Seis

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No saben lo feliz que me hace el saber que hay gente que disfruta leyendo éste fic ;//; aunque sean poquitas lecturas, realmente aprecio que gentecita haya entrado y se haya quedado a ver lo que sucede con Yui y con los demás personajes que se han introducido. De verdad, muchas gracias <3 

¿Qué es lo que les gusta de la historia? ¿Algo en particular que les gustaría ver?

~°~°~

No llevaba mucho tiempo en el Refugio, pero lo que llevaba en el sitio había sido suficiente para conocer a lo que parecían ser versiones alternas de los chicos. Akito era la Sombra de Ayato, Lance de Laito, Kaden de Kanato, Rein de Reiji, Riku de Ruki. Había pensado que solo se encontraría con versiones distintas de ellos; sin embargo, viendo a la mujer que todavía estaba esperando en el marco de la puerta, con una expresión pacífica y madura, Yui cambió totalmente de opinión.

—Umm, ¿puedo pasar? —preguntó la mujer de cabello nevado, con una expresión un tanto confundida e incómoda, alzando las manos y mostrando que llevaba la ropa que le habían prometido a Yui.

La rubia, quien se había quedado demasiado ensimismada en observar a detalle a la mujer, no se había dado cuenta que la había dejado esperando. Sacudió la cabeza varias veces antes de asentir frenéticamente.

—¡A-Ah, sí, por supuesto! A-Adelante...

La mujer sonrió cálidamente y entró al cuarto de baño de una manera casual y elegante. Se escuchó el repiqueteo de sus tacones, imponiendo autoridad y seguridad, mientras ella se dirigía al lavabo con espejo del sitio. Las prendas estaban cuidadosamente dobladas de una manera cautelosa y limpia cuando la mujer las dejó sobre el material blanco para alisar las pocas arruguitas que tenían.

—Me disculpo si te sorprendí, pero Riku nos ha informado de la situación. Bueno, a mí primero que nada, pues sabe que los demás Mentores tendría una reacción un poco más emocional que la mía.

Yui se había vuelto a meter en la ducha, y ahora podía lavarse la tierra y sequedad del cuerpo; la incomodidad de sentir minúsculas piedras terrosas entre las hebras de su cabello fue poco a poco sustituida por relajación cuando la suciedad fue desapareciendo debido al agua.

—No, no, no fue nada, muchas gracias por la ropa, no sé cómo agradecerle... —respondió Yui, buscando con la mirada jabón y champú.

En eso, el agua se detuvo haciendo eco contra el reducido espacio. No supo qué hacer hasta que de la pared salieron varios recipientes; champú y acondicionador, y lo que parecía ser jabón líquido. Extendió la mano y un chorrito de líquido cremoso cayó en sus manos, tenía un olor dulce y delicioso; esparció el jabón a lo largo de sus brazos, torso, piernas y cuello, sintiendo una gran relajación con cada segundo que pasaba. Hizo lo mismo con el champú, masajeando su cabeza con lentitud, entrelazando sus hebras de cabello rubios con sus dedos. No utilizaba acondicionador, pero no supo qué más hacer al respecto, así que aplicó solo un poco en su cabello, dejándole una sensación resbalosa y pegajosa en las manos.

—Necesitas una toalla, ¿no es así? —Escuchó Yui decir a la mujer.

—Eh, s-sí... perdón por las molestias.

—No, no, para nada, no es ninguna molestia. —La mujer pareció sonreír debido al tono amable y casi divertido de su voz, pero Yui no pudo estar muy segura.

Cuando estuvo lista, el horror se instaló en su pecho cuando se dio cuenta que no tenía idea de cómo hacer que el agua dejara de correr. Comenzó a ponerse nerviosa por no tener ni la más mínima idea de qué más hacer, hasta que escuchó suaves toques en el cristal.

Imperium [Diabolik Lovers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora