser peligroso o que pudiera atentar contra su integridad, pero no vio nada, así que con lentitud y precaución, se levantó. Estaba recostada sobre la tierra, al parecer dentro del bosque; su vestido estaba roto, en su mayoría por la parte baja, por las piernas, y el peinado se había desecho, por lo que sus rizos caían sobre sus hombros con naturalidad, aunque estaban despeinados y enredados. Podía escuchar sonidos; al principio no les encontró forma, pero luego reconoció aullidos y ladridos seguidos de gritos de ira o exclamaciones de personas. Voces que ella reconoció al instante como las de los Sakamaki y, sin duda, también se trataban de las de los Mukami.
Se levantó tambaleante y miró alrededor. Los árboles eran altos, había muchos arbustos y era de noche, por lo que no veía demasiado, sólo un poco gracias a la iluminación que ofrecía la luna. ¿Dónde estaba exactamente? Ya sabía que en un bosque, pero ¿hacia dónde quedaba la carretera? Estaba segura de que estaba cerca, pero no sabía hacia dónde caminar para regresar con los vampiros. ¿Debería esperar a que alguno captara su olor y fuera por ella? Los lobos seguían ahí, podía escucharlos, por lo que si regresaba en aquél momento, era muy probable que terminaran lastimándola a ella, y no quería eso.
Por si acaso, esperó en ese sitio durante unos segundos, apoyándose contra el tronco de un árbol, pero cuando se notó que eso no iba a hacer ninguna diferencia, decidió comenzar a caminar, mínimamente intentando hacer algo para regresar.
No supo durante cuánto tiempo estuvo caminando, todo le parecía idéntico al punto que estaba comenzando a pensar que estaba caminando en círculos. Su cuerpo se sentía cansado y dolorido, ¿qué le había pasado? ¿Por qué había despertado ahí? Recordaba que uno de los lobos había saltado sobre ella, pero luego todo se había vuelto negro, ¿qué había pasado?
Todos sus sentidos se pusieron alerta cuando escuchó el sonido de ramas rompiéndose y hojas sacudiéndose. Miró a todas partes, y luego observó la dirección de la que identificó que venían los sonidos; se espantó y su corazón comenzó a latir con violencia cuando vio una sombra humana entre los árboles, sin duda, acercándose a ella.
—¿Q-Quién es? —preguntó con la voz temblorosa, retrocediendo cada paso que la figura daba hacia ella.
Cuando tuvo una buena visión de la persona, se quedó helada. Era un castaño alto, aunque no tanto como Yuma; un parche tapaba uno de sus ojos, y Yui notó que el que era visible era de color ámbar. Pero lo que inmediatamente después la horroriza es el hecho de que al lado del chico hay dos, tres, cuatro lobos mirándola fijamente, con la boca entreabierta. El chico le sonrió, de una manera que hizo que le recorriera a Yui un inquietante escalofrío.
—Finalmente puedo encontrarte sola, sin que esos bastardos estuvieran revoloteando alrededor. ¿Tienes una idea de lo difícil que es? —Ladeó la cabeza, alzando un poco la barbilla, y le dio la impresión a la chica de que él la estaba juzgando, mirándola de arriba abajo con superioridad.
—¿Q-Qué? —Como si el mundo estuviera conspirando contra ella, terminó chocando de espaldas contra un árbol, el cual le impidió retroceder. Estaba demasiado confundida y horrorizada como para correr, no podía entender nada.
—No hay tiempo de preguntas —con gran velocidad, el desconocido apareció frente a la rubia, provocando que soltara un gritito por el susto—, tienes que venir conmigo.
La tomó de la muñeca con fuerza, pero entonces fue como si algo se hubiera activado en el cerebro de la chica, pues comenzó a forcejear y a gritar que la soltara. No quería que ese chico la tocara, no sabía quién era, lo único que quería era regresar con los Sakamaki, alejada del desconocido y de los lobos a su lado, los cuales comenzaron a gruñir en cuanto ella puso resistencia.
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Imperium [Diabolik Lovers]
FanfictionYui nunca se imaginó verse envuelta en un problema que relacionaba el tiempo y a las Sombras. Después de una vida llena de soledad, usando la religión como su propio refugio, Yui nunca pensó que terminaría entre las fauces de vampiros. Su vida, ante...