Habían pasado dos días y no tenía nada. NADA.
Mi madre y yo nos sentamos a buscar en Youtube canciones de todo tipo, pero no conectaba con ninguna. Para colmo no podía pedirle la opinión a Will. Ya no estaba tan enfadado conmigo, pero había decidido quedarse en un hotel el resto del verano, pagado por la empresa de mi padre, claro está.
Llamé a Kevin, pero luego recordé que se había ido de vacaciones con su madre y su hermana. No paraba de pensar en cómo nos habíamos separado, pero su familia tampoco había tenido noticias suyas, era normal que quisieran pasar tiempo con él.
-¿Por qué no tu historia de amor con Kevin?-dijo mi madre dándome un codazo-
-Demasiado larga y complicada.
-Cierto.-dijo elevando las cejas, a ella le seguía pareciendo una buena idea-¿Por qué no vas a pedirle consejo a John? Así de paso vas a ver como está, lleva tiempo queriendo que fueras al hospital.
-Vale, pero cómo no me ayude será mejor que cuando vuelva tengas una buena idea.
-De acuerdo.-me dio un beso en la mejilla y me fui acariciando a Darcy al salir-
(...)
Llegué a la sala de John gracias a los sabios consejos indicativos de una enfermera.
-Hola cielo, pasa pasa.-tenía mucho mejor color-
Estaba sentado y con una gran sonrisa.
-¿Qué tal estás?
-Mucho mejor. Cuando las heridas se curen del todo, en unos días, me dejaran salir.
-¿Y vendrás a mi última prueba para la beca de la universidad?
Él alzó una ceja divertido. Le conté toda la historia, desde las pruebas hasta la cara que ponían los que se iban. Cuando le pregunté por mi baile dijo una respuesta digna de él.
-Busca en los más hondo de tu corazón.
-John, pareces el árbol de Pocahontas.
-Esa señora era más sabia de lo que aparentaba. Y yo también.-me sacó una sonrisa-¿Nadie ha intentado hacerte nada de nuevo verdad?
-No, parece que se han calmado, o retirado.
Pero los dos pensábamos lo mismo. No se estaban calmando, si no preparando. Estaban planificando un gran golpe contra mi o contra mis seres queridos, y yo tenía que esperar sentada a que sucediera.
-Eh, Amelia.-le miré-Sé que estás asustada, yo también, pero tienes que ser fuerte. Has intentado superar esto de varias maneras, llorando, enfadándote, matando...-abrí mucho los ojos-Will me lo contó, no te preocupes, mis hombres ya se han ocupado del cuerpo.-suspiró-Vamos a lo que importa. Has intentado enfrentarte al problema de varias maneras, y ninguna funcionó, pero te daré un consejo. He sido amigo de tu padre muuucho tiempo. desde que éramos pequeños. Le ayudé con el negocio desde sus inicios hasta el final. Muchas veces recaía. Quería protegeros, pero también teneros a su lado. A veces cancelaba reuniones importantes solo para que yo me lo encontrara observando una foto de ti en un columpio.-se me llenaron los ojos de lágrimas-También echaba de menos a tu madre, muchísimo, pero supo que lo mejor era apartarse para que fuerais felices. Si, cometió errores, pero el mayor de todos fue pensar que estaba solo. Yo estaba con él, y también sus más leales hombres, por no hablar de Darcy.
-¿Darcy?
-Su perro. A mi el nombre me pareció absurdo, pero él amaba Orgullo y Prejuicio, y como era macho le puso ese nombre. Era un perro de caza precioso. le dejaba entrar en casa y las criadas tenían que ir detrás limpiando todos los pelos que soltaba. Siempre que tu padre se deprimía, aparecía Darcy y apoyaba la cabeza en su regazo. Murió hace poco, no llegaste a conocerlo.
-Nunca me había hablado de él.
-No surgiría la oportunidad.-asentí-Darcy fue una gran parte importante de su vida, te lo aseguro.
Que tuviera un perro llamado igual que el mío sólo hizo que quisiera llorar con más fuerza.
-Aunque pensara que sí lo estaba, no estaba solo. Cada vez que se enfrentaba a un problema, lo hacía acompañado de las personas que lo querían y que se preocupaban por él. A ti te pasa lo mismo. Aunque ahora te sientas más sola que nunca, siempre tendrás a alguien que se enfrentará contigo al problema, aunque muera en el intento. Así consiguió tu padre superar toda la mierda que le pasaba en la vida. No actuaba enfadado, ni triste... sólo era él mismo.
-Ya no sé cómo soy.
-En el fondo lo sabes. Sólo tienes...
-Que mirar en tu corazón, lo sé.-le respondí con una sonrisa-
-Estoy seguro de que si lo haces sabrás sobre que hacer el baile.
-Puede ser, gracias por la ayuda.-le di un beso en la mejilla y me fui-
Cuando llegué a casa y Darcy me recibió con unos cuantos ladridos y un meneo de cola lo cogí y lo abracé. Él era lo único que me conectaba de verdad con mi padre.
-¿Qué tal la charla con John?-dijo mi madre apareciendo en la entrada-
-Bien, ¿sabías que papá tenía un perro que se llamaba Darcy?
Mi madre se apoyó en el marco de la puerta con aire sonriente.
-Si. Se lo di en su cumpleaños, cuando nos separamos. No te lo dije por que pensarías que aún estaba colgada de él.-se rió-Pero no. Una vez, cuando estábamos todos sentados en el sofá viendo una película y tú te habías quedado dormida sobre su hombro, me dijo que lo único que le faltaba a la familia era una mascota, pero en realidad era lo único que le faltaba a él. Como yo me quedé contigo, decidí que necesitaría una parte de la familia, saber que después de todo, él era mi marido, y tu padre. Por eso me hizo gracia que llamaras al tuyo Darcy, unos años después de que se lo regalara me envió una postal de navidad. En ella estaba él y el perro, ya crecidito, sonriendo como tontos. Dijo que tenía el mismo carácter y espíritu aventurero que tú. Creo que acerté con el regalo.-sonrió-
-Mamá, creo que tengo una idea para el baile.
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El rebelde y la bailarina: A continuación...
Roman pour AdolescentsContinuación de "El Rebelde y la Bailarina". Amelia tiene que estar separada de Kevin durante un tiempo, el cuál les pasará a los dos factura. Mientras ella hace nuevas amistades y desvela antiguos secretos, Kevin lucha por ponerla a salvo para, por...