Veintiuno

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Yui no estaba segura de cuánto tiempo estuvo abrazando a Sander y Kal, con la fuerza suficiente como para sentirlos contra ella en un intento por asegurarse de que eran reales, de que no era su imaginación o ilusiones provocadas por su corazón roto. No había manera de que la felicidad que sentía fuera algo creado por su mente; su capacidad para crear un espacio seguro en su cabeza se había roto hacía mucho tiempo, los Sakamaki se habían divertido mucho destruyendo toda esperanza hasta que ella dejó de ser capaz de imaginar un lugar feliz.

Pero ahora imaginar no era necesario, porque era real.

Una tos incómoda interrumpió las divagaciones de su mente, haciéndola reaccionar lo suficiente como para que ella retrocediera y los viera mejor.

—Sí, bueno, muy emotivo y todo, pero... —comenzó a decir Sander con un tono sarcástico y bromista. Miró a Yui con una expresión rara, como si intentara recordarla pero sin conseguirlo—, ¿te conocemos? Yasper nos advirtió que tú eras alguien que aparentemente sabía de nuestra existencia, lo cual no tiene sentido ya que ningún humano debería saber de nosotros... pero por tu reacción, parece que sabes más de lo que deberías...

Sander y Kal la miraron con atención y curiosidad, como si estuvieran intentando memorizar sus rasgos, buscando alguna especie de reacción en ella. Yui no dijo nada por unos momentos, pues había decidido observarlos con la misma intensidad, todavía demasiado incrédula de que de verdad estuvieran ahí.

—Yo... no sé por dónde comenzar —comenzó a jugar con sus manos, sintiendo que tenía muy poco tiempo para explicar todo lo que había visto y vivido. Además, en ese momento cayó en cuenta que los Sakamaki todavía podían estar esperándola, y temía que aparecieran en cualquier momento en los baños para llevársela—. Sólo puedo decir que... Riku tuvo algo que ver. Me salvó de...

La imagen del monstruo que tuvo a Akito entre sus dientes hizo que cerrara los ojos y sacudiera la cabeza, agobiada y con horror.

—Conozco a todos —dijo seriamente, mirando a ambos chicos a los ojos para que entendieran que no mentía—. Akito, Rein, Kaiden, incluso a los Mentores, Carisa, Ringel...

Ellos la miraron con las cejas alzadas y en silencio, de vez en cuando se miraban entre sí, como si no terminaran de creer lo que decía Yui. Sin embargo, no había manera de que ella mintiera, no cuando conocía los nombres de los demás.

—...fuimos a una habitación con una máquina muy rara, se suponía que había un ataque de Podridos afuera, y entonces... —tomó aire, notando que se había agitado gracias a los recuerdos intensos que todavía permanecían en su mente—. Una de esas cosas apareció, era gigante y aterradora, y... y de repente tenía a Akito en su boca...

Sacudió la cabeza. Quería seguir explicando, pero la sola idea de revivir la imagen de Akito en peligro y posiblemente herido de gravedad hacía que se sintiera terriblemente mal.

—Antes de darme cuenta, Riku me hizo avanzar a la maquina y me empujó en ella. Me dijo que los buscara, pero no me dio ninguna especificación o indicación de dónde hacerlo...

Ambos chicos la miraron en silencio en cuanto terminó su relato. El primero en reaccionar fue Sander, quien miró a Kal de reojo con una ceja alzada y luego volvió la vista a Yui.

—A decir verdad, no puedo no creerte —terminó diciendo con un suspiro—, todo lo que dices suena demasiado a ellos como para creer que es falso.

Kal asintió ante las palabras de su amigo.

—Debo admitir que, al principio, cuando Riku nos avisó de ti, tuve la sospecha que podías ser alguna amenaza que lo estaba engañando para atacarnos en cuanto viniéramos a buscarte. —Clavó la mirada en ella con una intensidad que hizo que Yui se sintiera intimidada; parecía que a pesar de su despreocupación, Sander mantenía una parte suya a la defensiva, atento por si acaso Yui hacía algo a pesar de que todo indicaba que no—. Pero de ser así, ya habrías actuado de manera más astuta en busca de nosotros.

Imperium [Diabolik Lovers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora