Lo prometo

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Me levanté por la mañana con la misma agitación de anoche. Todo lo que hice con Will vino volando a mi mente. Al principio me sentí bien, pero luego recordé como me miró Kevin el día anterior. Tenía que decírselo. ¿Pero cómo?

Lo primero que hice fue enviarle un mensaje y decirle que teníamos que vernos. Él aceptó y me dio una hora para prepararme e ir al parque al lado de mi casa.

Me puse una falda negra con brillos y un top blanco sin tirantes. Me recogí el pelo en un moño deshecho para desayunar. No parecía haber nadie en casa. Me fui hacia la tostadora y justo cuando metí dos rebanadas de pan vi la nota de mi madre.

He ido a ver a John al hospital. Puede que pase el día con él. Te enviaré un Whatsapp. 

Que moderna mi madre con el Whatsapp.

Acabe de desayunar y me solté el pelo. Me maquillé un poco y miré el móvil. Cuando faltaban diez minutos bajé y en las escaleras me encontré a Will con Darcy atado con una correa. Al verme comenzó a mover la cola y se acercó ladrando.

-Hola Darcy.-dije entre carcajadas-Gracias por sacarlo. No me apetecía levantarme.-le dije a Will mientras me levantaba de acariciar a mi perro-

-¿A dónde vas?

-He quedado con Kevin.-él asintió con una sonrisa-

-¿Se lo vas a contar?-dijo enarcando una ceja-¿Serás capaz?

-Por si no te acuerdas he matado a un hombre.-dije tragando saliva-Creo que lo que hicimos no ha sido lo peor de ayer.

Will asintió e intentó besarme.

-Lo siento.-dije cuando me hice a un lado-

-No importa, es pronto.-dijo él-Suerte.

Dicho esto entró en casa. Yo salí a la calle y me puse los auriculares. El parque no estaba lejos. Me dio tiempo a escuchar una canción entre que llegaba y él aparecía. Se sentó en el banco conmigo y yo me quité un auricular, pero dejé que sonara por el otro Love on the Brain, de Rihanna.

-Kevin yo...

-Siento no haberme quedado anoche contigo. Mi madre y mi hermana me necesitaban.-dijo él cortándome-Por cierto, me han preguntado como estabas llevando esto. Mi hermanita te manda saludos.

Eso hizo que mi corazón se ablandara un poco, pero tenía un propósito y no sabia como se lo tomaría.

-Kevin.-tragué saliva-Tengo que contarte algo.

-Yo también.-dijo él agarrándome las manos-Cuéntame.

-No, tú primero.-dije con una sonrisa-

Así cuando se lo dijera podía escapar corriendo de allí sin la curiosidad de que me tenia que decir.

-Cuando estuve en América conocí a un promotor. Dijo que tu reputación llegaba hasta allí. Me refiero a la del baile, no a lo del negocio de tu padre.-yo asentí-Si esa escuela de Australia no te acepta, ellos estarán encantados de hacerlo.

-¿En qué parte?

-Nueva York.

Eso hizo que abriera mucho los ojos.

-Vaya, eso es... Increíble.

-Creo que ha esa frase le falta emoción.

-Perdón, estoy algo distraída.

El rebelde y la bailarina: A continuación...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora