Viejos amigos

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Me levanté con un horrible dolor de cabeza y con olor a tortitas. Fui a la cocina y cuando llegué vi a Will sentado desayunando y a mi madre haciendo más y más tortitas.

-Sólo por que no pare de comer no significa que le tengas que hacer más comida, aunque la idea de que explote no me disgusta.

Él me miró sonriente mientras yo me sentaba enfrente suya.

-Le estoy haciendo esto como regalo.-dijo mi madre colocando otro plato en la mesa-Ayer cuando llegasteis a casa me lo contó todo. He decidido que cuando salgas con tus amigos él tiene que estar mucho más cerca de ti de lo que ya estaba. Puede que si lo hubieras invitado a ir con vosotros no te hubieran llegado a drogar.

Zas, en toda la boca. No voy a decir que no tiene razón por que en realidad si la tiene. Mierda.

-Le tendrá que preguntar a los demás si te quieren en nuestro grupo.-le dije a Will-

-Ya he hablado con ellos.

-¿Qué?¿Cómo?

-Ayer Jay me dio su número por si necesitaba su ayuda. Le conté lo que pasó y se ofreció a incluirme.

-¿Sin consultarme?

-No creyó que te importaría.-dijo engullendo otra tortita más-

-Bueno.-intervino mi madre-¿Qué planes tenéis para hoy?

-Es Domingo. ¿Qué vamos a hacer?-le dijo con tono sarcástico a mi madre-Quedarnos en casa, ¿verdad?

Yo negué con la cabeza.

-Salgo todos los días a correr, ¿recuerdas?-Will resopló mirando al cielo-

-Pensé que eso no incluía los fines de semana.

-No hace falta que vengas. Si alguien me intenta hacer algo hecho a correr y ya.

-Ja Ja, muy graciosa.-contestó mi madre-Vas con ella, punto final.

Le encantaba acabar las discusiones, sobretodo si ella ganaba.

-Bien. Salimos en media hora.

Desayuné y los dos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones a cambiarnos. Salí y le esperé en el pasillo hasta que se cambió.

-Tardas más en prepararte que una chica, ni que te estuviese maquillando.

-No, pero estaba despeinado.-dijo con tono de burla-

-Venga vamos.-me dirigí hacia la puerta-

-¿Ni una risita?-me estaba siguiendo-

-No.-fui hacia Darcy y le puse la correa-

-Venga ya. 

Salí sin dirigirme hacia él. Cuando estuvimos en la calle me di cuenta que de verdad se había peinado.

-Pensé que tu misión era protegerme, no hacerme reír.

-Tengo tiempo para intentar las dos cosas.

Puse los ojos en blanco y empecé a correr junto a Darcy. Will se posicionó a mi lado.

-¿Cuánto tiempo correr normalmente?

-Hasta que me cansé.

-¿Y eso es...?-elevó las cejas-

Me puse los auriculares y busqué mi lista de Spotify para correr como indirecta para que se callase. Comenzó a sonar Breathin. Para mi sorpresa él hizo lo mismo y se mantuvo callado todo el trayecto.

No se le notaba mucho, pero estaba atento a todo, como si el peligro hacia mi persona fuera constante, y no sabía si esto me tranquilizaba o me alteraba.

Él no conocía la ciudad, así que alguna que otra vez le señalaba hacia dónde íbamos para que no se chocara conmigo. Cuando llegamos a la parte verde de la ciudad, pareció eliminar todo lo negativo de su mente por un segundo y se quedó maravillado por el paisaje. Yo ya estaba acostumbrada a ir allí, pero era cierto que en días de sol, a estas horas de la mañana, casi sin gente que molestara, era precioso. Saludé a alguna que otra persona que también paseaba a su perro, salvo eso no vi a nadie durante mucho tiempo. Le señalé a Will un puente por donde podíamos pasar y él fue hacia allí entusiasmado. Puede que no hubiera sido mala idea traerlo. 

Cuando fui hacia allí me choqué con un hombre que iba encapuchado y d verdad me dio un susto cuando me agarró del brazo. Solté un grito y Will se dio la vuelta y vino hacia mi lo más rápido que pudo. Antes de que él pudiera hacer nada se quitó la capucha y cuando vi quién era detuve el ataque de Will.

-¿John?-él me sonrió y yo le abracé-

-¿Estás bien? Hace meses que no te veo.

-Venga ya, seguro que me has estado espiando.-nos separamos y él articuló una sonrisa traviesa-

-Te he estado observando. Eso no es vigilar, es proteger.-miró a Will-Hablando de proteger.-cerró un poco los ojos-Te iba a tender la mano, pero me temo que ya nos conocemos.

-Así es. Siento mucho todo lo que pasó.

-Ya lo supuse, si no no estarías aquí ahora mismo.

-¿Sabes algo de Kevin?-le pregunté a John-

-América, no sé exactamente dónde.-me contestó en un susurro-Lo siento.

-No importa. Tan sólo pensé que estaría un poco más cerca.-dije bajando la mirada-

-Seguro que pronto lo estará. Sólo tenemos que pillar a esos tíos.-yo asentí-

-John, ¿Qué haces por aquí?

-Cosas del trabajo.-dijo titubeando-

-John, ¿qué vienes a hacer?-levanté una ceja-

-Agh, vale.-dijo mirando al cielo-Vengo a estar con tu madre, ¿vale? Desde que murió tu padre la vi muy triste y ella y yo ya nos conocíamos así que me ofrecí a estar con ella.

-Así que sois...

-Amigos.

Me reí.

-Claro.

Él me miró con una mirada que podría matarme.

-Como sea.-me aguantaba la risa-Si no te importa esta tarde íbamos a ir a dar un paseo.

-¿Me tienes que pedir permiso para estar con mi madre?

-No, osea, sí. Da igual.-se volvió a poner la capucha-Ya nos veremos.-dijo con una sonrisa, luego se tornó serio-Will, un placer verte de nuevo.

Luego de decir esto se marchó corriendo.

-¿Damos la vuelta?-dijo Will-Creo que ya hemos corrido suficiente.-asentí y volvimos a casa-



El rebelde y la bailarina: A continuación...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora